AUSTRALIA (15d). Noviembre 2012 ***AÑADIDO AL INDICE***

Iniciado por Baifo, Enero 01, 2013, 15:07:12 pm

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Baifo

Enero 01, 2013, 15:07:12 pm Ultima modificación: Julio 05, 2021, 18:44:26 pm por Kenar
Una tarde junio de 2012, mi pareja y yo delante del ordenador buscando un sitio para irnos de vacaciones... el problema es que las dos semanas de vacaciones que nos quedaban eran en noviembre!!!.

Teníamos el proyecto de meter la furgo en el Armas (barco) y hacernos un recorrido por Europa, pero en esa época del año estaba claro que el tiempo no iba a acompañar por esas latitudes, y me parecía poco tiempo como para que valiera la pena, nos llegamos a plantear la idea de hacer un Interrail por el viejo continente...

De una manera o de otra, se llegó a hablar de un sueño que teníamos ambos en común desde niños, y aunque siempre hablábamos de visitar Australia "algún día de estos en el futuro", le pregunté, ¿y por qué no ahora? Teníamos unos ahorros, teníamos la época perfecta (en el hemisferio sur las estaciones son inversas a las del hemisferio norte, de tal forma que cuando aquí es verano allí es invierno y viceversa), no tenemos hijos... y sobretodo, muchas ganas e ilusiones de ir a ese lugar... miramos los billetes, y eran caros, pero si lo pensábamos, no lo haríamos jamás... así que después de darle al "enter" no había vuelta atrás.

Mi madre!!, la que nos esperaba... lo que más miedo nos daba era la paliza de viaje (demasiadas horas en un avión)...
Desde ese día nos pusimos manos a la obra, buscando sitios que poder visitar, cosas que poder hacer allí... y entonces a medida que pasaban los días te ibas dando cuenta de que ese tiempo era infinitesimal para visitar ni tan siquiera, lo más más importante del país.
Recuerdo de leer experiencias de viajes de otras personas en foros dedicados a ello, e incluso de pedir consejo a unos amigos australianos que conocí hace cuatro años en un hostel, durante un viaje que hice solo por Rusia, y todo apuntaba a que la planificación era una locura, demasiados sitios en poco tiempo, y esto se termina de confirmar cuando no te cuadran los horarios ni las conexiones de todos los aviones que tienes que coger dentro del país para permitirte el lujo de visitar en días seguidos sitios que están entre ellos a distancias inimaginables.

Al final tuvimos que renunciar a visitar los maravillosos paisajes de Tasmania, la isla Fraser (la isla de arena más grande del mundo), y los parques nacionales del Red Centre que son principalmente, los sitios que junto a los que sí que visitamos, no podrían faltar en una visita a ese maravilloso país.
Por cierto, para el que no lo sepa, para viajar a Australia hay que tramitar un visado, que para los ciudadanos de la UE es gratuito (para visitas de turismo e inferiores a 3 meses), y se puede obtener de forma rápida rellenando unos formularios a través de una página web.
Se puede encontrar mucha información al respecto (es español) en esta página, aunque los trámites de inmigración se tienen que hacer íntegramente en inglés:
http://www.australia.com/es/

Otra cosa a tener en cuenta son las restricciones que tiene el país. No se puede llevar comida, plumas, objetos "sucios" (material de acampada que no haya sido limpiado y pueda contener esporas de plantas, por ejemplo), y por supuesto, armas y objetos peligrosos (además de una larga lista de cosas que tendrás que declarar en un formulario que te dan en el avión antes de tomar tierra en las antípodas).
Ojito con esto, el que haya visto "Control de aduanas" en el Discovery Max sabe de lo que hablo, aunque en la realidad no es tan exagerado como te lo pintan en la tele...


DÍA 1 (llegada a Australia):

Jueves 15 Nov: Salida desde Tenerife a las 11:15, destino a Madrid, desde donde cogimos otro vuelo hasta Londres a las 16:45, y finalmente a las 21:30 desde la capital del Reino Unido, otro que nos llevaría hasta Sidney (horas locales de cada ciudad).
A la ciudad más poblada de Australia (la capital del país es Canberra, no Sidney, como mucha gente piensa) llegamos a las 7 de la mañana del sábado 17 de noviembre.



Tuvimos que pasar por el control de aduanas, porque llevábamos unos medicamentos que por supuesto, declaramos en el formulario, pero no nos abrieron las maletas, sólo nos preguntaron (fueron muy amables, como lo son en general todos los australianos, muy buena gente, la verdad, aunque cueste un poco entender ese acento tan "curioso" con el que hablan el inglés), qué tipo de medicamentos eran y si teníamos algún tipo de arma u objeto peligroso, y cuánto tiempo íbamos a estar, quedando todo aclarado nos dieron la bienvenida al país y nos desearon una feliz estancia.
Mucha gente se preguntará cómo se pasan 23 horas de vuelo entre Londres y Sidney... pues si vuelas como nosotros con Quantas (es una compañía australiana) muy bien!!! Te tratan como un señor, vas en un Airbus A380 (el avión de pasajeros más grande y moderno del mundo), es cómodo (y mira que yo lo paso mal en los aviones porque soy alto), te dan de comer cada dos por tres, en cada asiento hay un monitor en el que cada pasajero puede escoger escuchar música, ver películas (nuevas, del último año, clásicas, etc), documentales, series... muchos de ellos con la posibilidad de escoger subtítulos y/o doblaje en español (mexicano, eso si), por si alguien no le gusta mucho lo del inglés, aunque advierto que ir al extranjero sin tener ni idea de ese idioma puede resultar complicado en más de una ocasión... ;) en conclusión, se hace más corto de lo que es, si a eso le sumas las cabezadas que puedas dar, y la parada técnica de una hora y pico en Singapur (que se agradece, la verdad), pues no lo pasas tan mal (supongo que la persona que tengas sentada al lado y la que tengas delante y detrás en el avión también harán su parte en ello, jejeje).
Bueno, ya en la tierra de los canguros, la opción más cómoda (y "económica") para llegar al lugar donde te vayas a quedar ese día es un transfer (una furgo o guagua pequeña, pero que como un taxi compartido, todo el mundo paga lo mismo, esperas a que se llene, y el chofer le lleva a cada uno al punto deseado dentro de la ciudad).

Llegamos al hostel, dejamos las mochilas (si, llevamos mochilas, nada de maletas!!!), y como hasta las 14:00 no podían darnos la habitación, le pedimos un mapa de la ciudad a la recepcionista, nos señaló los sitios más relevantes de la ciudad, y sin dormir nos fuimos "a dar chola" por la ciudad (caminar). Sidney es una ciudad grande, pero el centro que es donde se concentra la mayor parte de lugares de interés se recorre bien a pie, dedicándole un día.

Allí sacamos las fotos que aparecen en esta primera entrega de la crónica. El último día también sacamos fotos (que personalmente creo que quedaron mejor, además pudimos visitar algunos sitios que no hicimos al llegar), porque tuvimos que volver a Sidney para coger el vuelo de vuelta a casa.
Ese primer día nos volvimos al Hostel como a las cuatro de la tarde, con el cansancio esta vez presente, nos echamos a dormir toda la tarde, y como a las 12 de la noche, nos despertamos y nos dimos una vuelta "nocturna" por la ciudad, a ver el ambiente que se cocía (era sábado noche, en una ciudad grande y cosmopolita, o sea, marcha!!!).

Al principio se lleva un poco mal (sobretodo, cuando volvimos a casa de nuevo) lo del cambio horario tan brusco (insomnio por las noches). En Australia tuvimos que cambiarle varias veces la hora al reloj, en Sidney eran por ese entonces 11 horas más que en Canarias.




Sydney Harbour, presidido por The Opera House



Sydney skyline



Mira que llegaban cruceros y turistas a esta ciudad...



Esta es una de las empresas que alquilaban camper en Australia, esta foto la saque el primer día, por la noche, en el escaparate de la agencia ;)



No se ve muy bien, pero me llamó la atención que los furgones policiales de esta ciudad fueran VW Transporter T5 (VW no tiene una cuota de mercado prioritaria allí, donde Toyota es la reina indiscuible, seguido de otras marcas asiáticas, así como por Holden, una marca made in Australia).


DÍA 2 Bondi Beach y salida hacia Cairns:


El segundo día nos levantamos temprano (como todos los días que estuvimos allí, para poder exprimirlos al máximo, aunque con la ilusión que había por ver todo lo que habiamos planeado no pesaba el esfuerzo de dormir poco).

Desayunamos en el hostel, y luego nos dirigimos a la parada de guagua de la linea 333, para ir a Bondi Beach. Mi chica y yo compartimos también afición por el surf (a mi de tabla y a ella de buggi, body-board o corcho, como les guste más), y no podíamos irnos de Sidney sin visitar su playa surfera por excelencia (no está muy lejos del centro, a pocos kilómetros, así que si se dispone de tiempo y ganas se puede ir caminando, porque los transportes, y en general, TODO, en Australia es bastante caro, el dinero allí se evapora de los bolsillos, y eso si prescindes de lujos como nosotros, si no directamente se desintegra... jeje).

Ese día nos dimos una vueltita por allí, el tiempo no tenía nada que ver con el del día anterior, lo que se puede ver en las fotos. Nuestro gran error, no ponernos ese día protector solar, porque nos quemamos (y bien quemados). El sol en esas latitudes pica mucho, y no debe ser casualidad que hayamos visto tantas clínicas (edificios de varias plantas) dedicadas sola y exclusivamente a tratar el cáncer de piel...





Es un sitio en el que vale la pena dar un paseo, pero al igual que el centro, muchos turistas. Había un sitio para alquilar tablas junto a la playa, pero las que quedaban "sanas" eran muy pequeñas para mi, así que preferí dejarlo para otro día (más adelante habrá fotos de ello). Además, ese día no había una ola muy rastrera...

Fue precisamente por allí donde encontramos algunas joyitas sobre ruedas como las que pueden ver por aquí...





Por cierto, si hay una cosa que es cara en Australia es el agua, dios, la primera botella de agua de 1,5 litros que compramos nos costó unos 4 euros al cambio!!! Al principio pensé que era porque estábamos en el centro, era un 24 horas... más tarde comprobamos que en los supermercados los precios no eran demasiado diferentes en ese tipo de artículos...

Después de comernos una ensalada en la calle que compramos en un puesto de comida, regresamos a Sidney para recoger las mochilas rumbo al aeropuerto, para ir a Cairns.

Después de algo más de 3 horas de vuelo, llegamos a la citada ciudad del norte. Allí el tiempo era bastante diferente, y eso se notaba con sólo bajarse del avión, y eso que ya eran las nueve de la noche (bueno, en Cairns, aunque está en el mismo meridiano que Sidney, hay que cambiarle la hora al reloj, porque cada estado tiene criterios diferentes para decidir las posiciones de las agujas del mecanismo de precisión de nuestras pulseras).



Era sofocante, el calor y la humedad tan grande que había, y eso que era de noche y primavera, no quiero imaginármelo en verano...

Aquí es donde alquilamos el primer coche, que sinceramente, casi no usamos, porque lo mejor en esta zona es contratar excursiones, y es lo que habíamos hecho el día anterior en Sidney. Lo que pasa es que el coche lo tenía reservado hace tiempo y ya no podía anularlo, porque ya lo había pagado desde hace tiempo y la penalización era excesiva.

De todas formas me vino bien, para familiarizarme con el volante, los mandos, la palanca de cambios, los carriles, todo al revés!!! Al principio cuesta, sobretodo en los cruces, que también hay que hacerlos al revés... (y alguna vez hice mal, pero gracias a Dios no venía nadie de frente para darle "un beso" en el morro de su coche). Más adelante pude agradecer esas "prácticas" que hice los primeros días, porque si de entrada te metes en una ciudad grande, en hora punta (como me pasó con el segundo coche que alquilamos), la cosa cambia.

Finalmente, llegamos al hostel de ese día (vaya mi**da, por cierto, y vaya anécdotas coleccionamos en ese sitio, solo decir que no había recepción a esa hora y casi nos toca dormir en la calle), pero bueno, eso es para escribir una crónica a parte...).

Al día siguiente tocaba madrugón, a las 7 de la mañana teníamos que estar en el puerto, para coger un barco que nos llevaría a hacer snorkel en la Gran Barrera de Coral (les dejo una foto aérea que encontré en la red (esta no fue sacada por nosotros) a modo de adelanto...

Se pueden contratar vuelos panorámicos por la barrera, pero lo realmente interesante está debajo del agua, y no había ni tiempo ni dinero para las dos cosas, así que preferimos la inmersión (que duraba más y salía mucho más barata).




Breve inciso:

Antes de seguir con la crónica comentar un par de cosas que mucha gente sabrá, pero otras no, así que por si acaso...
Mientras que para conducir un coche dentro por territorio europeo nos basta con el permiso de conducir nacional, para hacerlo por otros países fuera de este espacio es necesario expedir en la DGT un permiso de conducir internacional, que no es otra cosa que un librito con páginas repetidas, pero en diferentes idiomas, donde te sellan los tipos de vehículos que puedes conducir. Este permiso en sí no sirve para nada, debe ir acompañado siempre del convencional.

Para llevar el coche sin perderse demasiado (sobretodo, cuando empiezas a encontrar carreteras en obra que te obligan a tomar alternativas para llegar a tu destino que no siempre estarán muy claras, sería bueno conseguir que alguien te preste un GPS (si no tienes uno) y descargarte un mapa de Australia. En la mayoría de los Rent a Car te ofrecen el alquiler de estos dispositivos, pero si vas a coger el coche más de tres días tendrás amortizado el precio del mapa, constituyendo así la alternativa más económica (a no ser que tengas que comprar un GPS + mapa para eso solamente, en cuyo caso, no valdría la pena).
Mucha gente preferirá depender de aplicaciones en sus smartphones, pero ojito con las tarifas de itinerancia que hay allí...

Finalmente dejar claro que un hostel es un sitio donde te puedes quedar a dormir por menos dinero que en otro tipo de establecimientos hoteleros (a veces por 10 euros la noche o incluso menos, pero eso dependerá de la ciudad, de la temporada, y sobre todo de...), a costa de compartir el baño, la cocina (si es que cuenta con ella) y la habitación (en algunos se puede optar por habitaciones privadas para uno, dos o cuatro personas, si vas con otra pareja, por ejemplo), pero claro, cuantos más "lujos" quieras, más cara saldrá la estancia. Si vas con colegas o incluso solo, compartir la habitación puede ser una buena oportunidad para conocer gente (si eres sociable y extrovertido), pero a la contra, tendrás que aguantar los diferentes horarios de entrada/salida de los demás (y los demás, los tuyos), sus ronquidos y "manías", puede que te toque gente buena o no tan buena. En cuanto a la seguridad, muchos de estos sitios cuentan con taquillas de seguridad para que guardes tus objetos de valor y dinero a buen recaudo. Lo normal es que la habitaciones no cuenten con armario, están hechas para que saques tus cosas de la mochila.

Normalmente esta opción es para gente joven (de hecho, en algunos sitios no permiten huéspedes de más de 35 años, ni menores de 14 ó 16), y totalmente desaconsejada para gente con niños. Nosotros esta vez preferimos optar por habitaciones dobles privadas, y alguna vez, una de cuatro compartida (si vas con tu pareja es mejor tener intimidad, por si acaso, jeje).

Mi recomendación es buscar sitios que incluyan el desayuno si no te quieres complicar la vida a primera hora (aunque lo que suele haber es pan de sándwich, mantequilla, mermelada, leche, cola-cao, café, cereales y para de contar... no apto para sibaritas).  También queda la opción, si el establecimiento tiene cocina, de que te hagas tu mismo la comida (puedes comprar algunas cosas, meterlas en una bolsa con tu nombre en la nevera y/o en la despensa disponible para los huéspedes, y coger lo que necesites según te haga falta).
Hay varias páginas donde se pueden gestionar las reservas en cualquier parte del mundo, pero posiblemente la más famosa sea:
www.hostelworld.com

Para moverse por Australia en recorridos largos (sin disponer de tiempo), lo mejor es coger un avión (los trenes son caros, algunos tienen frecuencias ridículas, pasando una vez o dos por semana, pero hay que tener en cuenta que ir de este a oeste del país en este medio de transporte lleva consigo un trayecto de varios días).

Las principales compañías de vuelos interiores son Quantas y Jetstar (la "Ryan Air" australiana, pero en mi opinión más seria, competente y por su puesto, cara que su "hermana" irlandesa, aunque los "aussies", es decir, australianos, no hablen muy bien de esa compañía). Pero ojo al detalle, muchos vuelos interiores de Quantas los opera Jetstar, lo cual quiere decir que has comprado un billete más caro en la supuesta búsqueda de calidad a bordo, para al final, terminar volando con una compañía de bajo coste. A nosotros no nos quedaba otra, la desplumada había sido suficiente en el trayecto principal, así que nos decantamos con la opción más barata, que aunque nos cambió dos horarios de vuelos, fastidiándonos "un poco" el planning, tuvieron la delicadeza de avisarnos con la mayor antelación posible tanto por email como por teléfono, todo un detalle...

En defensa de la "low cost" australiana decir que tanto los vuelos que cogimos que operó Iberia, como los de British Airways e incluso el de Quantas, sufrieron cambios en sus horarios, en más de cuatro ocasiones, desde que compramos el billete hasta la semana anterior al viaje (la mayoría de las veces la modificación es inferior a 15 minutos, pero en una de los vuelos de Jetstar la diferencia fue de más de dos horas, y eso si que te cambia un poco las cosas...).

Bueno, después de este inciso, seguimos con la crónica que tocaba para hoy...


DÍA 3 Visita a a La Gran Barrera de Coral:
Ese día teníamos que estar a las 7 de la mañana en el muelle de Cairns (fuimos caminando, estaba a unos 15 ó 20 minutos del hostel, si vas en coche hay que pagar un plumazo por aparcar en zona azul.

Buscamos el mostrador de la empresa que hacía esa excursión (que hay unas cuantas que se dedican a ello), y nos dieron un bono para la otra excursión que teníamos al día siguiente al Daintree Rain Forest (bosque pluvial).

En esa excursión te daban la comida, y el equipo necesario (traje de submarinismo, gafas, aletas, snorkel o botellas, si tienes el curso de submarinismo). No obstante, nosotros habíamos llevado nuestros trajes para surfear, y los usamos aquí también para hacer la inmersión. También puedes alquilar una cámara submarina en algunas tiendas del muelle o incluso en el propio barco, que fue lo que hicimos nosotros.
Si no tienes el curso de submarinismo no importa, la mayoría de los corales están a menos de 2 ó tres metros de profundidad (y el resto de la vida marina que rodea al arrecife también), así que si coges un día claro verás todo perfectamente, y si tienes buenos pulmones te sumerges un poco más, podrás sacarle fotos a "algún animalito" más que habita los arrecifes australianos, como por ejemplo el que ven en las fotos ;).

De todas formas, se nota un montón que el turismo masivo que visita cada día esta área tiene la zona ya bastante quemada (aunque la Gran Barrera es tan grande que se puede ver desde La Luna, las mejores excursiones no recorren ni una décima parte de su extensión (hay excursiones más baratas, que sólo te llevan a ver la zona de la barrera más próxima, y otras más caras que te alejan más todavía, con lo que habrá menos turistas y más vida submarina, supuestamente). Nosotros optamos por una de termino medio, que nos llevó a dos zonas diferentes a hacer inmersiones.
Una de las cosas que más llama la atención es que la barrera no esté cerca de ninguna orilla avistable, si no en alta mar, en medio de la nada que la rodea, y cuyo abismo se avista de forma imponente cuando llegas nadando al borde de una de estas formaciones coralinas...

Para la vuelta el cocinero de la tripulación, que era un aborigen australiano, amenizó el trayecto con un poco de música en vivo (cantaba canciones conocidas, de Bob Marley, The Police, Elvis Presley, Inner Circle...) pero cambiando ligeramente las letras de las canciones para hacerlas más amenas, algo parecido a lo que hacen las murgas en carnavales, pero en inglés (bueno, "su inglés", para entender a lo que me refiero, les recomiendo que vean la película "Bienvenidos al norte", que aunque es francesa, refleja claramente lo que le pasa, a modo de parodia, a un parisino cuando se tiene que ir a vivir en contra de su voluntad al norte de su país, donde "supuestamente" se habla el mismo idioma que en la capital gala).
Si entendías lo que decía (yo confieso que más de una vez, y de dos, estuve "Lost in traslation") te echabas unas risas, y a lo tonto, la hora y pico de barco que había hasta el puerto se te pasaba volando.

Cuando llegamos nos fuimos al hostel, nos duchamos y pusimos los trajes a secar y terminamos de matar el día (ya eran cerca de las seis de la tarde) yendo a comprar algo de comida para el día siguiente y dando un paseo (aunque el tiempo de invernadero que hacía allí, con una humedad y temperatura alta no invitara a ello), pero pasear por calles donde en los árboles en vez de pajaritos y palomas habían cacatúas y otras aves exóticas, tenía su encanto... ;)








































DÍA 4 Visita al Daintree Rain Forest: 
Este sitio lo pensábamos visitar por nuestra cuenta, pero después de ver el coñazo que hubiese sido, y lo fácil que hubiese sido perderse cosas (y perderse entre ellas también), nos alegramos de haber comprado una excursión (es una buena forma de ver muchas cosas cuando tienes poco tiempo), y como había un bono de descuento si comprabas las dos (ésta y la del día anterior) pues la verdad es que valía la pena. Además, ambas incluyeron el almuerzo y picoteos, y duraban desde por la mañana hasta las 5 de la tarde, en conclusión, no nos arrepentimos de esa opción. Eso si, obligatorio llevar agua (toda la que puedas y más), si no te puede dar algo con el calor que hace allí, y recomendable, algo de picar.

http://www.daintreevillage.asn.au/

El bosque pluvial es una especie de selva, infestada de cocodrilos (ojito que en esta zona del río que desemboca en el mar hay playas con "versiones" de agua salada de estos reptiles, de hecho, me di un baño en una de ellas con dos co**nes, jeje), pero porque "se suponía" que en esa época del año no me encontraría a ningún pariente del lagarto Guancho dando una vueltita por allí, ni tampoco a las temidas, enormes y letales medusas, que por otro lado, sí vimos en el río, en una parte de la excursión que incluía un paseo en lancha por esta parte, para observar a estos "animalitos" en su habitad natural.

La excursión también incluía la entrada a un parque natural, donde los animales campan sueltos a sus anchas, y donde vimos por primera vez a los canguros y a los koalas (animales que por otro lado, nos cansaríamos de ver, en el buen sentido de la expresión, en el resto del país). Una de las mejores cosas que tuvo esa visita fue comprar comida de canguros en la entrada y poder darles de comer de la mano a varias especies de estos marsupiales (hay diferentes variantes, diferentes tamaños, tonalidades...), sobre todo a uno pequeñito que se encariñó bastante con nosotros (y nosotros con él). Sin duda, una experiencia única que no se puede describir con palabras, aunque adelantaré que no te lo terminas de creer, es como estar en un sueño, jugar con un canguro como si fuera un perro, que te agarra y te chupa el brazo porque le has dado de comer y porque le gusta que lo acaricies...
Podría seguir contando cosas, pero yo creo que se resumen con las fotos que hemos seleccionado para poner aquí...

La guagua de la excursión (era de tamaño mediano, como una GV) te recogía y te dejaba en la entrada de donde te hospedaras, así que eso era otra ventaja.

Ese día lo terminamos de matar dando otra vueltita, dándole uso al coche (y así practicar de nuevo, y familiarizarse con algunas normas de circulación que en algunos casos son bastante diferentes a las nuestras y con las que hay que estar bastante atento, y no me refiero solamente a lo de conducir al revés, las rotondas, los cambios de dirección y sentido, los cruces con semáforos... tienen algunas particularidades que si no conoces, te pueden jugar alguna mala pasada), aunque quitando los sitios que visitamos, Cairns no tiene mucho más que ver ("sólo" muchas playas espectaculares, pero desérticas en su mayoría, por ser en muchos casos, impracticables para el baño, debido a los "verdes invitados" que allí se alojan), pero refiriéndome al centro, está claro que aquello vive de dos cosas: del turismo que genera la barrera y el Daintree, y del cáncer de piel, y si no abran el Google Maps y cuenten las clínicas dedicadas a ello que hay solamente en la Lake Street de esa localidad... ;)














































Al día siguiente tocaba madrugar más de lo habitual, el vuelo que nos llevaría a Adelaida salía a las 7 de la mañana, ciudad que sólo vimos desde el coche, ya que nuestro objetivo en esa zona era visitar Kangaroo Island, y las inmediaciones del Outback (zona interior desértica), dándonos "un saltito" de más de 500 kilómetros de carretera hasta el Flinder Ranges National Park, pero eso será en los próxima entrega de la crónica de este viaje.


DÍAS 5 Y 6 Salida de Cairns. Kangaroo Island:



Todavía no ha nacido un nuevo día y ya estamos en la terminal de vuelos domésticos del aeropuerto de Cairns, para coger un avión rumbo a Adelaida, donde llegaríamos a las 11 de la mañana (aquí hay que volver a cambiarle la hora al reloj). Por cierto, a mi pareja le tuvieron que haber visto cara de terrorista o algo así, porque la prueba de explosivos en el equipaje de mano se la hicieron varias veces, tanto en Australia como en Londres, además del correspondiente cacheo, quitarse el calzado... y a mí ni una!!!, la pobre estaba frita ya, y yo descojonado, es que parecía que la perseguía un programa de cámara oculta. .meparto .meparto .meparto

Al llegar al aeropuerto de destino, cogemos el segundo coche de alquiler que llevé en el país (los aproximadamente 3.000 km al volante que en total se recorrieron me los merendé como un campeón, jejeje). Por cierto, dos cosas, por si a alguien le interesa:
Lo primero, aquí dejamos unos cuantos links con empresas que alquilan campers allí (tengo otro hilo que se llama Furgo Camper Australia, donde explico porque no nos decidimos por una).

http://www.furgovw.org/index.php?topic=258922.0

http://www.maui.com.au/

http://www.jucy.com.au/

http://www.britz.com.au/

http://www.mightycampers.com

http://www.wickedcampers.com.au/

Y en segundo lugar, mi consejo para alquilar un coche en un sitio donde hay que ir pendientes a normas de circulación diferentes, la pantalla del GPS, el volante y los mandos del coche a la inversa y con los canguros suicidas que cruzan sin mirar (mira que vimos marsupiales y koalas descuartizados por atropello en la carretera) es pillar un vehículo con cambio automático (una cosa menos por la que preocuparte, aunque de todas formas allí la gran mayoría de los coches son de ese tipo). Por otro lado, no hay que escatimar en contratar un seguro a todo riesgo sin franquicia (en el mismo Rent a Car, no a través de una agencia intermediaria, tal y como hice yo, pánfilo de mí, porque si tienes un problema, te harán pagar de tu bolsillo hasta 3.500 AUD, que es la franquicia que tienen fijada allí, y después tendrás que reclamarle al seguro la devolución del importe. Si lo contratas directamente con la empresa de alquiler, de ahorrarás ese disgusto).

De todas formas, gracias a Dios, no tuvimos ningún accidente ni los vehículos sufrieron daños, pero si que vimos algún coche de alquiler con marcas de empotradas en el morro o incluso, unos turistas asiáticos que volcaron en una curva, y a los que afortunadamente, no les pasó nada grave.
Volviendo a la crónica, ahora tocaba dirigirnos hasta Cape Jervis, para coger un ferry que nos llevaría hacia Kangaroo Island, una isla que hay al sur del país, y en la que la naturaleza se encuentra en su estado más puro.

Puntualizar que no es necesario tirar el dinero comprando mapas ni guías de viaje, si se dirigen a los diversos puntos de información turística que tiene el país, o en la estaciones de los ferrys, podrán encontrar todo lo que necesitan y más (folletos, mapas, información de interés, etc).

Hacemos una parada en el camino en un supermercado de pueblo perdido en la nada, donde pudimos comprar mucha comida y agua a mejor precio (dos garrafas de 10 litros por "sólo" 18 AUD) que en las urbes, para tener provisiones para los próximos días de nuestra aventura.
Es curioso, con lo que sale un trayecto de ida y vuelta con coche y dos pasajeros en ese barco, aquí en Canarias casi nos hacemos un crucero por las islas... jejeje, 360 AUD por una travesía que dura menos de una hora, pero es lo que tiene el monopolio de la empresa Sealink, y aunque es caro, les puedo asegurar que vale la pena hacer ese viaje, y cuando vean las fotos se podrán hacer una pequeña idea de porqué.

http://www.sealink.com.au/



Por cierto, para aquellos que vayan con mascotas que sepan que en esa isla está terminantemente prohibido llevar perros y gatos, así como zorros, abejas, miel y papas (patatas).

Fue allí donde vimos por primera vez un "Road Train" (tren de carretera) que son unos camiones articulados, pero con dos semirremolques, o incluso un remolque y dos semirremolques!!! Son enormes, y ver la maniobra para meter estos bichos en el barco era un auténtico espectáculo. Los de la foto no son los más grandes que vimos.





A la llegada al puerto de Pennesaw, nos dirigimos hasta la capital, Kingscote, para dejar las mochilas en el sitio donde nos quedaríamos las siguientes dos noches, y resulta que el abuelete que lo regenta ha tenido un lapsus y ha alquilado todas las habitaciones!!!, dejándonos en la calle, pero después de disculparse nos lleva a un sitio cercano donde nos podremos quedar hasta el día siguiente, en el que sí tendría lista nuestra habitación...
El sitio al que nos llevó parecía la casa del terror, jeje digna de aparecer en el programa de Cuarto Milenio, jejeje.
Esa tarde hacemos una visita a los sitios que nos quedan más cerca, para al día siguiente levantarnos tempranito, como siempre, y recorrer la mayor parte posible de la isla.

A la mañana siguiente, cogemos el coche y nos vamos a recorrer los puntos de interés más alejados. Hay que tener en cuenta que esta isla cuenta con un parque nacional en el que es necesario pagar una pequeña tasa en su entrada (unos 20 AUS, creo recordar), y que los parques nacionales en Australia se pueden visitar solamente hasta las 5 de la tarde, hora en la que cierran.

Ese precio parece ridículo cuando tus ojos ven la cantidad de parajes maravillosos que tienes por delante, y en especial, cuando vas al sitio donde puedes observar a los leones marinos en su hábitat natural desde relativamente cerca.

Recorrimos muchos caminos sin asfaltar, y vimos unas cuantas Goannas, lagartos enormes (de más de un metro de longitud), que se te cruzaban por la carretera. Cuando veías uno, te quedabas parado frotándote los ojos, porque no te podías creer que estuvieras viendo semejante bicho, cuando cogías la cámara, ya había desaparecido (como buen lagarto), así que la única foto que pude sacarles es la del cartel que se ve más abajo...



Al final del día regresamos al hostel que habíamos reservado inicialmente, y aprovechamos para poner una colada.

Por la noche fuimos a ver los pingüinos en su "hábitat natural" (en Kingscote), que en esta región del mundo tienen la particularidad de ser de plumaje azul, y no de color negro como estamos acostumbrados a ver en los documentales.

Personalmente pienso que esta visita es un timo, ya que cada persona paga unos 17 AUD, para que te alumbren un par de animalitos con una luz roja (esa noche no vimos si no a cuatro, y como no aparecían por ningún lado, te empiezan a hablar de las constelaciones celestes del hemisferio sur y de los caballitos de mar que tienen en un acuario en el centro desde el que sale la "visita guiada".

































































A la jornada siguiente nos quedaría hasta medio día para ver algunas cosillas más de la isla, en concreto el Este de la misma, el Little Sahara (yo creo que su nombre dice mucho, no?) y la paz que se respira en American River, ya que a la una saldría el barco que nos llevaría de nuevo a  Cape Jervis, donde empezaría el trayecto más largo que haríamos del tirón rumbo a Wilpena Pound (Flinder Ranges National Park).


DÍA 7 Kangaroo Island. Salida a Hawker:

Ese día nos despiertan los rayos de Sol por la mañana. En estas latitudes el gigante celeste aparece en el firmamento bastante más temprano de lo que solemos estar acostumbrados en nuestra tierra.

Es hora de recoger todo y volver a cargar las cosas en el coche, pero antes toca desayunar en condiciones porque nos queda mucho camino por delante. La ropa aún no se ha secado bien, así que improvisamos un tendedero en el interior del vehículo...

Nos quedan algunas horas en Kangaroo Island, y las aprovechamos para visitar áreas que se quedaron sin marcar en el mapa el día anterior, como las dunas de Little Sahara, Vivonne Bay y Seal Bay (donde se supone que puedes ver a los leones marinos desde bastante cerca, en la playa, previo pago de la correspondiente "visita guiada", pero que después de haberlos visto el día anterior en Admiral Arch, y del "episodio de los pingüinos" en Kingscote de la noche anterior, ya no había más ganas de aligerar el peso de nuestros bolsillos en temas como ese).

También fuimos a una zona llamada American River donde el tiempo parecía haberse parado (incluso más que en otras zonas visitadas con anterioridad), una marisma donde incluso pudimos sacarnos fotos con pelícanos a menos de un metro de distancia, o contemplar cisnes, patos y otro tipo de aves nadando en el agua en calma que había frente a nuestros ojos.

No podíamos abandonar la isla sin probar una de las cosas por la que es conocida Kangaroo Island, su miel, cuya calidad puedo constatar para aquellas personas que al igual que nosotros prefieren esta alternativa a otro tipo de edulcorantes.























Llegados de nuevo a tierra firme, toca ponerle nuevo destino al GPS: Hawker, que es el pueblo de partida para visitar Flinder Ranges. Nos quedan bastantes horas para llegar y muchos, muchos kilómetros por delante.

A ese tiempo se tuvo que añadir un imprevisto con el que no contaba: atasco monumental!! Resulta que los desvíos que causaban la construcción de una nueva autopista y la hora punta de salida de los viernes hicieron que se juntaran el hambre y las ganas de comer, y eso se tradujo en más de dos horas de retraso en nuestras previsiones (lo que se ve en la foto es una autovía, en la que hay semáforos, cruces, incorporaciones y por la que en muchos tramos, por razones bastante obvias a veces y otras no tanto, el límite de velocidad es de 60 km/h).





Es de notar que a medida que te alejas de la "civilización" y te acercas a la nada, el número de gasolineras que te encuentras por el camino va disminuyendo en la misma proporción que sube el precio del aclamado líquido que allí se vende, así que para no quedarse tirado, es mejor llenar el tanque siempre que se pueda.





También habrá que tener dinero en efectivo suficiente (en dolares australianos, por supuesto), ya que en los pocos sitios perdidos en el mapa que encontrarás por el camino no siempre se podrá pagar con tarjeta, y mucho menos, encontrar algún lugar donde cambiar las divisas.
Y ya que hablamos de dinero, aprovecho para comentar dónde y cómo cambiarlo, así como comentar algunas peculiaridades que tiene aquel "papel"- moneda o mejor dicho, plástico-moneda.

En los aeropuertos internacionales hay ventanillas para realizar las permutas de billetes, pero recomiendo no hacerlo en Barajas, porque allí la tasa de cambio es muy, muy mala.

El dinero se puede cambiar también en diversos sitios dedicados a ello en las grandes ciudades, pero fuera de ahí solo te quedará hacer lo que hicimos nosotros, ir a cajeros automáticos y sacar efectivo en la moneda local. Cuando lo tuve que hacer pensé que cuando viera la comisión que me cobraría mi banco se me iba a caer el pelo, pero curiosamente, incluso con esa penalización, fue sin duda y con diferencia la mejor tasa de cambio que vi.
Con respecto a lo que dije antes del plástico, me refería a que los billetes de dolares australianos están hechos de un material que les da ese tacto, nada que ver con el que estamos acostumbrados a palpar, parecen de juguete...



Bueno, el caso es que entre el atasco y las paradas que hemos hecho por el camino para repostar, comer, estirar las piernas, comprar algo de comida en una tienda perdida en la nada... se nos estaba haciendo de noche, y aún quedaban casi dos horas de trayecto, y es precisamente con la falta de luz cuando más animalitos autóctonos salen a pasear de forma temeraria, así que decidimos parar en un área de descanso (cada cierto número de kilómetros había una) para dormir allí en el coche aquella noche (cuánto echamos de menos nuestra furgo con los muebles "Made by Esero", en especial mis riñones, a la mañana siguiente, jeje).

Lo cierto es que habíamos llevado un saco de dormir de verano cada uno, pero no sólo no nos hizo falta, si no casi tuvimos que dormir casi desnudos del calor tan sofocante que hacía, lo que nos obligó a abrir más de lo que nos hubiese gustado las ventanillas, pero cuando todo parecía que no podía ir peor, se pone a llover a cántaros!!!, pero con calor!!! Madre mía, que mal lo pasamos esa noche...

DÍA 8 Flinder Ranges National Park:



Cuando nos despertamos (tampoco es que durmiéramos mucho, especialmente yo), nos encontramos este Road Train doble cisterna al ladito nuestro, menudo bicho.





Hablando de trenes, ese zona de descanso estaba cerca de una vía, y esa noche pasó un tren de mercancías, el estruendo de su presencia, anunciada con el sonido inconfundible de su bocina, me despertó... menuda animalada, si los camiones en Australia tienen el doble de tamaño que en otros lugares ya se pueden imaginar el de los trenes.

Es hora de retomar el viaje hacia Hawker, y no es que yo piense que aquello era un pueblo fantasma, es que las imágenes que pongo lo dejan más que claro... allí el punto de información turística, el supermercado, el cajero, el punto de acceso a internet, la gasolinera... estaba todo, dónde?: en la gasolinera!!! Lo demás eran algunos moteles para quedarse y calles desiertas, en las que por no haber no había ni coches estacionados...
En la gasolinera recogemos un mapa y alguna información útil, y también sacamos las tarjetas de embarque del vuelo que tendríamos que coger al día siguiente con destino a Melbourne.



   

   

 

Desde Hawker hasta Wilpena quedán aún más de hora y pico de camino, así que nos ponemos en ruta, después de "engañar" al estómago.
Para entrar al parque nacional hay que pagar (cómo no), aunque esta vez me llama la atención el sistema de cobro, que se basa en la buena voluntad y honradez de los visitantes, que deben meter el importe exacto de dinero en un sobre habilitado para ello, y dejarlo en un buzón, rellenando un formulario autocopiable, del que nos tendremos que quedar una copia que debe quedar visible en la luna delantera del vehículo. Para ser sinceros, nadie nos revisó nada, pero como no era mucho dinero (unos 10 AUD, creo, es decir, 8.5 EUR aproximadamente), los pagamos y punto.

Dentro del parque hay un centro de visitantes, donde puedes pedir un mapa de senderos. Nosotros hicimos dos, uno dentro del parque y otro en sus inmediaciones (mira que había moscas allí!!, y en general, en muchos de los sitios que visitamos), este último con un poco de tensión, pues había una valla con un cartel que advertía de la presencia de perros salvajes peligrosos, por lo que las piedras en las manos no faltaron en ningún momento, por si acaso, y por supuesto, las piernas listas para salir pitando ;).

Allí es donde vimos este lagarto tan peculiar. Estaba fiambre, menudo bicho, no? Más tarde, en un museo que visitamos en Melbourne nos enteraríamos de que se trataba de una especie en peligro de extinción de los que ya no quedan muchos ejemplares, por lo que fuimos todos unos afortunados viendo uno, aunque por desgracia estuviera muerto...



En esa zona se pueden contratar vuelos escénicos (en avioneta) o bien en globo, pero esto último sólo en otras épocas del año (la verdad es que nunca hemos montado en globo, y creo que podría haber estado bien). Nuestro presupuesto estaba ya algo resentido (la verdad es que había leído que este país era caro, pero no pensé que tanto), y aún quedaban días, así que desestimamos esta posibilidad y nos conformamos con verlo todo desde el suelo (que no fue poco). Para los más curiosos, he buscado una foto en google de lo que se puede ver desde arriba.



Esa noche teníamos prevista pasarla en el coche de nuevo, pero como nos fue tan mal en la anterior y encima llevábamos todo el día de pateos, olíamos ya a "agua de landas", necesitábamos una ducha urgentemente, y de camino, descansar bien, que al día siguiente tocaba paliza de kilómetros de nuevo, hasta el aeropuerto de Adelaida, así que buscamos un sitio donde pasar la noche. Descartamos el primero, que debió pensar que "eramos suecos" o algo por lo que pretendía pedir por una habitación. El segundo motel (si, motel, como en las películas americanas) era algo más barato (y allí ya no quedaban muchas más opciones) así que nos decantamos por esa.

Como casi no habíamos comido, y a estas alturas del viaje creo que nos lo merecíamos, fuimos esa noche a comer al "restaurante-licorería-recepción" anexo al motel, no es que fuera ninguna maravilla, pero al menos, cambiamos de menú el pan con atún nuestro de cada día...
Después, un paseito por el pueblo de "Cásper" (es que a los dos nos gusta caminar, de hecho, nos conocimos en un pateo de senderismo), jejeje, y a la cama...






































DÍA 9 Salida hacia Adelaida, destino: Melbourne



Este fue sin duda el peor día de todos los de nuestra aventura australiana, ya que es uno de esos de los que se considera "perdido".

Por un lado nos encontrábamos a bastantes kilómetros del aeropuerto, por otro quedaba la incertidumbre de si volveríamos a coger un atasco de los buenos, y teníamos que devolver el coche de alquiler, así que decidimos iniciar el viaje de retorno desde temprano, por si acaso.

Eso no quitó para que hiciéramos algunas paradas "turísticas" en algunos sitios que nos cogían bastante de paso (y otros no tanto), que podrían haber tenido algo que nos "enganchara", pero que desafortunadamente no fue así. Me refiero, por ejemplo a Port Augusta y Port Pirie.

Llegamos bastante bien de tiempo a Adelaida, donde paramos en una gasolinera que tenía un  restaurante de comida rápida para poder comer algo "decente", aunque eso de rápida estaba en alguna hipótesis que debió haber imaginado mi cerebro en una de sus conjeturas que conducen a lo absurdo, porque en mi vida habían tardado tanto en servirme dos hamburguesas, debe ser que pedí algo "fuera de la carta" o tal vez estaban esperando a que terminaran de deshuesar al ternero en la trastienda para poner la carne a moler... jejejeje.

Adelaida es una ciudad fea (o por lo menos, poco atractiva para mi gusto), al parecer su mayor interés reside en un parque que está en el centro, y que sinceramente, poco nos atrajo visitar, así que después de "almorzar" nos pusimos de camino al aeropuerto.

Como no cogimos atascos, y los intentos para "matar el tiempo" fueron fallidos, y además encontrar tanto la terminal como el sitio donde tenía que devolver el coche, así como una gasolinera cercana para poder entregarlo de nuevo con el tanque lleno no nos dio demasiados problemas,  llegamos con bastante antelación al lugar de donde saldría el próximo avión.

¿Podríamos haber hecho otra cosa adicional ese día? Sin ninguna duda, South Australia tiene "algunas" cosillas interesantes más para visitar, pero el problema es que se encontraban algo alejadas de allí, y cualquier contratiempo inesperado aquel día podría haber hecho que perdiéramos el avión, así que puesto en una balanza los pros y los contras, preferimos quedarnos cinco horas tirados en el recinto aeroportuario, que al final, serían seis, debido a un retraso que sufrió el vuelo. Bueno, al menos pudimos cambiar los euros que nos quedaban en el único sitio que vimos para ello hasta que concluyera el viaje, y encima a un buen ratio.

http://www.southaustralia.com/index.aspx

A Melbourne llegamos a la hora de las brujas. Había que cambiar la posición del minutero por última vez en aquel país (media hora solamente). Al salir de la terminal, compramos dos bonos individuales (que advierto que salen mucho más caros de lo que un bolsillo medio de nuestro país esperaría pagar para este tipo de transporte colectivo y recorrido) para coger una guagua que te lleva hasta la estación central de trenes del núcleo urbano de la ciudad, desde donde fuimos caminando hasta el hostel, siguiendo las indicaciones del GPS, que había sido puesto previamente en modo peatón. Esa noche nos tocó compartir habitación con dos "mofetas" roncadoras, jejeje, con las que repetiríamos al día siguiente.

DÍA 10 Melbourne

El décimo día de nuestro viaje lo dedicamos a la visita de esta ciudad. A nosotros no nos atrae especialmente visitar ciudades, y menos si carecen del encanto que se puede encontrar en los cascos antiguos de algunas urbes europeas, en los que se respira historia y arte, pero al ser nuestro punto de partida para nuestra siguiente trayecto, parecía casi un pecado no dedicarle al menos un día a conocer un poco de este emplazamiento urbano.

¿Qué se puede ver en Melbourne? Pues a parte de rascacielos, un paseo por el río, muchos coches y tráfico caótico, puedes visitar el estadio de lo que junto al rugby, son los deportes nacionales: el críquet (que es una especie de baseball, pero con unos palos planos, y con una reglas de juego diferentes, por supuesto), algunos museos, entre los que se encuentran el "Melbourne Museum" (que visitamos y el cual recomendamos) o el Old Melbourne Gaol Crime & Justice Experience", que es un antiguo penal adaptado para recibir "otro tipo de huéspedes", y por el que hubiésemos tenido que pagar 50 AUD para entrar (y va a ser que no...), mientras que por menos de la mitad iríamos a un verdadero icono de la urbe.

Hablando de críquet, me acaba de venir a la mente el vídeo con las instrucciones de seguridad que te pone Quantas en su avión Airbus A380. Seguramente habrá gente que no entienda porqué, pero a nosotros nos entraba la risa cuando lo veíamos (es que se presta a ser parodiado):

http://www.youtube.com/watch?v=NQ_ucd3uvpw

Con respecto a lo de la cárcel, por si alguien no lo sabe, este país es el que que escogió en su día el Reino de Inglaterra (cuando todavía era una colonia del mismo, aunque curiosamente, ni siquiera después de su independencia han conseguido desvincularse del "Imperio Británico") para desterrar lo más lejos posible a sus presos (para que nunca volvieran), y para más inri, a muchos los mandaban a Tasmania, o sea, más lejos y "aislados" todavía, nunca mejor dicho.

Por supuesto, para los amantes de lo cosmopolita, Melbourne ofrece muchas más cosas, que siendo honestos, no captaron nuestra atención. Tanto fue así que mientras en el resto de la crónica he tenido que hacer una selección de las fotos que sacamos, en este caso sólo he tenido que poner las que teníamos, que como verán, son muy pocas (una del sky line de noche, otras del interior del museo y una de un turismo con mataburros, o mejor dicho, "matacanguros", que aunque se trate de un coche con "algunos" años por el asfalto, es sólo un ejemplo, ya que vimos modelos de este tipo de medio de transporte con este accesorio instalado... por algo será).











Hay una foto del Queen Victoria Market, que como buen mercado, cierra los lunes :( . Yo crecí en un mercado porque mi padre trabajó toda su vida en uno, y esa foto la saqué pensando en él, y aunque la globalización está haciendo que cada vez este tipo de establecimientos caiga en el olvido, lo cierto es que a mi progenitor le encanta visitarlos y comprar en ellos, y algo de eso  me ha pegado a mí también...
En Melbourne existe una línea de tranvía circular (es fácilmente identificable, pues es la que usa los trenes más viejitos, de estilo clásico), que es gratuita, y si no te gusta caminar y/o no tienes mucho tiempo, es la mejor y más barata manera de tener una visión global de esta urbe.

Para más información sobre Melbourne:

http://www.visitvictoria.com

Para terminar, un briconsejo de electricidad, jejeje.





Los enchufes en Australia son bastante diferentes a los nuestros (ojo, son diferentes a los del Reino Unido también), o sea, que para recargar la cámara, el móvil, etc, nos quedan varías opciones:

-- Comprar un adaptador de viaje universal (con todas las combinaciones posibles), lo cual es algo caro, o comprar uno específico en el propio país (es    más barato, de hecho por menos de 5 euros podríamos haber pillado uno nada más bajarnos del avión en Sidney, aunque no nos apetecía tener un nuevo "pisapapeles" en casa).

-- Pedir que te presten un adaptador en los sitios en los que te hospedes (si es que lo tienen).

-- Usar un adaptador USB para la toma de mechero del coche (si vas a alquilar uno, lo cual, como ya dije al principio, es casi obligatorio si quieres ver muchas cosas que hemos mostrado y mostraremos en esta crónica). Esta fue la manera con la que conseguimos realizar la carga.
Allí la tensión de los enchufes es de 220 v, o sea, que no se necesita un transformador adicional, si elijes cualquiera de las dos primeras opciones.

Quedan todavía algunos días de viaje por relatar, y lo más impresionante está aún por llegar...

DÍA 11 Phillip Island



Melbourne es la capital del estado de Victoria, la segunda ciudad más poblada de Australia, después de Sidney, y el punto de partida para uno de los lugares más visitados del país: la GOR, es decir, Great Ocean Road (Gran Carretera del Océano).

Tal vez haya gente que se pregunte porque la capital de Australia no es ninguna de estas dos ciudades, de las que todos hemos oído hablar, si no Camberra. La respuesta es simple, ambas ciudades se disputaban ese puesto, y como no se llegaba a ningún consenso, se hizo lo que se le hace a dos hermanos que se pelean por la misma cosa, ni para uno ni para el otro, y se creo, de la nada, una ciudad "perfecta", prácticamente equidistante a ambas urbes, que sería bautizada como el centro político del país.

Algo así deberían de hacer en Canarias, que es la única Comunidad Autónoma de España que no tiene una capital fija, si no que cambia cada cuatro años entre la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y la de Las Palmas de Gran Canaria, pero me parece a mí que como no salga la isla fantasma de San Borondón (leyenda canaria) o algo parecido al volcán submarino de El Hierro entre las dos urbes insulares, lo llevamos claro... jejeje.

Se puede hacer la GOR contratando una excursión, o a tu ritmo, alquilando un coche, quedándote a disfrutar de los sitios el tiempo que marquen tus gustos, no los del chófer, y eso fue lo que hicimos nosotros.

Pero nuestra forma de iniciar la GOR fue poco frecuente, ya que nuestro recorrido empezaría en Phillip Island (al sur de Melbourne), un nombre que le sonará mucho a los aficionados al Moto GP, pues es ahí donde se encuentra el circuito donde se celebra la citada prueba mundial en Australia.

Aunque tal y como veremos más adelante, Phillip Island tiene muchas más cosas por las que vale la pena visitarla, y si no hubiese sido por los consejos de mi amiga australiana Mellissa, hubiésemos pasado por alto uno de los sitios que más nos gustó del país.

Para iniciar el siguiente tramo de nuestro viaje, necesitábamos recoger el último coche que aún quedaba por alquilar. Para ello tendríamos que ir caminando desde el hostel hasta el punto de la ciudad donde estaba el Rent a Car (otro de los errores que cometí en la planificación, ya que esa empresa estaba un poco lejos de allí, y al lado del lugar donde nos hospedamos había otro Rent a Car, y de renombre además), y no es que nos molestara dar un paseo de algo más de cuarenta minutos, es que esa mañana el tiempo cambió radicalmente, y Melborne se vio sumergida debajo de una tormenta de lluvia incesante.

Dejamos las mochilas en el hostel, y teníamos la intención de ir corriendo (con las indicaciones del GPS en modo peatón) y después regresar con el coche a recoger el equipaje, pero es que realmente estaba cayendo una buena, y los chubasqueros que teníamos iban a servir de muy poco para evitar que nos quedáramos echos una auténtica sopa, así que cogimos las mochilas y cogimos un taxi (hacía muchísimos años que no me subía en uno, no soy amante de coger este tipo de medios de transportes, pero esta vez no quedaba otra).

Al taxista no le debió parecer muy bien que encendiera el GPS a ver qué "vueltita" por la ciudad nos iba a dar, pero lo hice para que no abusara, ya que el GPS marcaba un recorrido en coche de tan sólo 6 minutos, y ya llevábamos algunos más... (aún así, nos dio un buen recorrido, pero bueno, tampoco hubo que mendigar para pagarle, aunque si no existiera esa picaresca absurda y deshonesta entre muchos, no todos, los trabajadores de ese sector, seguro que más gente haría uso de ese servicio público).

Con el "coche" ya en nuestras manos (lo entrecomillo porque jamás volveré a alquilar ese modelo de vehículo, pues tal vez sea idóneo para el casco urbano, pero terrorífico para largos recorridos, por su falta de autonomía, comodidad y sobretodo, seguridad, y no es un modelo biplaza, ni su versión de cuatro pasajeros, por si alguien tenía algún candidato en mente), nos pusimos de camino hacia Phillip Island.

La puntualización de antes no fue hecha por casualidad, la lluvia no había cesado, y en un tramo de carretera pasé por encima de un charco que tapaba un bache en el asfalto, lo que me hizo perder el control del vehículo, con la mala suerte que coincidió en un tramo estrecho, sin arcén, y lo peor, con un "road train" viniendo a toda ostia en sentido contrario... no nos matamos porque Dios es grande y ese día no estaba escrito que nos fuéramos de este mundo, casi me echo a llorar y todo...

Les puedo asegurar que he llevado infinidad de modelos de coches diferentes con condiciones metereológicas extremas (nieve, lluvia intensa, etc), aquí y en otras partes del mundo, así como que la velocidad que llevaba en ese momento era la adecuada para el tipo de vía y circunstancias, y jamás se me había ido un coche de esa manera por pisar un bache bajo el agua. Con esto solo quiero decir que no se dejen cegar (como hice yo) por un modelo económico, es mejor, por un poco más, optar por un modelo más seguro.

Cuando te pasa una cosa de estas tienes que parar un rato para que se te cure el susto...

Phillip Island es famosa no sólo por el premio de Moto GP, si no también por su fábrica de chocolate (del que se come, jeje), y sobretodo, por sus pingüinos azules, ya que es aquí donde se encuentra el sitio más famoso de toda Australia para avistar a estos animalitos regresando por las noches a tierra firme.

http://www.visitphillipisland.com/

Esta localidad es un istmo al que se puede llegar bien en coche por la única vía de entrada que tiene, o por barco, no estando este último, ni tampoco sendos puertos de atraque, preparados para el embarque de vehículos, sólo de pasajeros.
En esta web podemos encontrar la información necesaria sobre dicha línea regular:

http://www.interislandferries.com.au

Al pasar el puente que separa ambas orillas, nos dirigimos antes que nada al que sería, con diferencia, el mejor sitio en el que nos quedamos a dormir en todo el viaje. Se trataba de un camping, pero en el que habían habitaciones de huéspedes también, y la verdad, la sorpresa fue grata, muy limpio, bien cuidado, amabilidad del personal, calidad del servicio y buen precio (comparado con otros que se manejan en ese país).
Dejadas las mochilas y una vez almorzado, nos ponemos de nuevo en camino, para tratar de ver el mayor número de cosas antes de que se ponga el Sol.

Y digo el Sol, porque afortunadamente el día se había tornado alegre nuevamente, y la claridad presente en el cielo hace olvidar fácilmente las condiciones metereológicas de esa misma mañana.

Para nosotros el rincón más bonito es en el que está el "Nobbies Centre", donde a parte de muchísimas gaviotas (en mi vida había visto semejante concentración de estos animales), puedes ver una vista impresionante, como la que se ven en la fotos. En ese lugar también hay leones marinos, y pingüinos azules!!!, de hecho, tuvimos la suerte de ver uno a plena luz del día, escondido en una roca.







Phillip Island es ideal también para los amantes del surf, y es aquí donde a la mañana siguiente aprovecharía para deslizarme sobre la marea en Smith Beach, aunque hay otras playas mejores que esa para ello, pero esta me venía bien porque había un sitio cerca para alquilar las tablas (y que además, estaban muy bien cuidadas, nada que ver con las que habíamos visto el segundo día en Bondi Beach, en Sidney).

Llegamos a ir al famoso centro de avistamiento de pingüinos, pero nos pareció tan caro, que desestimamos la visita que hubiese vaciado del todo nuestras arcas (el precio básico rondaba los 50 AUD por persona, llegando a los 90 AUD por persona en su versión más "completa", tal vez es que ponían canapés de unicornio, porque si no, no me explico esas cantidades...).

Por supuesto, dos amantes de las motos como nosotros no podíamos dejar pasar un saltito al famoso circuito con el que cuenta la isla, que amortiza su mantenimiento abriendo sus puertas todos los días a los amantes de la velocidad, tanto de las dos como de las cuatro ruedas, que quieran desfogar su sed de adrenalina sin restricciones y con la máxima seguridad, a cambio de una "modesta" cantidad, la pena fue no haber tenido una moto en ese momento...







DÍA 12 Phillip Island - Apollo Bay

Antes de decirle adiós a "la isla de Felipe", pude quitarme el gusanillo de coger una ola en Australia, y aunque aprendí tarde este deporte y siendo honesto, no aguanto mucho tiempo encima de la tabla (las pocas veces que consigo subirme a una ola), lo cierto es que la sonrisa de niño que se pone en mi cara al deslizarme sobre el mar no me lo quita nadie.





También visitaríamos otro parque nacional con el que cuenta la isla, en el que como se puede observar, se respiraba pura tranquilidad.





Ante la imposibilidad de llevar el coche por el atajo marino que supone el camino más corto entre Phillip Island y la localidad de Sorrento, para su a su vez coger allí un ferry que nos llevara a Queenscliff, donde empezaría nuestro recorrido por la Great Ocean Road, no quedaría otra opción que unir ambos puntos por carretera (lo que implica un considerable rodeo).

He de decir, llegado este punto, que los gastos de tiempo y dinero que genera hacer tanto ese rodeo como el posterior ferry que nos llevaría a la localidad de partida de la siguiente aventura, son superiores que los que supondría tomar la alternativa puramente terrestre, pero  a cambio, podíamos ver sitios nuevos, sin repetir recorrido, y que el conductor descanse un poco mientras dura el trayecto en barco, así que nos decantamos por esta alternativa.



Los horarios y precios de esta línea de ferry se pueden encontrar aquí:

http://www.searoad.com.au/

El primer objetivo una vez realizado el desembarque era visitar Torquay, donde fuimos al museo del surf, y también donde vimos la tienda Rip Curl (marca de equipamiento y moda surfera) más grande del mundo, madre mía, era como un centro comercial dedicado sola y exclusivamente a todo lo que rodea a este deporte.

















Y es que este hecho no es casualidad, a pocos kilómetros de allí está la que es posiblemente, la playa surfera más famosa del mundo: "Bells Beach", la playa de las campanas, donde se organizan todos los años pruebas del campeonato del mundo de surf, y donde "supuestamente" se rodó la escena final de la película "Le llaman Bodhi (Point Break)", donde el policía encarnado por Keanu Reeves deja que el ladrón interpretado por Patrick Swayze escape y surfee la última ola de su vida (la playa que sale ni tan siquiera se parece a Bells Beach).

http://www.youtube.com/watch?v=0jB1ZuuvtuY

Fue todo un sueño haber estado allí, aunque por desgracia ese día no hubiesen olas.









Cuando ya casi estaba oscureciendo, llegamos a Apollo Bay, un sitio muy, muy tranquilo, donde como en muchos otros de los que visitamos, el tiempo parecía haberse parado. Les puedo asegura que ver atardecer allí, escuchando el sonido del mar, es una experiencia inigualable.





Allí aprovechamos para tender los bañadores y el neopreno que había usado esa mañana, para que se terminaran de secar.
Después de nuestro habitual paseo de última hora, nos fuimos a dormir, la jornada siguiente nos depararía el que fue sin duda, el paisaje más impresionante de todos lo que vimos en Australia.


DÍA 13 Port Campbell




Se acerca el final de nuestro viaje, y no íbamos a regresar a casa sin terminar los tramos más interesantes de la Great Ocean Road, que acaban en la localidad de Port Campbell, muy cerca de lo que para nosotros fue, la vista más impresionante de todas las que vimos en el país: The Twelve Apostles, Los Doce Apóstoles, un conjunto de escollos gigantescos que se han formado por la erosión de mar y del viento , y que se encuentran en un paraje de verdadero ensueño.

Este sitio es, junto a Sidney, donde más concentración de turistas vimos por metro cuadrado (en especial, japoneses, acompañados inseparablemente de cámaras de última generación, con las que fotografiaban hasta las moscas que había volando alrededor de los matorrales, jejeje, no es coña), pero es que las imágenes hablan por sí solas.

El negocio estrella aquí eran los vuelos escénicos en helicóptero, llegue a contar hasta cinco de estas aeronaves surcando el cielo simultáneamente. En la base de aterrizaje, que estaba junto al enorme y necesario aparcamiento, no daba tiempo a verlos en tierra, ya que nada más tomar tierra, se bajaban todos los turistas que ya habían dado su "vuelta al ruedo" y se subía otra tanda, y a volar de nuevo... algo parecido a lo que pasa en el London Eye, pero a lo bestia (la noria gigante de Londres, la cual no se para nunca durante el día, si no que gira tan despacio que apenas se aprecia desplazamiento de rotación alguno, y por eso da tiempo a que la gente se suba y se baje sin que el movimiento del rotor cese en ningún momento).

A nosotros ya sólo nos quedaba algo de dinero para sobrevivir hasta regresar a casa, a si que ni siquiera nos molestamos en preguntar cuánto costaba el trayecto...




























Antes de llegar a este punto culminante, hay que tomar una desviación en la GOR y hacer una visita obligada al lugar donde mejor se pueden ver los koalas en su hábitat natural en Australia, y sin pagar nada!!!.
Este lugar se llama Otway Ranges National Park.







Previamente también hay un punto que vale la pena visitar, esta vez, más cerca de la carretera, en el que podremos hacer un pequeño pateo circular por una auténtica "selva" de helechos y árboles gigantes, algo parecido a un bosque encantado.



Al final de este recorrido se puede visitar, esta vez previo pago, unos acantilados, con una vista inigualable desde el faro que está en el borde de los mismos, pero nuevamente, desestimamos la opción, y nos pusimos de vuelta nuevamente hacia la GOR.



El recorrido del día (y casi casi del viaje) acaba en Port Campbell. Un pueblo pequeño, pero con ambiente, debido a la vida que le da su situación estratégica. Mucha gente finaliza aquí, como nosotros, su recorrido por la GOR, aunque en realidad, tenga muchos más kilómetros por descubrir. Por cierto, aunque se llame Gran Carretera del Océano, su recorrido no siempre colinda con el mar.






DÍA 14 Regreso a Sidney



Esta jornada se dedica prácticamente a llevar a cabo el camino de vuelta hacia la primera ciudad australiana que visitamos.
La Great Ocean Road es una vía "secundaria", que se ha sido sustituida por tramos de autopista o al menos, carreteras con menos curvas por la que es más fácil conducir. El camino de vuelta a Melbourne lo llevaríamos a cabo por este atajo, ya que regresar por el mismo  camino llevaría muchísimo más tiempo.

Melbourne tiene dos aeropuertos: "Tullamarine", más cerca del centro, y "Avalon", considerablemente más alejado, aunque si estás en Port Campbell y te dispones a coger un avión, este último será la mejor opción (otro detalle que se nos escapó al planificar, ya que la vuelta la pusimos, al igual que la llegada, por Tullamarine).

El Rent a Car donde alquilamos este último coche era algo (bastante) cutre, y no tenía servicio de entrega en el aeropuerto, si no que había que dejarlo en un lugar que distaba unos cuatro kilómetros del mismo. Lo que si tenían era un servicio gratuito de transporte hasta la terminal de salida.

El vuelo salió a su hora, y a las 14:30 (hora y media de trayecto) ya estábamos de nuevo en Sidney, pero esta vez, en su terminal de vuelos domésticos (vuelos no internacionales).

Al igual que cuando llegamos, el método más cómodo es coger una "lanzadera" que te lleve al lugar del centro de la ciudad que le pidas.

Hay varias empresas que hacen este servicio (de hecho, cuando salgas de la terminal y te vean mirando a todos lados, te abordarán ofreciéndote sus servicios), pero la más barata es "Sydney Shuttle Bus", que cuenta con modelos de Toyota Hiace más viejos que la competencia, pero a cambio hace el mismo servicio por 3 AUD/persona menos que su competencia, que cobra 15 AUD a cada pasajero.

Por cierto, otro error de la planificación de este viaje fue coger la ida y la vuelta por la misma ciudad, y encima pagar con ello dos desplazamientos adicionales entre el aeropuerto y el centro y viceversa. Al final, aunque de primeras parezca más caro, es mejor coger la ida y la vuelta por lugares diferentes, porque aunque el billete inicial costará más que si haces ambos trayectos por la misma ciudad, al final te ahorrarás un vuelo interior y un trayecto ida/vuelta aeropuerto - centro por pasajero. Si sacas cuentas, verás que vale más la pena de esa manera.

Como todavía nos quedaban horas de sol y muchas energías, nos fuimos a dar un último paseo por Sidney, para sacar más y mejores fotos que las que hicimos el primer día medio dormidos, así como para recorrer algunos puntos que se nos pasaron por alto el primer día.

Una de las visitas que no se puede olvidar es la zona de The Rocks (a quienes conozcan Londres, este sitio les recordará un poco a Porto Bello, el mercadillo de Nothing Hill, pero a pequeña escala, es más, muchos rincones de Sidney se dan un aire a la capital del Reino Unido, especialmente por sus parques y casas victorianas), donde hay tiendas y mucho ambientillo, y los fines de semana, un mercadillo en la calle, donde se pueden comprar recuerdos, delicatessen (nos dieron a probar un trocito de pan, mojado en aceite de semillas que era un auténtico vicio, un dulce que se parecía a nuestro turrón duro, pero que era blandito como una nube y algunas cosillas más), y hasta placas de matrículas australianas en desuso (allí al parecer está permitida su venta, siempre que vaya acompañada en su adverso de una pegatina que advierta de la prohibición de usarla para cualquier otro uso que no sea el ornamental, y bajo ningún concepto, en un vehículo a motor).  La verdad es que no le hubiese quedado nada mal una de esas a mi furgo, pero al final no conseguí llevarme el gato al agua en el regateo.



Lo que si compré fue la pegatina más mítica que se puede adquirir en Australia, así como unas monedas de edición especial del año 1.977.

Sidney cuenta con un barrio chino (como no!!), donde todas las tiendas y centros comerciales están llenos de orientales, tanto vendiendo como comprando, parecía que de repente habíamos cambiado de país sin darnos cuenta (hay hasta un templo budista y todo). Por cierto, Sidney es tan cara que hasta comprar en los chinos es una ruina, jejeje.









Para los amantes de la cultura urbana, Sidney tiene bastantes ofertas, como por ejemplo su famoso acuario, o uno de los conocidos museos de cera "Madam Tussands" de los que hay repartidos por el mundo, en cuyo exterior pudimos tomarnos una foto con el "mismísimo" Leonardo Di Caprio, ¿o no?.



A los que no les guste correr la llevan clara en esta ciudad, ya que los semáforos se cambian muy rápido para los peatones (el ruidito de nave espacial que hacen al cambiarse es digno de mención, como si de un videojuego de los años 80 se tratara).


DÍA 15 Regreso a Casa. Puntualizaciones finales

Hoy toca despedir muchas cosas. Por un lado, toca despedir a Sidney, y por supuesto, a Australia. También se despide esta crónica que desde hace algunos día llevo escribiendo con la ilusión de poder compartir con todos los que la lean nuestra gran aventura australiana, así como para poder servir de ayuda (o al menos, de orientación) a las personas que estén deseando realizar un viaje similar en el futuro.

Hay muchas de esas puntualizaciones que hemos puesto a lo largo de este "tocho" que a mucha gente, en especial, los que estén más acostumbrados a viajar, le sonará a redundante, pero lo cierto es que aún habiendo estado ya en media Europa y gran parte de España, había cosas que fueron nuevas para mí, y que posiblemente lo sean también para otros tantos.

Por ejemplo, la singular manera de cambiar la hora a los relojes que hay en Australia (tener en cuenta que en los estados de Queensland, Australia Occidental y el Territorio del Norte (sólo en estos tres) NO TIENEN horario de verano, o sea, que allí no se le cambia la hora al reloj dos veces al año como en muchas partes del mundo, por lo que dependiendo de la época del año que visitemos el país tendremos que adelantar o retrasar (o incluso, dejar intacto) más o menos tiempo el reloj, cada vez que nos desplacemos entre los diferentes territorios.





O que si haces tanto una parada técnica como una visita turística a Singapur no necesitarás visado, sólo un sello en el pasaporte.
Que las señales viales de peligro allí no son triangulares, si no en forma de rombo, de fondo amarillo (y no solo la que te advierte de la presencia de canguros).

En aquel país, en especial, cerca de Melbourne, hay algunos peajes (pero no con el sistema de España, en que te enteras de que te adentras en uno porque hay que pasar previamente a recoger el ticket de entrada y para salir hacer una visita por caja a pagar, si no como el de otras naciones europeas, donde hay que comprar una pegatina (abono) que debe quedar visible en la luna frontal). Por supuesto, existen vías alternativas.

Como ya dije con anterioridad, hay algunas normas de circulación que son diferentes a las nuestras. Podría hablar de varias, muchas de ellas, fácilmente predecibles (fijándose en las líneas continuas, en lo que hacen la mayoría de los conductores que te preceden), pero sin duda la que más me llamo la atención y con la que habrá que estar atentos es con la de los cambios de dirección a la derecha con semáforo y carril dedicado (recordemos que allí se conduce por la izquierda, no por la derecha), ya que cuando se ponga en verde, y gires, te encontrarás otro semáforo en la entrada a la nueva vía que estará en rojo. Pues bien, ignóralo, eso significa que dejes pasar a los peatones, si es que hay alguno (el equivalente a nuestro ámbar intermitente). Lo "mejor" de todo es que aunque el primer semáforo se ponga en verde, permitiéndote supuestamente el giro, los vehículos que vienen de frente no se encontraran ninguna luz roja que detenga su recorrido, por lo que al girar a la derecha con confianza igual viene alguien transversalmente y te lo comes (o te come el a ti, mejor dicho, por envestida lateral izquierda). Es decir, ese semáforo que se te puso en verde equivale a nuestros "semáforos adosados de giro a la izquierda", que te permiten la maniobra, pero siempre respetando la prioridad a los usuarios de la vía que pretendes cruzar transversalmente.

Es recomendable que si te vas de viaje al extranjero, en especial, a destinos exóticos lejos de Europa, rellenes un formulario de contacto en caso de catástrofe natural, atentados, etc, en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores, dejando una relación de sitios que vas a visitar y en las fechas que lo harás, así, si pasa algo "importante", podrán avisarte tanto a ti como a las personas que designes.
No está de más tampoco tener apuntado el número de teléfono y la dirección de las embajadas y consulados de España en el país que quieres visitar, por la misma razón, o por si se te pierde o te roban el pasaporte.

Mucha gente nos ha preguntado sobre ese famoso síndrome que sufren los viajeros llamado Jet Lag. A nosotros no nos afectó a la ida, pero a la vuelta nos pegamos casi una semana con el horario cambiado (tu reloj biológico se trastoca, y te levantas de madrugada porque no puedes dormir, te dan ganas de almorzar a las ocho de la mañana y cosas así).

Pasar muchas horas en una avión requiere de paciencia, y también se hace necesario que de vez en cuando te levantes, estires las piernas, des paseos dentro del avión, o en el propio sitio, tratar de mover las articulaciones, en fin, todo lo posible para que el cuerpo no se atrofie.
Por cierto, la vuelta la hicimos con British Airways en un Boing 747 de "la vieja escuela" (nada que ver con el Airbus A380 de Quantas), tanto por la comodidad del avión como por el servicio a bordo, aunque nota a favor de la compañía británica decir que el miembro de su tripulación que nos atendió en el trayecto Sidney - Singapur era de Barcelona, y la verdad es que cuando vio que eramos compatriotas (aunque algunos no piensen lo mismo), nos dio una atención favorable, que la verdad, agradecimos enormemente, sobretodo después del mal trago que había hecho  pasar la compañía a los todos los ocupantes del vuelo, permaneciendo en tierra dentro del avión durante más de una hora, con un calor abrasador y sin conectar el aire acondicionado del aeronave (o sea, una sauna).

Nosotros no somos muy amantes del codiciado A/A (ni siquiera lo tengo en mi furgo, porque a los dos nos sienta fatal estar expuestos mucho rato a ese aire fresquito, pero seco), y la verdad es que se agradece en muchas situaciones, pero después de tantas horas en un avión terminas con la vías respiratorias totalmente afectadas (nariz bastante reseca, irritación de garganta...).

Para que el tiempo se te amenice un poco no está de más llevarse un libro (yo me compré uno de Bear Grylls, "el último superviviente", durante el transbordo en Londres del trayecto de ida. Por supuesto, el libro está en inglés, pero no veas la cantidad de cosas útiles que aprendes, muchas de ellas aplicables al mundo camper.



Para finalizar esta crónica, contar dos anécdotas que me vienen a la mente.
La primera es que nos hiciera gracia que una de las vías principales de Melbourne se llame "Batman Avenue", ¿será que el "Caballero Oscuro" vive aquí y no en Gothan? Jeje.

La otra anécdota curiosa es que cuando el propietario de la tienda de surf donde alquilé la tabla me preguntó que de dónde éramos, y le respondí que de las Islas Canarias, le cambió la cara y sonrió, diciendo: Allí hay muy buenas olas. Me gusta Tenerife (se sabía el nombre!!), a lo que contesté: Ehh!!, nosotros somos de allí!!!. La verdad es que nos dio una tremenda alegría  confirmar aún más que aunque vivamos en un sitio "pequeño", en realidad seamos tan grandes.

Creo que habría gente que no me perdonaría que acabase este relato sin darles una ligera idea de lo que cuesta un viaje así. Ojo, hay que tener en cuenta que no siempre nos decantamos por la alternativa más económica. Por ejemplo, en los trayectos de ida y vuelta nos hubiésemos podido ahorrar casi 400 euros si en lugar de hacer un recorrido de "sólo" 35 horas, hubiésemos optado por otra alternativa que, debido a unas conexiones pésimas, nos hubiese llevado 58 horas de recorrido (tanto a la ida como a la vuelta), lo que a parte de hacernos perder días de vacaciones innecesariamente, nos hubiese terminado por destrozar el cuerpo y la mente... jejeje.

Los vuelos interiores también podrían haber sido más barato si no hubiésemos tenido que facturar las mochilas (esto es un "lujo" que se paga a parte en las compañías de "bajo coste"). También pagamos la selección de asientos, para asegurar que iríamos juntitos ;), y a lo tonto esas cosas encarecen entre un 20 % y un 30 % el precio final.

No obstante, si alguno ha llegado hasta aquí y no le ha quedado claro, se lo pongo en grande para que no se lleve sorpresas:

AUSTRALIA ES MUY CARA!!! ;)

Bueno, allá voy (precio total para dos personas):

Trayecto ida/vuelta Tenerife - Sidney (con transbordos en Madrid, Londres y Singapur) incluyendo un seguro de cancelación, vuelos interiores (Sidney-Cairns-Adelaida-Melbourne-Sidney), dos ferries en los que se embarcaron además un vehículo en cada uno, 3 coches de alquiler, gasolina para 3000 kilómetros, comida, agua, dos excursiones (Barrera de Coral y Daintree Rain Forest), entradas a museos y visitas guiadas, transportes públicos (una guagua, un taxi, cuatro transfers (lanzadera aeropuerto - capital, shuttle), recuerdos y regalos, hospedajes, restaurantes (sólo fuimos dos veces, lo demás comida para llevar en supermercados, preparada por nosotros o algún que otro "fast-food"), seguro de viaje (gastos médicos, asistencia sanitaria, extravío de equipaje, decesos...), mapa de Australia para el GPS y tal vez algo más que se me olvide:

Muchísima pasta!!! (esta claro que no es un viaje para hacerlo todos los días).

Hacer realidad un sueño que tienes desde niño y vivir una experiencia como esta junto con la persona que quieres, eso no tiene precio. ;)
Espero que les haya gustado.
Gracias a todos por seguir nuestra crónica.


gaby callejon

acabo de hacer palomitas y coger una cerveza y puedes poner el capitulo 234567890'
sprinter 311 cdi 4x4 2005 y sprinter 312d 4x4 1998


http://i62.servimg.com/u/f62/14/02/66/20/escarg10.gif

Xarles

Café, cigarrazo y esperando nueva entrega.
Que gozada de viaje!
Utilizad el jodido corrector!!!

francar

...esperando la segunda entrega  ;)
"Camper Diem"

Californier

Vaaaaaaamos!!!! También para mi es un viaje soñado hace mucho, pero yo no lo hice y ahora con la niña lo veo más complicado...... Cojo un sitio que queda aquí en primera fila.....   .palmas
Pa´que dormir en casa si se puede dormir por ahí...

ESERO

Yo también tomo asiento, que aunque dice que yo no pedí la crónica, si que la estaba esperando y mas después de verle esa cara de ilusión y el reflejo en sus ojos de la satisfacción de ese viaje en un rato que nos vimos personalmente el otro día. ;)
Un saludo compañero.

Cliensol

Voy a por palomitas,,,, que bien!,,

gustavo111


tnttgn

Sigo el hilo con interes, en mis horas bajas siempre me viene a la cabeza que hubiera sido de mi vida cuando con 18 le pedí 500mil pelas a mis padres para ir alli a currar.

Sigue siendo un sueño pero me alegra que fuera también el tuyo y que este cumplido. No nos dejes de contar todos los detalles.


SAludos

tarado

Otro viaje envidia jeje, te sigo!!!!!
solo la unión kambiará las cosas (y no el grupo de música jejejejejejeje)

Baifo

Muchas gracias a todos, parece que esto se anima, así que antes de irme a dormir tendré lista la segunda entrega. Las iré poniendo en el primer mensaje, para que sea más fácil de localizar.

Xarles

Utilizad el jodido corrector!!!

tnttgn

Cita de: Baifo en Enero 01, 2013, 20:46:04 pm
Muchas gracias a todos, parece que esto se anima, así que antes de irme a dormir tendré lista la segunda entrega. Las iré poniendo en el primer mensaje, para que sea más fácil de localizar.



es la mejor manera de no perderse nada.De hecho podrias poner lo que añades en el primer mensaje editandolo y copiando pegando en el ultimo mensaje a modo de fasciculo para enterarnos de las novedades de mejor manera, porque si solo modificas el primer mensaje nosotros tus seguidores no nos vamos a dar cuenta porque no queda reflejado en nuestros mensajes.

saludos

hsc2012

Peazo viaje!!!! 

Saludos y ... esperando la continuación.

TXOSEBA

Ya tengo las cotufas..... jolin Baifo que emoción, venga que son las 9 de la noche, escribe ... y pon fotos, jejejeje, felicidades. .baba .baba .fotografo .fotografo
SOLO HE DADO UN PASO Y YA NECESITO EL GPS. Y COMO SIEMPRE, EL MAPA ESTÁ MAL.