Re:Viaje por África II ***AÑADIDO AL INDICE***

Iniciado por oscaryrut, Octubre 27, 2016, 18:24:09 pm

Tema anterior - Siguiente tema

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

aqburgo

Me he registrado solo para darte la enhorabuena por el viaje y por el relato. Bueno y también para pedirte que no dejes de escribir, nos tienes enganchados a muchos. Gracias!!

Enviado desde mi EVA-L09 mediante Tapatalk


oscaryrut

Muchísimas gracias. Cada día que escribo, es un pequeño viaje que hago a este sitio. Gracias a vosotros de verdad.

carletestrol

Uf... yo también me he registrado para seguirte desde aquí.
Te conocí de foropatrol que colgaste el hilo y desde entonces enganchaito me tienes a esa pedazo de aventura.

Yo también tengo un Patrol y ya se me empiezan a pasar por la cabeza de hacer algo así, de momento no puedo pero en cuanto se de el momento me voy de cabeza.

Sigue así nos tienes enganchados a muchos..
Gracias por esos momentos que nos reglas al día y por llevarnos por esos maravillosos sitios a todos.

Arturo Vitoria

¡Qué bueno! Otras cuantas fotos más y crónica para seguir con este pedazo de viaje, ¡¡muchas muchas gracias, de verdad!!
Pues nada, como te decimos continuamente, seguieremos sin alejarnos mucho de aquí, para seguir disfrutando con vuestras aventuras.
.palmas .palmas .ereselmejor .ereselmejor
Aquí me quedo apalancado, jejeje.
Asimilando la vida mientras viajo.

vidazabl

Uf, habrá nuevas entregas, no? Me tenéis en vilo...

Estos viajes son los que merece la pena contar y leer.
.palmas

oscaryrut

Noviembre 22, 2016, 09:22:10 am #155 Ultima modificación: Noviembre 22, 2016, 09:39:33 am por oscaryrut
Teníamos pensamientos contradictorios. Durante dos o tres días, en el Nissan, no se hablaba de otra cosa. Veíamos los pros y los contras, eran muy simples y muy claros. Dejar el coche, guardado en algún sitio, subirnos a un avión y en España, en casa, arreglarlo todo, vender lo que teníamos, conseguir lo máximo de dinero posible y dejar los trabajos. No era difícil, en poco tiempo podríamos estar viviendo en Goré. Por otro lado, significaba, dejar de viajar, no finalizar este viaje, sino dejar de vivir en España, para pasar a vivir en Guinea. Eso significaba, en definitiva, dejar de hacer lo que más nos gusta, lo que hizo que nos conociésemos y una de las mil razones por la que estamos juntos. Os puedo asegurar que en alguna ocasión, nos echamos al arcén porque los sentimientos estaban a flor de piel.

Esto seguía, estábamos tocados. Teníamos dudas de si lo que quedaba por vivir nos haría remontar las ganas de viajar. Habíamos estado tantos días parados, tantos días sin rodar, sin hacer lo que llevábamos meses haciendo, que, costó horrores, ponerse de nuevo en marcha. Incluso al Nissan, le supo mal marcharse. Los que viajáis con vuestro caracol a cuestas, lo sabéis. Con los días, al final, uno ejercita un sexto sentido para encontrar lugares para dormir, para pasar la tarde, en definitiva para parar. Vas en ruta, y cuando se aproxima la hora de acabar, ya por el rabillo del ojo, vas buscando ese caminito, esa sombra, ese rincón, donde disfrutar del silencio de la máquina, donde sentarte a devorar un libro o regalarle a tu cerebro alguna melodía, pues nosotros, nos habíamos despegado tanto de esa costumbre, que en alguna ocasión supuso algún problema.

Además, aquí, ya en estas latitudes de Guinea, el bosque, la vegetación, lo verde, se empezaba a hacer tan espeso, que muchas veces, teníamos que remontar alguna pista hasta encontrar nuestro agujerito. Muchas veces, remontábamos roderas de moto o bici, y conseguíamos dormir. Encontrar la intimidad en estos lugares, también es francamente difícil. Cada aldea tiene un campo de fútbol, y dormir en ellos, hubiese sido perfecto, pero alguna vez que lo probamos.... despoblábamos la aldea de curiosos. 

La idea inicial, cuando estuvimos desarrollando el viaje, era llegar a Costa de Marfil, atravesando Sierra Leona y Liberia. Ya, a estas alturas, estábamos tan embriagados de Guinea, que decidimos agotar el visado y visitar la Guinea Forestiere que es la región que hace frontera con esos dos países. Una noche se tomó la decisión, una noche de esas, de hoguera, cigarrillo y ideas claras. Como siempre dice Rut, se tienen que dejar cosas por ver en los mejores sitios que has estado, así siempre tendrás las ganas de volver.

Volvimos a Mamou, al pueblo céntrico de Guinea, y volvimos a la gasolinera donde semanas atrás, se interesaron por nuestro viaje. Eran todo sonrisas. Nos preguntaban, como era aquella parte de su país, aquella que toca con el mar, aquella que toca con Senegal, nos preguntaban que que tal con la gente. Les explicábamos que, por poco,  nos volvemos guineanos, y más risas. Algo en nosotros andaba fuertemente trastornado.

Supimos de Asier y también supimos de su Patrol, del pupas. Asier, recuerdo que nos dijo: quedaos a vivir ahí, que aquí todo esta igual o peor, que la gente anda cabreada con todo y esto no se remonta en mucho tiempo. Uf, más cosas en que pensar. De su Patrol, nos dijo que no se vendía, que Chloe, la directora del Kangaba, lo tenía a la venta pero que nada. Le propusimos a Asier, que volviese a por el Patrol, juntarnos en Bamako y subir juntos.

Seguíamos la ruta. Recuerdo un día, al pasar un pueblo, un montón de gente apelotonada alrededor de algo, y nosotros pasamos de largo. Al poco o al nada, una moto de puso a nuestro lado con un negro al volante y un blanco gritando. Paramos y así, conocimos a otro inmenso aventurero, esos de quitarse el sombrero por la hazaña que estaba llevando a cabo. Era un irlandés, que estaba dando la vuelta al mundo en bicicleta. El pobre muchacho estaba justito de fuerzas. Al parecer, llevaba días arrastrando unas diarreas que lo tenían exausto y en ese pueblo dijo basta. Pidió ayuda y la ayuda apareció en forma de Patrol marrón y dos contradicciones al volante. Cargamos la bicicleta en el techo, y al irlandés en la cama y nos lo llevamos a Faranha, el pueblo-ciudad más cercano. El pobre estaba agotado, que valor. Hacía dos años que había partido de su hogar y ahora iba dirección Senegal para coger un carguero que lo llevase a las Americas. Hay que viajar.

oscaryrut


oscaryrut


luises

Leyendo esto así, por la mañana, ya te deja todo el día tocado! Gracias!!

#Nano#

Que bueno, espero que Asier se anime a bajar y suba luego con vosotros,
No tengo a donde ir, así que iré a cualquier lugar...

vidazabl


IUJU!!!

Así me gusta, que sigáis.

Impresionante, de verdad!

Jesús M

Hola Oscar y Rut. Muchas, muchísimas gracias por este relato. Mira que he leído relatos pero que me enganchasen como éste, ninguno. Espero que nos sigas contando toda la parte del viaje. Es como esos libros que enganchan tanto (a mi ha pasado más de una vez), que así que lo empiezas a leer no puedes parar, estar leyendo hasta las 4 de la madrugada y teniendo que levantarme a las 6 para ir a trabajar. Pues esto es mucho mejor.
Muchas gracias otra vez y espero seguir leyendo, más bien viviendo por el sentimiento que le pones en la expresión, vuestro gran viaje a ese gran Continente que es Africa.
Saludos cordiales .ereselmejor .ereselmejor .ereselmejor
No hay persona, lugar ni cosa que tenga ningún poder sobre nosotros, el poder está en ti

Argibay

No se si os habeis planteado hacer un libro como estos compañeros:

http://www.furgovw.org/index.php?topic=308875.msg3796152#msg3796152

Pero desde luego como lo escribes aqui no estaria nada mal.
Por dar ideas :roll: :roll:

oscaryrut

Todo hacia pensar que nuestras mentes ya estaban de nuevo en marcha. Llevábamos, físicamente, unos días sentados en el Nissan, pero nuestras mentes, y lo más importante, nuestros corazones, estaban todavía lejos, allí en el mar. Estábamos de nuevo juntos. Volvíamos a las andadas. Ya no solo nos desplazábamos por estos territorios, ahora volvíamos a emocionarnos con las cosas nuevas, con las nuevas gentes y sobretodo con la selva. Dejamos de estar apáticos y fríos para volver a sentir, a sorprendernos de todo lo que veíamos. Estábamos de nuevo en el viaje.

Costó una semana ponernos de nuevo en la faena. Una semana de continuas conversaciones, de hablar casi siempre de lo mismo, y de circular con el rumbo que te marca la carretera, sin perderse, sin novedad, rutinarios. De nuevo nuestro corazón volvía a palpitar, había pasado su luto por la pena y volvía a necesitar emoción y intensidad. Volvíamos a temblar con los temerarios planes que el mapa nos ofrecía. Norte, luego Este, cruzar por aquí, pasar por allá, imagino alguna barca para pasar el rio, y el ya famoso: ya les preguntaremos. Estábamos de nuevo en el viaje.

Incluso ahora, escribiendo la crónica, me doy cuenta que al llegar a Goré, algo en mi manera de escribir cambió, sobretodo cuando os escribía nuestra marcha, y ahora vuelvo a emocionarme. He abierto, como cada mañana el mapa, y al empezar a acordarme, he empezado a escribir más rápido y más emocionado. Es curioso.

Despues de dejar al Irlandés errante en Faranah, nos fuimos dirección Sur-Este. Por esta zona, esta el famoso nacimiento del rio Niger. Nos había regalado muchas tardes de refresco en sus aguas. En Mali y aquí en Guinea, nos lo habíamos encontrado siempre dispuesto, sino era el, era alguno de sus muchos afluentes, como el Milo o el Niandam, y nos atraía conocer las montañas que lo hacen nacer. No estábamos obsesionados con caminar mil horas para buscar la fuente del Niger, como ya lo hicieron en su época, los verdaderos exploradores, pero si, ver un pequeño y dominado Niger. Nace en las montañas compartidas entre Guinea y Sierra Leona y su curso termina en Nigeria. Es descomunal su recorrido. El tercero de África.

En un pueblo llamado Kissidougou, tomamos la decisión. Subiríamos un poco hacia el norte, para buscar una pista que se metía de lleno en las montañas. No teníamos ni coordenadas, ni reseñas ni ningún tipo de marca que nos indicase donde comenzaba la pista. Salía en el mapa, y por ahí tenía que andar. Y aquí fue cuando pusimos en marchar lo aprendido, la experiencia, preguntar siempre por la siguiente población. Cuando creímos que estábamos a la altura del giro correcto, la primera pregunta: para ir a Manfran???.... si, funcionó. Un kilómetro más o menos y derecha.

Allí estaba, ancha y roja. De nuevo la aventura, de nuevo la incerteza. De nuevo el polvo, el agua, las barcazas, el regateo y la incertidumbre. Como todavía nos quedaba visado para varios días, nos marcamos el reto de llegar a Costa de Marfil, lo máximo posible, por pistas, y en ese cruce empezaba el reto. Bueno más que un reto, era una petición, un asedio de nuestro corazón a nuestra mente, un acoso y derribo. Nuestro físico también lo pedía a gritos, estaba harto del asqueroso asfalto.

Y así, la mar de contentos, nos fuimos inmiscuyendo en las montañas. No costaba avanzar puesto que la pista era casi perfecta, pero de nuevo, al llegar el atardecer y buscar nuestra parcela, esta se resistía a aparecer. Aquí los terrenos diáfanos, se habían convertido en plantaciones de Palma o habían sido pasto de la selva. Aquí en Guinea, a los locales, los pasamos a llamar paisanos, un apelativo súper simpático.

Encontrar un lugar para dormir se convirtió también en una aventura dentro de la aventura. Ya habíamos experimentado, que dormir con ellos cerca, era casi imposible, dormir si, ellos también duermen, pero era en el momento mejor del día, el de parar, relajarse, leer, oír, reír, pasear, el de la intimidad, el que con ellos cerca, se convertía en misión imposible. Nada más parar el coche, ya te rodeaba un número creciente de paisanos, y no es que molestasen, para nada, es que nosotros éramos, quizás, los primeros bichos con coche y blancos, que aterrizábamos en su campo de fútbol o en su huerto o en su jardín o en su trozo de pista y lo único que querían era ver, ver que éramos, ver que teníamos, ver que usábamos, y con esos ojos blancos que brillan en su piel negra ver como vivíamos. Alguna vez, el mayor de la aldea, se relacionaba con nosotros y nos invitaba a pasar la noche en la aldea, recuerdo que decía, que habían animales en la selva.

Que bien volver al viaje, nos volvíamos a sentir vivos de nuevo, llenos de energía, vitales, capaces de hacer cualquier cosa. Ya Goré quedaba lejos, fue una parada necesaria, útil, un parentesis.   


oscaryrut