Agosto en Rumania-Bulgaria 2015 ***AÑADIDO AL INDICE***

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Alvara.
Con el idioma no tendrás problemas o bien ingles o directamente en rumano con paciencia, además entienden y hablan muchos el español.
La seguridad como dije antes es algo subjetivo. A mi me pareció tan segura como este país, tanto en las ciudades como en el campo. Lógicamente en las ciudades hay barrios y barrios, pero el centro es como en cualquier sitio. 

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10 Día.
Descansados y con las pilas cargadas partimos de Murighiol, para pasando por Valea y Jurilovca, ir a Cetatea Histria y pasear por la vieja ciudad griega de 657 a.c.
Así lo hicimos, buscando por sus rincones si todavía quedaba algún griego por allí y la verdad, solo encontramos a unos arqueólogos. Que con más entusiasmo que medios, se encontraban allí excavando.
Sosegados por el paseo entre las ruinas partimos hacia Vadu para entrar por allí en una duna que se introduce en el mar negro formando lagunas interiores. Un lugar fantástico al lado del mar similar al mar menor, con una playa inmensa, en donde, no hay construcciones. Allí comimos y nos decidimos a la "toma" de Constanza. Antes de encaminarnos hacia Bucarest.
Constanza es interesante en su casco antiguo, si te gusta el "art deco". Está intacto en el casino y en el barrio de alrededor. Aunque, en un estado, muy importante, de abandono.
El paseo marítimo es muy agradable y en la plaza esta nada menos que Ovidio. De los Argonautas y Jasón no nos supieron dar noticias.
De aquí y aprovechando que el día es largo, pusimos dirección a Bucarest y de camino paramos a dormir.

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11 Día.
De Bucarest habíamos oído muchas cosas y no eran muy halagüeñas, pero la realidad es que nos pareció una ciudad que hay que ver.  Por un lado está el palacio gubernamental, con su mastodóntico aspecto y por otro la ciudad. Esta se va modernizando y adecuando en su parte vieja, siendo interesante su paseo.
La sensación es de una ciudad que se está recolocando. Tiene fantásticos edificios  sin uso y  palacios infrautilizados, pero que se conservan íntegros.
Hasta aquí el viaje estaba claro. Aquí, se abria la disyuntiva de decidir si íbamos a Bulgaria o pasábamos de ella y nos dirigíamos por el interior de Rumania hacia Hungria.
Las noticias que llegan de Bulgaria son para todos los gustos. Las había que eran para no dormir de miedo y las guías, tampoco ayudaban mucho. Pero también había quien hablaba bien. La experiencia dice que en estos casos lo mejor es leer entre líneas y pensamos que tampoco sería para tanto.
Así que sentados en una terraza y refrescados decidimos salir dirección a Ruse. (Bulgaria).
Cogimos camino de Giurgiu para tomar el puente del Danubio y cruzar por él la frontera. Dejábamos Valaquia y entramos en los llanos del Danubio. Vamos camino de Velico Tarnovo y entramos en tierras de los Tracios.
El paso de la frontera era caótico por el lio con el alfabeto cirilico y las obras que hay en el puente.
Aquí coincidimos con turistas, ucranianos, turcos, serbios y todos buscando la viñeta sin enterarnos de nada. Los líos clásicos, al final, enfrente hay un cartel, tan grande como un camión, que nos indica donde encontrarlo todo. Allí mismo, debajo del cartel.
Aprovechamos para cambiar Levas (El cambio fue bueno) y continuamos para dentro del país. El paisaje cambia otra vez y empiezan a verse árboles y cada vez más árboles. El tráfico es escaso y la carretera es aceptable.
Tomamos unos kilómetros de la frontera y empezamos a buscar un sitio para dormir. Apareció una tabla atada a un árbol que nos indicaba un camping a 8 km. La seguimos y nos apareció otra en un cruce que nos guiaba  y así otra, otra y otra. Hasta la misma puerta del camping.
El sitio es muy bueno, una pradera perfecta al lado de un rio, pero el camping en si no está dentro de lo que se entiende por un camping convencional. Eso sí, tiene agua caliente, wiffi, cocina, nevera y hablan español, inglés y francés. Además de regentarlo una familia muy amable y servicial. Mas que alojarte, te acogen en su casa.
Así pues, muy bien.

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12 Día
Dormimos cerca de Petko Karavelov rodeados de la familia que regenta el camping que es muy agradable.
Nuestros pensamientos están en Veliko Tarnovo y para allí partimos, pero antes de llegar nos desviamos al monasterio de Preobrazenki. Lo visitamos a placer, puesto que estuvimos solos y paseamos por su iglesia y las dependencias de los monjes. Fue una grata sorpresa el disfrutarlo en esas condiciones. Veliko Tarnovo es una ciudad que se asoma al rio Yantra y de siempre ha sido un paso obligado. Por tanto era codiciada por todos los pueblos y así han pasado por ella los tracios, los romanos, los bizantinos, los otomanos y así, hasta que proclamo la independencia el estado búlgaro.
Lo mejor es que está enclavada en lo alto de una montaña, rodeada de bosques y con un rio que serpentea a sus pies.
Callejeamos por sus calles y empezamos a disfrutar de Bulgaria.
Seguimos hacia Gabrovo, el paso de Sipka y el valle de las rosas.
El paso de Sipka es un lugar con grandes connotaciones guerreras, por hechos acaecidos en 1877 y es un lugar con buena vista de los Balcanes, en todas las direcciones.
Ibamos hacia Plovdiv. Una ciudad que nos atrae porque en ella estuvo Filipo II, el padre de Alejandro Magno y la llamo Filipolis. Esto es en 342 a.c., pero ya existía 5.000 años a.c. Vamos, que antigua es sin lugar a dudas, pero de aquello queda poco. Vinieron los romanos y la modernizaron y luego, los godos y.. los unos la saquearon. Más tarde llego Bizancio y los cruzados y más de lo mismo, hasta que llegaron los otomanos y la volvieron prospera y así continuo hasta que se unió al estado búlgaro y después llego la segunda guerra...
Vicisitudes sí que ha tenido a lo largo de su historia. No obstante, existe un barrio viejo, que mantiene muy bien conservadas diversas casas del siglo XIX y algunas cosas más, como el anfiteatro y el teatro romano, unos baños turcos. Pero, sobre todo, pasear por las calles (son peatonales) disfrutando de las casas.























13 Día.
Dormimos en algún lugar pasado Beloyo y nuestros pasos se dirigen hacia el sur, rodeados de bosques y montañas, que vamos atravesando dirección a Basko. El paisaje es fascinante. Aparecen las mezquitas, al estilo turco. En los pueblos la gente es más abierta y hablar con ellos se hace más fácil. Hay mucha población que habla español. Vienen a recoger las cosechas a levante.
Las ciudades fueron pasando Belica, Basko, Blagoevgrad... y a través de los bosques, fuimos haciendo camino hacia Rila.
Rila es el lugar de referencia de la zona. Todos los visitantes han de pasar por él y nosotros, no íbamos a ser menos.
Rila, es interesante, tanto por el sitio en que se encuentra, como por la forma en que esta concebido el edificio que lo alberga. Además allí confluíamos los turistas y los lugareños. Cada uno con nuestras razones, pero todos impresionados por el lugar.
Disfrutamos a placer de todo el monasterio y observamos con que  respeto se desenvuelve la gente durante la visita. Que devoción.
Cuando nos saciamos del sitio, continuamos por la carretera que nos había traído, hasta su final. Seguíamos, rodeados por un bosque de los que no se ven por nuestra tierra, en el que iban apareciendo praderas verdes muy agradables y aparentemente tranquilas. Nos gustó para dormir a la noche.
Pero, no contamos con que en estas fechas se dan cita todas las familias y digo todas, todas. Porque son muchas y se pasan toda la noche de fiesta, con música de dulzaina y bombos. Compitiendo cada clan en hacerlo mejor y más fuerte con su hoguera y sus carnes a la brasa y esas cosas que hacemos todos cuando estamos de fiesta.
Esto ocurre en todo el tramo que va desde el monasterio hasta el final de la carretera. Todo está a rebosar de gente, bailando y cantando.
¡¡Gran ambiente!!.

[Josse]

 

[paque]

Vamos a continuar.

14 Día.
Por la mañana, a las seis de la mañana, seguían igual, con su pancetilla a la brasa para desayuno, su musiquita y bailando.
Nos hubiese gustado seguir allí más tiempo, pero... otra visita al monasterio que se estaba preparando para la celebración y nos dirigimos a Sofía.
Sofía resulto ser una ciudad agradable. Dejamos el coche en un aparcamiento en el mismo centro, cerca de la mezquita Banya Baçhi y nos la recorrimos a pie.
Visitamos el mercado de las mujeres y luego, a callejear para ir de un lugar a otro descubriendo los diferentes rincones. Resulto agradable, sobre todo, por ir encontrando plazas arboladas que te servían de sosiego al calor y reguardo del sol; permitiéndote tomar un respiro para continuar con las visitas.
Debía de ser el día en que bautizan a todos los búlgaros, pues en todas las iglesias había, al menos, un bautizo dentro y otro esperando en la puerta.
Muy curioso el rito ortodoxo del bautismo.
Nuestro viaje continuaba hacia Vidin por Vraca y Belogradcik. Pero los búlgaros decidieron que íbamos a ir por Berkovica y se inventaron unas obras y unas señalizaciones, que junto con el gps, nos liaron de manera que aparecimos en Petarc y ya nos dejamos hacer para pasado el puerto de Petrhanski, aparecer en Berkovica, camino de Montana. Aquí nos quisieron liar otra vez y llevarnos a Lan. Pero nos pusimos serios y a la tarea y tomamos el camino previsto hasta Buzinci y allí el desvió hacia Belogracïk.
Nada más tomar el desvió hay un camping.
Es camping-hotel y está bien organizado tiene agua caliente, duchas limpias, un sitio amplio para ponerte, buena cocina tradicional de la zona y te aconseja un vino de la zona buenísimo. Todavía lo recuerdo junto con el yogur. El precio muy bueno y como colofón, hablan español y tienen la carta en español. Se agradece el detalle.
















15 día.

Belogradchick, (Nunca sabré seguro como se escribe esta ciudad dependiendo donde lo vea está escrito su nombre de una forma u otra). Es una ciudad en medio de las montañas al borde de las llanuras del Danubio y su interés principal son las formaciones rocosas que la rodean que son muy curiosas por sus formas y la fortaleza de Kaleto.
La fortaleza está en lo alto  de la población, aprovechando las rocas y permitiendo ver un paisaje imaginario y admirable.
Nuestros paso desde aquí van hacia Vidin, donde damos un paseo por la vera del Danubio en un parque muy agradable para despedirnos de Bulgaria. Aquí acaba el periplo por Bulgaria, pues nos dirigimos a un puente internacional que han hecho los ingenieros de FCC y que quita el tema de las barcas para cruzar. La otra orilla es Rumania.
Bulgaria nos ha resultado algo difícil por el cirílico pero nos ha gustado y da la sensación de estar esperando. Sin saber qué pero esperando.
La sensación general es de un país triste y gris, aburrido con ganas de salir del letargo pero sin idea de cómo hacerlo. Cerrado en sí mismo.
Desde aquí por Drobeta y a la vera del Danubio, pusimos rumbo a Timisoara.

[paque]

16 Día.
Dormimos en el camping internacional  y nos dispusimos a pasear por la ciudad.
En esta ciudad empezó la sublevación del 89 que acabo con el régimen de Ceaucescu, pero también fue la primera ciudad del mundo que tubo luz eléctrica. Curioso ¿No?
Así que sobre el papel resultaba atractiva. El primer y único problema que tuvimos fue para aparcar, pues había que pagar el aparcamiento por teléfono  y no nos pareció atractivo. Así que nos estrujamos la neurona y encontramos un aparcamiento a 5 minutos del centro andando, medio vigilado y gratuito. Solo le faltaba el Wiffi. ¡Eh! ¿Que os parece?
Timisoara es la última ciudad rumana que vamos a visitar en este viaje, por lo que nos tomamos nuestro tiempo y paseamos con tranquilidad por sus calles.
Estamos en el Vanato y hay que ver las plazas que han escrito las últimas páginas de la historia de este país. Empezamos por Unirii, la plaza de la Libertad, luego la Victoria y vuelta por la calle de Marasesti, hasta Marasti. Paseo que resume toda la ciudad y que nos la hace disfrutar.
De aquí ponemos nuestros pasos hacia Szeged ya en Hungría. Esta es una ciudad agradable de recorrer. Es como entrar en Austria pero más barata. A destacar los juegos de agua, en la plaza, al ritmo de música clásica. Muy agradable.
Un buen sitio para saborear los días pasados en Rumania y Bulgaria.
Seguimos nuestro viaje y en Bata volvimos a coincidir con el Danubio y por Pecs y Kaposvar fuimos cogiendo camino hacia Austria. Paramos en una gasolinera y empezamos a pensar en comer, cuando llego un húngaro por detrás y nos llevó por delante... Papeles, seguros, llamar por teléfono, la policía. ¡Gran follón!.  Muchos nervios. Muy difícil entenderse en húngaro y al final, con buena voluntad, se hace el parte del seguro. Lo firmamos todos y para casa con el golpe. Bueno, a pesar de que el portón está hundido y el paragolpes esta hecho un churro, podemos seguir con el viaje de vuelta. Destacar que tanto la policía, como el que nos llevó por delante, muy amables. Eso sí en húngaro.
Con el viaje chafado por el percance, cogimos dirección hacia Austria como si nos fuese en ello la vida. Ya pasamos del lago Balatón y casi hasta de comer. Nos fuimos a Austria a un camping. Viñeta 8€

[Josse]

 

[AlvarA]

Cada vez veo más próximo que este agosto nos vamos para allá... 

Una pregunta que se te pasó contestarme hace unos días: ¿que tal de calor? ¿y de mosquitos? Recuerdo Hungría bastante puñetera en alguna zona con esos pequeños bastardos.

Gracias

[paque]

AlvarA
Veamos. Tema de calor. Rumania tiene un clima continental. Mucho frio en invierno y mucho calor en verano, algo así como Castilla la mancha. Nosotros notamos el calor en los alrededores de Bucarest. Esa llanura es muy árida. En el norte es un clima parecido a Cantabria. Hay mucho bosque.
Bulgaria es más de lo mismo, solo que al revés. En el sur están los Balcanes y el calor es agradable. En el norte está el Danubio y en su cuenca  hace mucho calor. En cualquier caso es llevadero porque las noches no son de calor, refresca.
Los mosquitos. Buen tema... A nosotros no nos han molestado en ningún lugar y solo en el delta nos picó uno. Sin embargo, hay mosquitos sobre todo en las zonas donde hay agua. Y en el delta hay mucha agua estancada. Así que saca tus propias conclusiones. Nosotros tuvimos suerte y no nos molestaron, pero.. Yo diría que es imprescindible, llevar un repelente que sea solvente, aunque este siempre debe de acompañarnos.
Ahora bien, no hay nubes de mosquitos como en Doñana, ni nada parecido. No os obsesioneis con ellos.

[AlvarA]

Gracias Paque, una gozada tener tu crónica y a ti tan a mano 

[paque]

Os pongo el itinerario marcado en los planos de Rumania y Bulgaria para que podais haceros una idea de los lugares.








17 Día.
Seguíamos con el susto en el cuerpo y algo bloqueados por el golpe.
Salimos del camping que no era bueno, caro sí. Steinman creo que se llamaba y nada amable la dueña.
Fuimos atravesando campos hasta Speicher, Durlasboden. A medida que nos íbamos internando entre las montañas, las cosas se empezaban a ver de otra forma y encontramos un sitio ideal y allí nos quedamos. Inmersos en un paisaje de postal, en un valle de calendario.





18 Día.

Reconfortados del lugar y mas tranquilos, pusimos nuestro rumbo a Hall de Tirol. Ya habíamos estado hace mucho tiempo de paso y su recuerdo era muy agradable. Nos gusto mucho aquella vez. Ahora queríamos hacer una visita más relajada.
A igual que la otra vez, nos gustó mucho. La diferencia fundamental, era lo ordenado que estaba todo ahora. Limpio y ordenado, pero había perdido la espontaneidad. ¡Ay Europa! Todo perfecto, todo vacío. Sin alma.
Continuamos hacia Suiza y en Landeck, buscamos el camino hacia Martina y Davos  ya en Suiza. (Viñeta 38€ anual)
Muchos años hacia que no pisábamos Suiza y nos tenia un poco inquietos por lo que hubiese podido cambiar.
El paisaje, tomo mas verticalidad y los valles se hicieron más profundos.
Todo gano en grandiosidad.
En Davos nos encontramos con un atasco memorable y un barullo difícil de describir y nos sirvió para reflexionar.
Recordábamos los lugares y los íbamos descubriendo camino de Oberalp. Allí nos quedamos a dormir cerca del lago. Un día intenso y un gran sitio para sosegarse.
















19 Día.
Empezaban a verse los grandes picos. Se intuían, más bien, pero aparecían algunos glaciares, cada vez más grandes. Que paisaje tienen por estas tierras.
Recordábamos Suiza más tranquila, con menos gente y no tan congestionada, pero, había obras. Están ensanchando las carreteras y eso le hace perder la imagen de maqueta de ibertren. Aun así, el paisaje cada vez se volvía más sugerente.
Apareció el Furkapass y con el  L´oberland y le Valais. Allí estaba el glaciar que da vida al Rhone y que yo recordaba más cercano a la carretera. Parece mentira, que se aprecie el retroceso del glaciar en tan poco tiempo.
Aun, con esa premisa, el sitio es fabuloso.
Pasamos rápidos y sin dejar de bajar, empezamos a subir otra vez y una curva detrás de otra hasta el grimselpass. Puerto impresionante, con su lago, sus pastos y un paisaje indescriptible.
Arriba, sale un camino que va a un hotel situado a los pies de otro glaciar y que ofrece un paseo por un balcón sobre otros valles glaciares tremendos de largos. Ya solo nos acordábamos del golpe cuando abríamos atrás.
Disfrutamos de nuestro paseo y de la charla con un ciclista italiano, mientras saboreábamos unas peladillas.
Reconfortados nuestros espíritus y cuerpos, volvimos sobre nuestros pasos y tomamos dirección hacia Le Valais.
Nos movíamos cercanos, a un Rhone incipiente joven y tumultuoso, que adentrándose en el valle, va ganando en fuerza y en volumen.
Seguimos hasta Martigny para pasar por Forclaz a Francia.
Siempre me ha entusiasmado esta carretera

[AlvarA]

Que jodienda lo del golpe  Lo acabo de leer, espero que no te pusiesen pegas el seguro aqui a la vuelta.

[paque]

La verdad es que nos descabalo el viaje, pero al final lo asumimos y "pal´ante"

[paque]

Día 20
El atardecer fue apoteósico, pero el amanecer no desmerece en nada. Ver como el Montblanc, en el horizonte, va tomando colores mientras el valle va ganando vida. ¿Qué más podíamos pedir para desayunar?
Así, con ese juego de luces en los ojos nos encaminamos para Chamonix, la "meca" del alpinismo, y nos perdemos por sus calles. Visita a la casa de los guías a ver "la meteo". Nos da igual lo que diga "la meteo", se trata de un ritual obligado para nosotros. Después al mercadillo a por queso y dar vueltas y vueltas.
Comimos al lado del lago, a los pies del glaciar de Bossons. Sitio mágico donde los haya.
En silencio emprendimos el viaje final de vuelta.