Re:Viaje por África II ***AÑADIDO AL INDICE***

Iniciado por oscaryrut, Octubre 27, 2016, 18:24:09 pm

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manekineko

oh my fucking god. Tremendo travel. Algún día.
señor pompas... señor pompas...¡¡¡¡

oscaryrut

Recuerdo de pequeño, cuando estudiaba el EGB, que una de las pocas asignaturas donde prestaba atención, era geografía. Recuerdo cuando te hacían estudiar las capitales de todos los países, los ríos que los atravesaban, con que países hacían frontera. Si tenías suerte de tener una profesora didáctica y que le gustase lo que enseñaba, te podía ya meter el gusanillo en el cuerpo en esto que practicamos todos los de este foro. Palabras como Viena, Praga, El Cairo, Siberia, El Alto Volta o Costa de Ivory, te sonaban a exóticos, tanto lo cercano como lo lejano. Oriente Medio, La Ruta de la Seda, África Negra, son palabras que a día de hoy me hacen soñar en viajes a lugares muy remotos y a grandes aventuras.

Estábamos en Costa de Marfil. Le decía a Rut, que no me creía que estuviésemos aquí. En casa, lo veía tan y tan lejano, era como cumplir una curiosidad de la niñez, como ponerle físico y realidad a un sueño. Era como cuando llegamos a Burkina Faso, recuerdo que le decía a Rut: esto es el famoso y antiguo Alto Volta que yo estudiaba de crío.

Sabíamos del pasado turbulento de Costa de Marfil, y que la guerra civil, finalizo en el 2004. Desde el inicio del viaje, y dados los planes que teníamos, siempre que se presentaba la oportunidad de hablar con algún Marfileño, le preguntábamos por su país, por la seguridad y por los ánimos. Siempre nos miraban con los ojos bien abiertos y rellenos de extrañeza. Nos aseguraban, que la guerra fue hace mucho tiempo y que el país estaba tranquilo. Nos decían que fue culpa de los militares y que la gente normal, la gente de la calle, sufrió mucho durante la guerra.

El paso de la frontera, fue el más simpático de todo el viaje, y eso ya era una carta de presentación. Aportaba seguridad y tranquilidad. Los primeros kilómetros, fueron como los primeros pasos de un bebe que empieza a caminar. Íbamos dando bandazos de un lado a otro, nada cambiaba, era exactamente igual que nuestra amada Guinea, pero no era ella. Lo que lo hacía diferente, éramos nosotros. Nuestra curiosidad, nos hacia ver los árboles más altos, la pista más dura, la vegetación más verde y más intensa, y no. Eran nuestras ansias, nuestro subconsciente, que estaba esperando la gran novedad. Que esperábamos??, si estos países, se crearon con bolígrafo y regla.

Llegamos a la primera población importante, Danané, y aquí si que constatamos el gran cambio. Fue como entrar en otra dimensión, como si el viaje nos devolviese 5000 km al Norte, a Marruecos. Luz, telefonía móvil, internet, mecánicos, supermercados. Era impensable, que solo por el echo de pasar unos kilómetros y una frontera, todo cambiase tanto. Nos sentamos en una terraza a tomar un café y a alucinar en silencio. Estábamos juntos en la misma mesa y cada uno estaba en su onda o en su curiosidad. Ya había cierto orden, limpieza, civilización como nosotros la conocemos.

Y aquí en esta terraza, supimos que este país prometía, era inmenso, verde, tranquilo, exótico y los marfileños igual de hospitalarios que los Guineanos. El nuevo y impoluto mapa ya estaba encima de la mesa y el viejo, rojo y arrugado amigo que nos había guiado tan bien por aquellas tierras volvía a las oscuridades del arcón. Empezaba otra aventura.

oscaryrut


GODIMIL


rafaiveco

BUENISIMO OSCAR¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ ;) ;) ;)

luises

Que nos deparará Costa de Marfil?  .palmas .palmas

oscaryrut

En Danané, hicimos planes para las próximas semanas. Eran demasiado optimistas, nos suele pasar y más cuando llegas a un lugar como este. Lo quieres ver absolutamente todo. Abres el mapa y a cada rincón, a cada mar, a cada montaña, necesitas meter el hocico y regalarte una postal, dejar gravado en tu retina aquella puesta de sol, aquella alta montaña, aquellas gentes pintadas en vivísimos colores. En cada lugar nuevo que vamos, lo queremos todo, como si fuese imposible que en un futuro nos pudiésemos dejar caer de nuevo por aquí. Eran planes demasiado ingenuos o ilusionados.

Nada más salir de Danané, primeros controles de policía. Todo muy correcto y sin suspicacias que te hagan pensar más de la cuenta. Seguimos hasta Man, y aquí ya llegaron las primeras decisiones, Norte o Sur. Tocaba decidir, y aquí fue cuando el que decidió fue un tercero. Un tercero que echábamos de menos, un número tres que tendría que haber estado con nosotros en Guinea. Teníamos noticias de Asier, volvía. Iba a estar de nuevo con nosotros en África, bajaría a recoger su maltrecho "pupas" y se lo subiría de nuevo para España. En cuatro semanas lo tendríamos de vuelta en Bamako. Brotó la alegría dentro del Patrol. Necesitábamos un giro en el viaje, algo que nos diese una premura, que nos diese de nuevo algo de ritmo. Esta llamada nos dejo ver que estábamos atascados, que estábamos cansados, saturados de emociones.

Queríamos seguir viendo, sintiendo, oliendo, palpándolo todo, seguir descubriendo rincones, pero demasiadas pausas deliberadas, por experiencia, significaban cansancio, significaban rutina. Hacía días que no ocurría nada que nos inyectase necesidad de seguir. El listón se había puesto tan alto, que ya solo la llegada de un aluvión de intensidad, podía devolvernos las ganas de seguir buscando. Estábamos desconocidos, era además algo mutuo, desconocido pero conociendo el origen.

Hablamos y hablamos y con la llegada en cuatro semanas de Asier, se hicieron nuevos planes. El nuevo proyecto, iba a ser buscar dos pistas fronterizas a Guinea que ya allí  me las andaba mirando con curiosidad, y despues remontar en diagonal hasta nuestra salida a Burkina Faso. Un grandísimo recorrido que atraviesa el país de Oeste a Este, de Guinea a Ghana. Teníamos como única premisa clara, que, dentro de lo posible, la cinta negra de la inseguridad, no la pisaríamos. No queríamos huir del país, queríamos todo y estar cansados, saborear y conocer un poco este enorme rincón Africano, y seguramente esta África nuestra nos regalaría momentos inolvidables para no dejarnos marchar y atraparnos todavía más si cabe.

De las dos incógnitas que queríamos ir a ver, una, ya los propios paisanos, nos dijeron que era altamente imposible de transitar, oímos de nuevo el famoso "vocú de callú" y "vocú de eau", y seguramente en otro momento del viaje, en lugar de ser barreras hubiesen sido incentivos para adentrarnos en esos problemas. Definitivamente, nuestro viaje había llegado a un punto más allá del ecuador. Supongo que la mitad, la marco, la frontera de Guinea. La otra incógnita si que nos regalo grandes fotografías, grandes descubrimientos y enormes momentos, no ya intensos pero si inesperados y divertidos.

Llegó el final de la ida, los dos éramos conscientes y sabedores. Había sido una ida que ni tan siquiera habíamos imaginado. Era lo que buscábamos, queríamos este sabor, sin conocer los ingredientes, este resultado sin saber la fórmula. Una burrada de vivencias, una cantidad ingente de emociones. Esa noche, en el interior del Nissan, repasamos tooooodas las fotografías y vídeos de toda esta enorme ida. Se acumularon emociones y lágrimas. Habían sido tres meses, realmente apasionantes.

Hablamos de la vuelta, hablamos de Asier, hablamos de futuro, hablamos de nuevos proyectos. Estoy seguro que allí fue donde se forjó nuestro nuevo horizonte. 


oscaryrut


turbopoker

Bravisimooo .ereselmejor
Que sepas que todas las mañanas me escaqueo en el curro para poder leer es crónica tan impresionante..
El mejor consejo lo da la experiencia, pero siempre llega demasiado tarde....

Josse

Claro, con alguien que mueve asi los troncos cualquiera se aventura por esos lares.....
.palmas .palmas

pollo


Arturo Vitoria

¡¡Qué grandes sois!! LLevaba unos días sin conectarme, por estar a tope de trabajo y con turnos cambiantes, y ahora que tengo un poco de tiempo....¡¡Subidón!! Más crónica y más fotos para recargar pilas y ver este maravilloso viaje, ¡¡EL VIAJE!!
Es un subidón cuando entro en el hilo y veo algún capítulo más de esta gran aventura. ¡¡Muchas gracias por seguir haciéndonos disfrutar!!
Sigo por aquí, a ver si sale pronto una nueva entrega,  .palmas .palmas .palmas .ereselmejor .ereselmejor
Asimilando la vida mientras viajo.

#Nano#

Asier de vuelta, ole ole ole, pero seguro que hasta la llegada aun quedan bastantes cosas por ocurrir
No tengo a donde ir, así que iré a cualquier lugar...

Vicentebat

Menuda inyección de motivación viajera! Muchas gracias por compartir la aventura!

Enviado por tapatalk


oscaryrut

El plan estaba claro, solo quedaba llevarlo a cabo. Salimos de nuevo al asfalto después de tres días de pistear por la selva. Era 30 de Diciembre del 2013. En un pueblo llamado Duekoué, lo encontramos, hay estaba, un hotelito, la mar de apañado, barato, a las afueras, con un colchón algo mejor que la media y con un restaurante donde hacían pollo con papas. Era el lugar para pasar el fin de año. Desembarcamos, y ocupamos la habitación en tromba. Esto es también curioso. En dos minutos, haces de un lugar desconocido por completo, tu pequeña casa o tu pequeño hogar. No lo adornas, pero si que lo haces tuyo con tus poquísimas pertenencias. Es increíble con lo poco que uno puede llegar a vivir.

Fue una gran decisión. Dos días de relax, 48 horas sin rodar, alimentándonos de energía, celebrando la media noche del último día del año, y viendo llover de una manera como solo aquí en África se celebra. Se fue la luz, se oscureció todo el pueblo, y la gente seguía cantando, bailando sin importar ni la lluvia ni los truenos. Estaban felices de pasar otro año más.

Partimos de nuevo hacia el Este, esta vez por lo negro. Nuestro desvio estaba un poco lejos. Recuerdo una caravana de todo terrenos blancos, Hummers de esos monstruosos con las iniciales de la ONU, todos humeantes y aguantados por enormes tiritas, parados en el arcén y en un estado catastrófico. Fue el único signo que nosotros percibimos, de que este país estaba siendo observado por la comunidad internacional. La verdad es que fue desalentador ver esa caravana de cacharros.

También nos dimos de bruces con el verdadero problema de recorrer este país por tu cuenta y en tu propio vehículo. Los controles. Fue algo tedioso, empalagoso y inevitable, os lo puedo asegurar. Cada entrada y salida de un pueblo, te encontrabas un palo y dos barriles o dos lo que sea, que te barraban el paso y dos o tres militares, policías o forestales, armados con sus ametralladoras. Dependiendo de su buen o mal madrugar o de su buena o mala digestión, podían hacer que el control fuese de un hastio irrefrenable o una interesante experiencia. Fueron decenas y decenas de controles, los que pasamos hasta llegar a Burkina, no exagero. Algunos nos pedían dinero, en otros documentación inexistente, para algunos funcionarios éramos una mota de polvo más en la carretera y recuerdo con mucha gracia, una persecución en moto, nada trágica ni americanizada que acabó con muchas risas. Pudimos combatirlos todos. Algunos con ponerte en su lugar, y hacerles cuatro bromas, era más que suficiente para que te dejasen pasar, otros, los más testarudos o los más celosos de su trabajo, pedirles la presencia de su superior o hacer como que no entendías nada, resultó ser el método. Cada control requería su tiempo, un tiempo que teníamos, pero que le robaba minutos a nuestra paciencia.

Esto fue lo único negativo, a mi modo de ver, de la visita por Costa de Marfil. Sientes que es un país súper seguro para moverte y que esta en pleno crecimiento. También, que las personas quieren olvidar el pasado violento de años atrás y ríen, ríen muchísimo, aunque claro, esto no es autóctono de aquí, esto ocurre en toda África.

Recuerdo la siguiente noche, la del día 1 de Enero. Llevábamos muchísimos kilómetros de pista, pista trabajosa y aventurera, llena de pasos complicados debido a la lluvia, con mucho barro, lenta sin tregua, cuando llegaron los últimos rayos de sol, los más cálidos y los que te indican, que es ya momento de buscar un lugar para detener la maquinaria, para descansar. Ese lugar no llegaba, te metías aquí y allí y no encontrabas esa pequeñísima intimidad que te permitiese pasar la noche. En los últimos suspiros del día, y ya casi con la oscuridad como compañera, lo encontramos. Solo hicieron falta una cincuentena de metros para desaparecer. Esa noche, la pasamos rodeados de los árboles que con sus frutos, nos dan el espíritu cada mañana, y nos endulza la vida cada tarde, que bonito fue despertar rodeados de árboles de café y cacao.