Re:Viaje por África II ***AÑADIDO AL INDICE***

Iniciado por oscaryrut, Octubre 27, 2016, 18:24:09 pm

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oscaryrut

Muchísimas gracias, me honra que os guste y espero seguir narrando nuestro viaje de manera que os enganchéis.

El Lunes, volveré a la carga.

Un abrazo a tod@s, y de verdad, gracias por dejarme entrar un ratito en vuestras 24 horas.

Argibay

Gracias a ti por contarnos esa experiencia. .ereselmejor2

GODIMIL


minikamper

Impresionante, otro que cada dia por la mañana espera el siguiente capítulo, me estáis alegrando la baja y despertando las ganas de salir de la segura Europa de una vez.
Y paso el verano, y se fueron los turistas, y las camper, pero los feos  bloques de apartamentos siguieron allí.

oscaryrut

Pusimos rumbo Norte, otra vez hacia Labé, volvíamos de nuevo a la seguridad del asfalto, seguridad psicológica. En estos países es mucho más seguro circular por pistas que  por carretera, pero teníamos que movernos hacia otras latitudes, corríamos el peligro de quedarnos perpetuamente perdidos entre cascadas, puentes y aldeas perdidas, en aventuras infinitas descubriendo nuevos rincones. Dejamos atrás tantísimos deberes aquí en Guinea.

Labé, es una ciudad, de 400000 habitantes, es la típica ciudad africana caótica que nosotros utilizamos para aprovisionarnos de dinero, comida, gasoil y si tenemos suerte, encontrar un "oasis", donde revisar el coche, repasar las cuentas, poner orden a tantos pensamientos y vivencias y pensar en la futura ruta. Veníamos avisados de que aquí en Labé, existía un hotel, que en su día construyó un Italiano, y que ahora era regentado por su mujer, una Guineana simpatiquísima. Es el hotel Tata, y el lo más parecido a uno de nuestros "oasis".

Aquí conocimos, de primera mano, la función que tienen algunas organizaciones, para poder llevar un control exterior de como el país vuelve o va hacia la "normalización". Estuvimos hablando con dos chicas francesas que se dedicaban, una a inspeccionar las cárceles de todo el país, y la otra, los hospitales. Nos daban algunos detalles pero tampoco quisimos saber más.

Habían pocos turistas, pero como suele ocurrir en estos sitios, aquí no hay ni fronteras para la timidez, ni fronteras en cuanto al idioma, ni nada semejante a lejanía con otras personas de tu mismo color de piel. Veías a un blanco entrar y o el se acercaba a ti o tu te acercabas a el. Supongo que todos queremos lo mismo, un roce, un guiño a la seguridad, ampliar tu confort, un saber que no eres tu el único loco que viene por aquí. 

Partíamos hacia la Dama de Mali, nos contaron historias, nos dibujaron su perfil, vimos incluso fotos de su erótica linea, íbamos predispuestos a encontrarnos algo realmente exótico, algo de lo que solo la naturaleza y sus fenómenos son capaces de conseguir. El camino hacia ella fue largo y lleno de agujeros, muchísima calor y algo de fatiga, polvo, mucho polvo, no recuerdo donde se acabó lo negro para empezar de nuevo lo marrón, lo rojo. Todo amante tiene que pelear para conseguir a su amada, igual que todo aventurero vivir su aventura y no teníamos claro de si realmente, tanto camino iba a merecernos la pena.

Fuimos siguiendo las indicaciones de los locales. La pista cada vez se ponía peor y subía concienzuda hacía el cielo. Donde esta nuestra Dama? nos íbamos preguntando, donde está esta mujer?, Por fin llegamos a la cima de las montaña, a la cima de la montaña de las montañas en Guinea. Era un lugar especial, era un espacio yermo,  un rectángulo casi perfecto, donde los límites los ponían los árboles y las rocas. Paramos el Nissan y caminamos hacia límite del rectángulo. Fuertes rachas de viento impactaban en nuestros rostros, era agradecido. El ambiente era mágico, el sol estaba cayendo, el aire nos envolvía, un forro polar nos protegía del minúsculo frío y el vacío se acercaba.

Estábamos en el final del mundo perfecto, estábamos en el final de Guinea. Tuvimos sensaciones conocidas, como cuando te asomas a un acantilado y ves el inmenso mar, ves el horizonte y no puedes hacer otra cosa que dejar volar un alud de pensamientos. Lo que veían nuestros ojos, eran las primeras tierras de Senegal, allí a lo lejos, había una linea invisible que separaba un territorio de otro, o más bien un país de otro. Lineas administrativas que les llamamos nosotros.

Se olía a Senegal, a calor, a humo, a Harmattan, ese viento proveniente del Sahara, llegaba hasta aquí para chocar con estas moles de roca de cientos de metros. A partir de aquí otro clima, otra vegetación, otro sur.

El lugar nos dio de lleno, estuvimos más noches que días. Los atardeceres, la luna africana, los amaneceres eran tan y tan espectaculares. Ocupábamos el día con cualquier cosa, un libro infinito, una música motivadora, que te hiciese todavía viajar más, y siempre al filo del abismo, notando el aire africano, en nuestra parcela rectangular Guineana. Oye, me pregunta Rut, y de tu dama que sabemos?.

El día que decidimos partir la encontramos. Hay estaba ella para despedirnos. Era ella, su esbelta y erótica figura, sus pechos, su perfil, era hermosa, es hermosa. Yo se que nos dijo un hasta pronto, porque este lugar tiene tanta magia que se ha de volver de nuevo camino de otra África.

oscaryrut

Noviembre 14, 2016, 10:10:16 am #125 Ultima modificación: Noviembre 14, 2016, 10:13:39 am por oscaryrut
















COÑONETA

hermosa esa dama de piedra, solo por ir a visitarla vale el viaje....gracias
aquel anciano me dijo su verdad., su consejo...la policía siempre te jodera...

jose66

oscar impresionante la foto de la dama, de nuevo gracias por continuar.
tienes material de sobra para el libro
a la foto del patrol enmedio del citroen y el toyota tiene su punto tambien
saludos

oscaryrut

La pista para bajar de las nubes fue realmente trabajosa. Muestra de ello, eran las auténticas chatarras aparcadas en la plaza del pueblo, y que daban muestra del trato que recibían Eran los únicos vehículos que circulaban por aquellos remotos lugares. Recuerdo dos Nissans como el nuestro y un Montero. Tenían trozos de chapa atados con alambres, las vigas que soportan la estructura, presentaba dobleces, y los amortiguadores, eran inexistentes o simbólicos. Eran vehículos, llevados hasta el final, hasta la caducidad de los metales. La gente se agolpaba para poder subirse y recorrer los kilómetros que separaban este importante pueblo con las aldeas lejanas. Eso si era un auténtico y temerario viaje.

Teníamos que ir del pueblo de Mali hasta Koundara, ese era el objetivo para esa semana. Es una ruta de Este a Oeste, dirección Guinea Bissau, una muy entretenida ruta. Bajadas que hacían sudar, con subidas un pelín comprometidas y muchísimo "callu". Recuerdo perfectamente la frase "vocú de callú", la tengo grabada a fuego en mi cabeza. "vocu de callú" quería decir mucha piedra. Es una pista tortuosa, con constantes desafíos, y  múltiples dificultades, resbaladiza, húmeda y que hacía trabajar la tracción del coche al 100%. Fueron muchísimas las veces que Rut tenía que bajarse y "leer" cual era la mejor trazada para no quedarnos empanzados en las rocas o no romper nada serio del Nissan. 1 día entero tardamos para recorrer 40 kilómetros.

Este tramo acaba en una fondalada entre montañas y con un cruce de caminos. Al norte, te ibas dirección Senegal, dirección al paso fronterizo de Dindéfelo, y al Oeste, nuestro camino. De nuevo teníamos que volver a remontar montañas. A ratos buena pista, a ratos tortuosos caminos. Descubrimos, también, en esta ruta, que cualquier cosa con ruedas que se mueva en la dirección que corresponda al interés de la población local , sirve para que polizontes, en forma de diminutas personas, trepen al paragolpes, a la rueda de recambio, incluso al techo del coche. Había veces que tenía que para el coche y sacudírnoslos de encima. Por la orografía de la pista, el Nissan llegaba a tumbar tanto que, teníamos pánico de no hacer daño a ningún invitado. Intentábamos hacer la vista gorda, pero no éramos excelentísimos buenos anfitriones.

Y así fuimos haciendo. Lentamente nos fuimos acercando a Guinea Bissau y ya se notaba, en cierta manera, que la humedad volvía a estar presente en el ambiente. La vegetación cada vez más exuberante, el terreno húmedo, pequeños manglares y lagunas perdidas en las montañas, cascadas lejanas que te devolvían recuerdos de antiguas aventuras y muchísimo pasto, tanto que, inundaba el radiador del Patrol. La pista dejaba de existir para ser ocupada por esta hierba alta. Costaba muchísimo avanzar.

Bajamos de las montañas para caer de lleno en un laberinto de pistas sin orden ninguno. Teníamos que marcar en el GPS el rumbo y elegir la trazada más o menos correcta. Era como si un rio, de repente formase un delta, en el que tenías que elegir la mejor vía para no quedar varado en la arena, y de repente, todas sus venas se juntasen de golpe para formar una nueva arteria. Así fue la llegada a Koundara, un tremendo lío.

Ya estábamos cerca de la frontera con Guinea-Bissau. Y por ahí andaba el mapa de este pequeño país. Estábamos tentados de introducir nuestro hocico explorador en este territorio, en estas tierras de habla portuguesa. La decisión se tomó rápido. Seguimos en Conakry. No recuerdo que motivo planteamos para tomar ese rumbo. Supongo que dejar deberes para otra ocasión.


oscaryrut


beep-beep

Oscar, el arbol en el que aparece Ruth es un Baobab? Son árboles míticos en la imagineria africana, te diran unos que son los dioses de la tierra, otros que son elefantes petrificados, el Principito de Saint Exupery les tenia mania y los cortaba (en su minireino, con uno que le hiciera sombra le valía). A la vejez, estos arboles se ahuecan y se transforman en aljibes de agua.
Una vez le pegué una patada a una lampara, salió el genio y como deseo le pedí mucha y buena salud. El cabrón me hizo autónomo.

oscaryrut

Hola beep-beep, pues si era uno de ellos, y este tenía muchísima antigüedad. Se podía llegar a subir hasta casi arriba por el hueco del interior. Era espectacular. Muy interesante la historia de los baobaps, son árboles gigantescos.

Un abrazo

oscaryrut

Noviembre 17, 2016, 15:54:48 pm #132 Ultima modificación: Noviembre 17, 2016, 16:26:46 pm por oscaryrut
Cuando escribo la crónica, me ayuda mucho a recordar, tener el mapa de Guinea cerca. Lo miro, recorro visualmente la ruta que hicimos y escribo una notita que me recuerda que aquí pasó algo interesante. Esta vez, he seguido con la mirada la ruta que hicimos y solo recuerdo cansancio. Es la palabra que me ha venido a la cabeza, la primera. Cansancio, luego ya han venido polvo, calor, contracturas en la espalda, dolor, baches, agujeros.... Aquí nos equivocamos, o quizá esta no sea la palabra. Quizá lo oportuno sería decir, que esta parte no la volveríamos a hacer si volviésemos por estas tierras.

Fue la parte más dura de todo el viaje. Si que hubieron momentos difíciles, cuando estuvimos gestionando el problema de Asier, momentos puntualmente tensos en alguna frontera y también acciones imprudentes, que lejos de darle la salsa al viaje, lo que conseguían era amueblarnos bien la cabeza para otras ocasiones, pero dureza, lo que se dice pasarlo mal, este recorrido fue el peor. Son muchísimos kilómetros de pista roja, desde Koundara hasta el océano, desde el Norte hasta el Sur. Esta debe ser la pista con más agujeros por metro cuadrado de África, le iba diciendo a Rut.

Además tenía pocos atractivos. Empezábamos los días más tarde de lo normal y los acabábamos más pronto de lo habitual. Frecuentemente nos cruzábamos con una hilera de 40 0 50  coches a toda velocidad dirección Norte, uno detrás de otro. Esto ocurría unas dos veces al día. Formaba un interrogante la mar de curioso, el saber de que iba la historia de estos coches. Mira por ahí vienen otra vez. Formaban una nube de polvo inmensa y a toda velocidad, iban pasando sin perdonar ni un solo agujero. La mayoría de ellos eran turismos normales. Más tarde, nos enteramos, que estos vehículos llegaban al puerto de Conakry en barcos cargueros, procedentes de Europa, y que, mediante la arteria de tierra roja que andábamos pisando, se desplazaban hacia las fronteras Sur de Senegal para dar el paso a este país, y formar parte de su parque automovilístico. Esto fue un pensamiento mio, pero recordé, por aquel entonces, de los coches del plan PIVE, os acordáis?, pudiera ser posible.

Por estas tierras, por estas fronteras, se trafican con infinidad de cosas y artefactos. Uno de los días, estuvimos compartiendo kilómetros de ruta con un trailer, que en la zona de carga llevaba un camión rígido y este a su vez cargaba con una furgoneta. Hablando con ellos, venían de España, y habían juntado el rompecabezas en Marruecos. Se quejaban de que en todas las fronteras y controles habían tenido que pagar mordida. No era de extrañar. Hasta en países tan beligerantes como estos, ir con un circo así, llamaba la atención.

La ruta, en esta ocasión, acabó en Boké, otro pueblo camino de algo más, y en el que pasamos algún día descansando del palizón de la pista. Sirvió para repasar a fondo el Nissan, poner nuestras espaldas en su sitio, comprar muchísimas telas de infinitos colores, y como siempre, cambiar dinero. Esta vez, cambiamos la naturaleza por la urbe. Con estos viajes, aprendes a leerte muy bien, a saber que es lo que, sobretodo, tu mente necesita. El físico, casi siempre, necesita descanso, pero la mente es más compleja y aprenderte tu propio lenguaje interior, requiere extremos. Esta vez, nos pedía pasear, nos pedía ir cogidos de la mano y reír, relajarnos, caminar no rodar. La intensidad del viaje no había menguado nada desde que empezó, con diferentes aspectos, esa intensidad se había ido presentando y necesitábamos detenerla, aunque fuese durante uno o dos días.

El viaje nos pedía hacer una pequeña pausa, nada, uno o dos días de cero movimiento, para cargar pilas. Fueron, de nuevo, días de abrir mapas, hacer planes, decantarse por zonas, tomar decisiones y disfrutar de nosotros mismos.

oscaryrut


GODIMIL