Re:Viaje por África II ***AÑADIDO AL INDICE***

Iniciado por oscaryrut, Octubre 27, 2016, 18:24:09 pm

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TonyCamper

Enhorabuena por la decisión de escribir el libro. Menuda vivencia. La verdad que cae el mito de esa inseguridad que tiene África, curioso lo de salir con lo de las plantillas del Madrid o Barça, jejej, muy astuto por vuestra parte.
Hay momentos que al leerte, voy con ustedes dentro del Patrol, estoy enchufadisimo. Lo de Goré seguro que fue de lo más emocionante del viaje, muy bonito todo.
Hay que tener un par para dar el paso de vivir la experiencia de cruzar África. Adelante con lo del libro, seré otro que lo comprará .palmas .palmas .ereselmejor .ereselmejor

oscaryrut

Gracias por vuestros empujones. Los voy notando en la espalda con mucho ánimo y muchas ganas de acabar la crónica para empezar el libro. No tengo prisa, intento que cada trocito de crónica sea como una pequeña base a futuros capítulos y además, vosotros sois los que me habéis animado y vosotros sois lo primero.

Espero teneros enganchados hasta el final.

Un fuerte abrazo

oscaryrut


luises

Aquí seguimos enganchados en la sombra, no escribo más, por no resultar pesado .loco2 pero cada trocito de crónica me sigue gustando como el primero!!  .ereselmejor

oscaryrut

Gracias Luises. Lo se, lo se. Yo se que estáis ahí

Arturo Vitoria

 .ereselmejor .palmas
Enganchados, lo que se dice, tenernos enganchados, es poco!!  ;D
En mi caso, cada vez que puedo entro a ver si hay una nueva entrega, y en cuanto la veo, no tardo ni 5 minutos en leerla, y maravillarme una vez más con vuestro viaje y las fotos,...fotazas!
Muchas gracias por todo, y sí, seguieremos esperando, porque esta crçonica se ha convertido en una adicción...jejejeje.
Animo, y a seguir con el relato, que por aquí estaremos esperando!
Asimilando la vida mientras viajo.

oscaryrut

De nuevo estábamos en Banfora. Habían pasado 4 años desde la última vez, y hay estábamos, en el famoso cruce. Esta vez de día. No sentimos nada. Imagino que hubo suficiente redención con la semana diabólica que pasamos en esa calle, arriba y abajo, discutiéndonos con la policía, con el agente de seguros, en fin, una de esas historias que vale contar para que todo el mundo tome nota.

Nos os voy a explicar nada que no sepáis sobre Bánfora. En los alrededores de este pueblo es donde podéis disfrutar de parajes naturales espectaculares, ver hipopótamos y daros un refrescante baño en las pozas del rio Karfiguela. Si lo hacéis, meteros el chapuzón al atardecer, sienta de maravilla. Es un buen pueblo para pasar unos días. Esta vez, buscando algo de wifi, encontramos un hotel a las afueras que tiene hasta piscina. Como van cambiando las cosas.

Nos cargamos de toda la energía que pudimos. Comimos bien, y bebimos mejor. Nos habían hablado del licor de palma, pero no habíamos conseguido encontrarlo en ningún lugar y fue aquí, como se manera casual, se nos presentó la oportunidad. Lo fabricaba una anciana y lo vendía a los paisanos. Conseguimos la dirección y fuimos a probar suerte. Nos vendió un litro y medio. Este licor, está sacado del corazón de la palmera, y tiene un tanto por ciento de alcohol. Te lo bebes con el agua.

Los días aquí, los ocupábamos sobretodo escribiendo y leyendo, paseando y comprando provisiones para el largo viaje hasta Bamako. Nos apetecía muchísimo, irnos del país por alguna puerta trasera. Si más no, llegar a una frontera por algún lugar despistado de todo. Sorprender a la gente del camino y a las paisanos de las aldeas. Ver las caras de los niños al vernos llegar. Parar, saludar, presentar nuestros respetos y marchar igual que llegamos, sin más. 

Asier llegaba en cuatro semanas. Teníamos gestiones que tramitar. El seguro y la importación temporal del pupas, revisarlo, que no nos volviese a dar problemas y por nuestra parte, tramitar el visado de Mauritania. La embajada en Bamako, no es famosa por su celeridad en el trabajo, y siempre hay que contar con que puedan tener algún festivo de por medio. Hay que ir con tiempo y tiento.

Cada día, la conducción era más plácida. Había tal simbiosis entre el Nissan y nosotros, que ya teníamos sordera selectiva acerca de sus ruidos. A veces hacía su aparición un sonido parásito, algún crujido o chasquido que no teníamos integrado en nuestro abanico de ruidos. Era como un resorte, inmediatamente, nos mirábamos, y esperábamos que uno de los dos diese su veredicto. Si el silencio seguía en los siguientes segundos era señal de que se trataba de algo anecdótico. El Patrol, estaba tan a gusto como nosotros. Humedad en las ballestas, alguna piedra que ha saltado, estas eran las excusas que nos daba el Nissan. Era un reloj bien engrasado, la maquinaria tranquila y ideal.

Nosotros, en todo este tiempo, habíamos sido picados por infinidad de bichos, y solo en dos ocasiones, nos alarmamos un poco. Por suerte el sabio cuerpo, inspecciona y arregla. Siempre estábamos con el estómago diferente, con ese puntito entre si y no, aprendimos a convivir con esa sensación. Tendrían que hacer un estudio. Nosotros somos de la creencia que cuando se viaja, el ser humano, enferma menos.


oscaryrut


jose66

hola oscar
gracias por seguir a qui, una pregunta a un conservas el patrol.
adelante con lo del libro.

oscaryrut

Hola Jose66, aún lo tenemos. No lo usamos pero hay está esperando volver a salir de excursión

Rodelu

Yo también sigo aquí, en la sombra para n manchar esta emocionante crónica.
Enhorabuena por la decisión de hacer el libro, ánimos.

NICHY

Cita de: oscaryrut en Diciembre 11, 2016, 22:31:54 pm
Hola Jose66, aún lo tenemos. No lo usamos pero hay está esperando volver a salir de excursión

Quiere cruzar el charco...que me lo ha dicho  .malabares .malabares

jose66

me alegro que a un lo conserves, les guardo especial cariño a los patrol, tuve dos y guardo buenos recuerdos.

nichi lo de cruzar el charco tambien esta muy bien jeje

saludos

oscaryrut

El viaje de Banfora a Mali, no tuvo mucha historia, bueno algo de salsa si que hubo donde siempre, en la frontera. La policía se puso tozuda en que éramos tres, los españoles que viajábamos juntos en el Nissan. Una religiosa española, estaba volviendo a Bamako en autocar, y lo que siempre ocurre, oyes tu idioma y te salta la alegría de escucharlo. Pierdes de vista lo que estas haciendo para buscar esa voz amiga. La policía nos vió juntos y haciendo los trámites a la vez y entendió que íbamos tres en el Nissan. En fin, con buenas palabras, sonrisas y constancia, aquí en África, todo se arregla.

Estaba siendo un placer poder dormir en cualquier lugar. Cuando el cansancio apagaba la mecha, solo era necesario recorrer con la vista lo que teníamos delante buscando un grupo de acacias o algunos arbolillos juntos, para dejar el asfalto y recorrer esos 200 metros hasta nuestra casa. Era un placer saltar del coche, quitarte las botas y caminar descalzo por la tierra. Sentarte en el capo del Nissan y contemplar la puesta de sol con la cabeza de Rut apoyada en el hombro y diciéndote que no quería que esto se acabase. Era una delicia levantarte por la mañana con los primeros rayos de sol entrando por la ventana y empezando a calentar la chapa marrón del Nissan.

Yo, y digo yo, perdí paulatinamente las ganas de correr, de ir acelerado todo el día. En realidad ya hacía días que me daba igual la hora de parar y la hora de partir. Nuestras cabezas habían relacionado parar con el ocaso y empezar despues de los cafés. Ya no había hora, ni reloj ni obligación, lo que se instauró involuntariamente fue el dictado del cuerpo y de la sensación. Hubo días que parábamos en un bonito lugar a comer o a tomar un refresco y hay pasábamos el mediodía, la tarde, la caída del sol y la noche.

De esta manera tan dulce, llegamos a Bamako. Esta ciudad exige un poquito de chispa. Te pide un poco de atención para no ser envestido o pasar por encima de algo. El primer destino, aquella pastelería del Hipódromo en la ruta a Koulikoro. Entrar en ella después de tantas semanas de frígoles, lentejas, garbanzos, pollo y mandioca fue algo mítico. Que sonrisas llevábamos los dos. Nos sentamos en la terraza, nos conectamos al wifi del local y comimos viendo los mensajes de la familia y amigos. Que poco necesario era tener más. Te das cuenta de tantísimas cosas en un viaje así.

Teníamos noticias de nuevo de Asier. Ahora ya era un continuo saber cosas de el. Casi diariamente hablábamos por whassap y tanto para el como para nosotros, parecía que de nuevo, ya andaba por aquí. El nos decía que ya comenzaba a estar nerviosillo con el viaje y que tenía que explicarnos algo de su huida de Bamako, al parecer tuvo alguna historia al coger el vuelo. Ya nos lo contaría. Otra novedad era que en Dahkla, en el Sáhara, recogeríamos a su hermano Aitor y que ambos harían la subida juntos. Sería su primera vez en Marruecos, y esto me lo tomé como una oportunidad para prepararle un viaje épico a alguien que pisa por primera vez Marruecos empezando por lo más auténtico.

Regresamos al Campement Kangaba, allí estaba el pupas, el Nissan de Asier, y allí estaríamos todos estos días hasta su llegada. Caras conocidas, caras amigas. Chloe, la directora del Kangaba, nos invitó a cenar esa misma noche. Quería que le contásemos nuestro viaje. Fue espectacular narrarlo. Era la primera persona, fuera de nosotros mismos, que oía todas las aventurillas. Escuchar a Rut y ver como sus ojos se llenaban de emoción al explicar las mil y una historias fue algo precioso, ambos nos habíamos llenado de muchísima vida.





 

oscaryrut