ISLANDIA y todo lo que hay por el camino - julio 2015 ***AÑADIDO AL INDICE***

Iniciado por raquelom, Agosto 21, 2015, 17:48:10 pm

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raquelom

Ufffff... he terminado el fascículo 8, y creo que lo único que me faltaría por contar es la ruta. Voy a coger aliento y a ver si sale.
Nuestros viajes en vivo aquí: https://vidazingara.wordpress.com

maritxu81

Sigo el viaje  .baba .baba, a ver si algún año reunimos muchos días de vacaciones para poder ir hasta allá. :)

raquelom

¡ Vamos a por la ruta !

Voy a separarlo del primer post, porque va a ser si no demasiado largo (¡no sé si ya lo es!). Pondré un enlace al final para poder saltar directamente y sin pasar por la casilla de salida.

Y bueno... voy a ir construyéndolo poco a poco, y voy a intentar no enrollarme mucho y poner alguna fotillo y en paz. He escrito demasiada letra hasta ahora...

A continuación va el esqueleto!!!
Nuestros viajes en vivo aquí: https://vidazingara.wordpress.com

raquelom

Agosto 28, 2015, 13:00:06 pm #63 Ultima modificación: Noviembre 23, 2015, 20:47:43 pm por raquelom
y9. DÍA A DÍA, KILÓMETRO A KILÓMETRO

[.día 0,5.] Es día 0,5 porque salimos tarde por la tarde, pero ¿quién se puede aguantar hasta el sábado? ¡Yo no! Unos 2500km hasta el mar. No está mal para empezar. En el km 474 nos paramos y echamos el cierre junto a Hondarribia.


Furgoperfecto del Cabo Higer, a la mañana siguiente.

[.día 1.] Desayunamos en un país (ES), comemos en otro (FR) y cenamos en otro distinto (BE); y todo en el mismo bol. ¡La vida del furgonetero es la vida mejor que puedas imaginar! (leer cantando), aquí  seguro que todos conocéis la sensación. Esta vez paramos a dormir en un bosque cerca de Mons en Bélgica, en nuestro km. 1533


Con tanta carretera da para ver de todo, incluso joyas...

Los kms del día:


[.día 2.] Toca otro día de kms, pero como ya nos vamos acercando al mar y llevamos tiempo podemos permitirnos el lujo de pasar la tarde en Hamburgo. La gran importancia que tuvo la ciudad a nivel comercial a finales del siglo XIX se ve en sus edificios:


La zona franca, aún en uso.


Chilehaus, una de las casas de los ricos comerciantes del s. XIX


Todo el Hamburgo que vemos es agradable de pasear, quizá merezca la pena repetir con más tiempo.

En nuestro km. 2315 paramos a dormir en Schleswig, todavía en Alemania.

Los kms del día:


[.día 3.] En seguida entramos en Dinamarca y ya vamos a ritmo de paseo, sólo hay que llegar hasta la puntita norte de la península, así paramos primero en Kolding.



Tiene un castillo varias veces reformado y derruido, pero ahora rehabilitado conservando lo que quedaba y añadiendo con gran acierto y mejor gusto vigas y paredes completas de madera.





Dentro tiene diseño vanguardista danés mezclado con maquetas, muebles de los distintos periodos y hasta vestimenta de época confeccionada por un taller de costura que estaba manos a la obra en el momento.

Pasamos la tarde en Aarhus, la segunda ciudad más grande del país. Es un sitio moderno,  tranquilo y muy agradable.



Tiene un museo, el Den Gamble By con calles enteras de pueblos de los s.XVIII y XIX (esto ya lo conté, pero no me resisto a poner alguna foto más)



Está todo perfectamente ambientado, tanto que en algunas casas hay mujeres tejiendo, y los comercios parece que acaban de atender al último cliente.



Ya tarde por la tarde llegamos a Hirtshals, de donde sale el ferry, ¡por fín!



Junto a la playa cercana al puerto hay una explanada donde cantidad de furgos, autocaravanas y todoterrenos de fantasía pasarán la noche esperando embarcar los primeros.
Nosotros dormimos de camino al campo de golf en el último bosque que veremos en mucho tiempo (Km 2749).

Los kms del día:


[.días 4 y 5.] A bordo del Norröna no hay mucho que hacer más que disfrutar de las vistas al salir de Hitrshals y sobre todo de las Islas Feroe.

Bueno, hay gimnasio, así que también puedes hacer, como nosotros para diversión del personal, una versión de: https://youtu.be/dTAAsCNK7RA

Y por el mar, alrededor de 2500km adicionales, que no me apuntaré porque la brujita estaba en la bodega tan formal

[.día 6.] Islandia nos recibe con niebla, según avanza el barco sólo se ve un ribetito verde junto al mar, alguna casa suelta y ya. Qué desilusión. Aunque... parece que por ahí abre, no por el otro lado. Y no llega a hacerlo del todo, pero lo que se deja ver a poquitos es impresionante, las cimas del fiordo con restos de nieve (en España serían bastante más que "restos", pero bueno).



Después de un tiempo eterno para salir del barco y después de la experiencia aduanera que ya conté, salimos escopetados de Seyðisfjörður. Aún no hemos decidido si daremos la vuelta a la isla en contra o a favor del sentido de las agujas del reloj, así que tiramos hacia el interior, a hacer una excursión a ver la cascada Hengifoss.


Zas, la primera en la frente: pilares de basalto. Son una rareza (y una belleza) que se forma cuando la lava se enfría lentamente. En este momento no lo sabemos, pero va a ser un contínuo y una seña de identidad islandesa: leeremos mil veces que la forma de un edificio o de cualquier cosa está inspirada en las columnas basálticas.



A la vuelta comienza a chispear, así que furgo y para otro lado, a Borgarfjarðurhofnvegur a ver frailecillos, que no sé si me gusta más que puffins (en inglés)... Hace un frío que pela, quizá es que no estamos aclimatados, y que estarse quieto mirando pájaros bobos no es como para calentar a nadie.


Son muy salados, más pequeños de lo que yo esperaba, más descarados también, porque nos tienen a c y a mí a poco más de un metro de distancia; vuelan fatal, pero hemos leído que bucean de vicio (hasta 90m de profundidad, ahí es nada).

La siguiente excursión se nos frustra por la lluvia y la niebla, así que nos conformamos con un paseíllo por Borgarfjörður, donde vemos lo que pensábamos que iba a ser una de tantas granjas peludas. Después de todo vimos pocas más...



Terminamos durmiendo no lejos de allí, en nuestro km 2953 y con una excursión a la vista para la mañana siguiente.

Los kms del día:


[.día 7.] Amanecemos en mitad de ninguna parte, rodeados por niebla, montes que se dejan ver solo a ratos y el sonido de montones de aves que parlotean alegremente. La niebla nos chafa la excursión que teníamos pensada para la mañana. Pensamos que el tiempo no te deja hacer planes, y que va a tener que ser todo en plan "aquí te pillo y aquí te mato", aunque después nos dimos cuenta de que lo que pasa es que mejora según avanza el día.



Por fín decidimos comenzar la vuelta a la isla hacia el norte, es decir en contra del sentido de las agujas del reloj y dejando el sur, más espectacular, para el final.

Empezamos por la garganta de Imra, paseíllo al canto.



Después atravesamos desierto verde, luego desierto de tierras volcánicas, luego nada. Cuando llegaron los vikingos arrasaron con los árboles, para tener pastos para el ganado. Y así sigue casi todo, excepto algunos intentos de repoblación de fantasía (porque mezclan especies autóctonas con otras que ni de lejos).



Hasta que por error llegamos por el lado no habitual a las cascadas de Dettifoss (la famosa por gigante: 300.000 litros/sg oOoOohh), Selfoss y Hafragilsfoss. Estupendo haber tomado la pista en vez de la carretera porque hay menos gente. Aunque los niveles de "presión demográfica turística" islandeses no se miden en la misma escala de los de la Europa continental (¿Praga? cielos).

La primera que vemos es Dettifoss, la que está situada en el medio (había otra foto de esta en el primer post, en la que se veía lo inmeeeeeensa que es):


Un rato de paseo río arriba te lleva a Selfoss, la que más me gustó de las tres, y la razón de ser afortunados por tomar el camino de pista (desde la otra orilla del río, a la que se llega por asfalto, la vista de esta debe ser un poco sosa):


Y otro rato de paseo río abajo, pasando por la casilla de salida, y se llega a Hafragilsfoss:


Seguimos por la Ring road hasta los Asbyrgi cliffs, acantilados en mitad de ninguna parte, sin venir a cuento, y como cortados con cuchillo. Igual que las casacadas, que se recortaban en aristas escarpadas en vez de en suaves formas erosionadas - parece ser que su temprana edad geológica no ha dado todavía para erosiones.



Un poco más de carretera y nos plantamos a ver más columnas basálticas en Hljóðaklettar. Esto sí que es imponente. Los pilares ya impresionan, lápices hexagonales XXXL. ¿Pero haciendo formas como estas? ¡Qué barbaridad!



Un día bien completo. Lo terminamos durmiendo cerca de Lónsós (km 3278)

Los kms del día:


[.día 8.] ¡¡ Sol por fín !! Después de tanta nube los días anteriores, hoy por fín vemos el sol y el cielo azul y los colores de Islandia en todo su esplendor, qué maravilla.

Además de ver el sol, también vemos ballenas. En Húsavik, capital del ballenismo, nos enrolamos en una de esas expediciones precocinadas para turistas de las que solemos huír y, enfundados en monos varias tallas mayores, con mil capas de ropa debajo y pasando frío a ratos a pesar del sol, nos adentramos en el mar a la caza avistadora de ballenas. Por un buen dinerito te sacan en barco durante tres horas, y sifón de agua que sale del mar hacia arriba, ballena que vas a buscar detrás. Todo cuestión de suerte. Vimos un par de ballenas azules, o dos veces la misma, y alguna más. ¿Merece la pena? No sé. Avanzado el viaje vimos orcas desde la carretera. Pero es gracioso. Y el paisaje de los montes nevados junto al mar ¡quita el aliento!





Después, según vamos hacia nuestro siguiente destino... qué raro, sale humo, y hay coches aparcados... ¿a ver? Un minilaguito de aguas termales, lleno de críos en remojo y padres con los pantalones remangados. ¡Primera experiencia de bañito caliente natural!

Tarde de volcanes y huevos podridos. Primero a Hverir, donde nuestro libro de excursiones decía que todo el mundo se quedaba abajo, en la zona de barros borboteantes y humos pestosos, pero que mejor que subiéramos la colina/volcán de al lado. ¡Cuánta razón!



Y cierto es que con la parte geotermal ya iba bien la cosa, pero el panorama desde arriba ponía la guinda. Mares de lava, cráteres, montañas nevadas terminadas en meseta. Esto parece ser que fueron erupciones bajo glaciares, que por el frío no llegaron a completar el pico del cono, qué cosas





Y después a pasear por el mar de lava aún humeante de Leirhnjúkur y ver el cráter de Víti. Que no te salgas del camino, te dicen, que todos los años hay alguno que se hunde en barros calientes o que se queda sin la suela de sus zapatillas por pisar donde no debe.





En nuestro km 3409 dormimos en mitad de ninguna parte cerca de Norðurfjöll, cenando a pleno sol aunque ya un poco bajo, sobre tierras naranja fosforito.

Los kms del día:


[.día 9.] Tras parar frente a las aguas lechosoazules de un lago junto a una central eléctrica...



tiramos hacia la grieta de Grjótagjá, que es más bien una cuevecilla con una charca de agua caliente dentro. Con una de las últimas erupciones se ha puesto tan caliente el agua que no es posible bañarse. Y es una pena, porque invita.



De ahí seguimos a pie hasta subir al cráter del Hverfell, un buen paseo.



De ahí al primero sitio en Islandia que vemos con un centro de visitantes y sobrepreparado para el turismo (con lo bien que estaba todo un poco más salvaje...). Es Dimmuborgir, un campo de lava en el que han quedado unas curiosas chimeneas formadas por los efectos de escapes de vapor bajo mares de lava. A la lava eso le parece fresquito y se solidifica alrededor, así que quedan unas formaciones curiosas que parece ser que sólo hay bajo el mar y aquí. Muy famoso, muy visitado, muy raro, pero en realidad nos deja un poco fríos...



Luego al lago Mývatn, que amenazaban las guías con estar masificado en verano. Será otro verano u otra escala de masas, porque el paseíllo que damos viendo patos y otras aves extrañas es de lo más plácido y solitario.



No termina ahí la cosa, este día iba a ser más tranquilo que los anteriores, pero no lo consigue: cascada de Goðafoss, donde supuestamente los antiguos pobladores tiraron las imágenes de sus dioses paganos cuando se convirtieron al cristianismo.



Y Akureyri, la segunda ciudad más grande del país después de Reykjavík y sus alrededores. Esto sí me desconcierta. ¿Cómo que la segunda más grande? ¿Cómo que ciudad? Aunque si piensas que en todo Islandia hay alrededor de 300.000 habitantes, y que 200.000 viven en la capital y su área... todo tiene sentido.



Después de todo eso, dormimos cerca de Dálvik, con estas vistas (km 3592). Las flores de primer plano son otra seña de identidad islandesa. Al menos en verano. Están por todos lados y encima tienen un aroma suave y delicioso. A falta de nada mejor, las llamamos islindias.



Los kms del día:


[.día 10.] Como el tiempo, oooootra vez, chafa nuestros planes de excursión matutina, hacemos unos cuantos kms hacia el noroeste, todos muy muy bonitos, entre prados inmensos de pasto, fiordos suaves, desiertos otra vez, montañas seminevadas terminadas en meseta, montañas seminevadas en forma de pirámide perfecta.

Por el camino hemos parado en Siglufjörður, que disfrutó de gran bonanza durante la Era del Arenque. Tenían una flota enorme de barcos, saladeros y fábricas de aceite y harina de pescado. Hasta que durante los años 50 comenzaron a utilizar el sónar para ayudarse a localizarlos, y acabaron con todos los arenques de la zona, ouch.




Tienen un Museo del Arenque de lo más curioso. Lo de la foto son plantillas para estampar la marca en la tapa del barril de madera en que envasaban el pescado. También útiles de despiece, máquinas de sacar aceite, inventos para mover barriles, y yo qué sé cuántas cosas más. Ah, algo gracioso, el olor intenso a pescado aquí dicen que es el olor del dinero.

Por la tarde hacemos una excursión, subiendo al Gvendarskál, ladera de fiordo que comienza suavecita y termina casi vertical. Aquí no son tan sutiles como para pensar en trazar el camino haciendo zetas, ¡la línea recta es lo más corto! El caso es que las vistas son espectaculares. Mires a donde mires encuentras paisajes impresionantes, ¿como en el National Geographic? jaja.



A la bajada, en el mismo Hólar donde dejas a la brujita, puedes visitar una casa de turba.. ¿o debería decir un casoplón? porque por dentro tiene un montón de habitaciones y dos pisos.. claro, para albergar a quién sabe cuánta gente y animales allí todos juntos.



Terminamos durmiendo en una playa, la que ponía en el primer post, cerca de Blönduós, en nuestro km 3814

Los kms del día:



[.día 11.] Esta vez el plan de la mañana no nos lo estropea el tiempo, sino la pesca. Pensábamos ver focas en la península de Vatnsnes, pero ni rastro. Así que será lo que decía la guía, que de vez en cuando les da el arrebato y desaparecen para irse de pesca en alta mar. Lástima.






Esto es un secadero de pescado que encontramos en nuestro intento de ver focas. A veces seguir a los autobuses turísticos pensando que buscan lo mismo que tú te descubre cosas inesperadas.

Así que seguimos km va, km viene, carreterilla va, pista viene, hacia la región de los Fiordos del Oeste, que parece ser que es de lo más remoto que hay en el país. El camino bordea todo el rato la costa, a ratos con nada, a ratos con fiordo de suaves laderas, a ratos llanura, a ratos prado.

Por la tarde nos da para hacer una bonita y helada excursión. A partir de la bahía de Kaldalón (que significa "bahía fría", ouch), adentrándonos en el fiordo-valle, la idea era llegar a la lengua del glaciar Drangajökull que se ve al fondo en la foto. Pero todo el agua que escurría de las montañas laterales, después de yo-qué-sé-cuántas horas de sol había hecho crecer ríos gélidos y al final uno de ellos, a 1km del destino, nos hace darnos la vuelta. Bueno, el río, los 6ºC, y el viento fuerte, ay.



Dormimos en el mismo sitio donde habíamos dejado la brujita para la caminata (km 4127).

Los kms del día:



[.día 12.] Los fiordos tienen estructura fractal. No sé si hay algún estudio al respecto, pero después de conducir por el bordecito del mar durante unos días, lo podemos asegurar sin lugar a dudas. El primer tirón, para recorrer unos 32km en línea recta, son más de 180 de carreterilla de estas sin quitamiedos y a veces hasta sin raya. Ups. Eso sí, el paisaje te tiene con la boca abierta todo el camino.





Todo el camino vas diciendo: "dentro de un rato estamos ahí en frente" o "hace un rato estábamos ahí"... Y en realidad nunca sabes hacia dónde queda el mar, porque das tantas vueltas, te metes en subfiordos del fiordo principal y el agua está por todos lados, que como para saber nada.



Peor hay más que bocas abiertas, fiordos y kms: 1) ¡focas! aunque estaban tan quietas que yo no sé si tomaban el sol o estaban amojamadas.



2) excursión por casualidad a ver una cascada de ladera de fiordo - hay montones de ellas, las cimas se deshacen y el agua tiene que bajar por algún lado, y como la ladera es tan vertical el espectáculo es magnífico




3) Ísafjörđur, un pueblo que en la guía decían "cosmopolita" (no sé por qué), pero tenía casitas de estas de chapa ondulada muy monas, al final se les coge cariño y todo



y 4) subimos a la montaña Mýrarfjall, que pilla entre dos ramas del fiordo Dyrafjord





Dormimos en el aparcamiento de otra atracción turística: un jardín (km 4374)

Los kms del día:


[.día 13.] Un jardín como este, el de Skrúður, es digno de mención en Islandia, también porque es el primero que se conserva. Y es que supongo que mantener esto con las nieves del invierno debe tener lo suyo.



Después llegamos a las grandes atracciones turísticas de la zona de los Westfjords: la cascada Dynjandifoss, que además venía acompañada por otras más pequeñas más abajo.



Y los acantilados de Látrabjarg, de 500m de altitud y paraíso de aves de todo tipo, que además están dentro del top-10 de mejores vistas marítimas del National Geographic. No puedo decir mucho. El viento me hacía llorar. No se podía estar.



Para terminar el día teníamos pensado un bañito en una pisicina natural de agua caliente, monísima y junto al mar, pero un cicloturista haciéndose la cena allí mismo (ouch, qué bajón) y el viento endiablado que seguía soplando nos hacen arrepentirnos. Lástima.

Pero bueno, dormimos cerca de Flokalundur con vistas al volcán Snæfellsjökull... ¡el de "Viaje al centro de la Tierra"! -que los vikingos decían que era hogar de trolls y los New age dicen que es fuente de no-sé-qué energía cósmica y peregrinan hasta él-. Tampoco está mal. (km 4716).

Los kms del día:


[.día 14.] Dejamos atrás los Fiordos del Oeste, para dirigirnos a la península de Snæfellsnes, que veíamos ¿anoche? justo en frente. Atravesamos parte del interior y ha vuelto a verse su origen volcánico descarado.
Hacemos una excursioncilla a la garganta de Ránagil, que parece que está construida a base de trocitos de piedra roja, como si fueran piezas de un juego de construcción, pero desordenadas. Que daban ganas de hacerles así, top-top, como a una baraja de cartas para que quepa otra vez en la caja.



Siempre impresiona la transparencia de todos los ríos aquí: se supone que todo río es potable a menos que pase por colonias de anidamiento de aves. ¿Y cómo lo sabes? Ni idea, eso no lo cuentan.

Lo meditaremos en remojo, jjoojojojo...


Después vemos Stykkishólmur, que si intentas decir el nombre en marcha cuando terminas ya te has salido del pueblo por el otro lado. Tiene un puertecín coqueto en el que también caben ferries y cruceros, y terminado por una isla de columnas basálticas desgastadas y un minifaro en el que a través de los cristales ves las herramientas ¿para arreglarlo? pintadas a juego y primorosamente colocadas como en exposición.





La noche (o eso), a las orillas del Kolgrafafjörður (km 5011).

Los kms del día:


[.día 15.] Estábamos durmiendo en mitad de ninguna parte, después de meternos por una carretera que estaba cortada por nieve mucho más arriba, haberla dejado por una pista y haber dejado la pista por una hermosa explanada a final de un fiordo. Y a las 4 de la mañana, ¡¡ TOC, TOC !! Cielos, qué susto: uno pensando que nos había caído algo encima y otra que venían a echarnos. Corazón fuera de pecho y legaña en ojo. Abrimos la persiana, el sol ya alto, ¡y unas ovejitas topando a la pobre furgo! Habráse visto semejante desvarío.


Esta foto no es de este día, pero sirve muy bien para verlo: en Islandia las ovejas no van en rebaños, sino en tríos. La oveja madre, normalmente sucia y tiñosa (la de la foto un poco menos) y dos corderitos esponjosos y achuchables. Y puedes encontrarte un trío de estos en cualquier mitad de ninguna parte.

Cuando amanecemos a horas menos intempestivas, intentamos atravesar la península en la que estamos, para pasar por al lado del glaciar y el volcán Snæfellsjökull, y quién sabe si dar un paseíllo por los alrededores. Gozo en pozo: carretera cerrada. Parece ser que no todas consiguen abrirse en verano, que sigue habiendo nieve para jartar. Así que toca rodear la península e intentarlo por el otro extremo de la carretera.



De camino pasamos por una zona de acantilados que recomendaban en la guía de excursiones (Hellnar a Arnarstapi): ¡vamos a ello, faltaría más! Y desde luego que merece la pena, porque si los acantilados en general ya tienen tirón, imagínate si son volcánicos y tienen de fondo montañas seminevadas detrás del mar.





El segundo intento de glaciar y volcán con la puerta al Centro de la Tierra no es mucho mejor: había niebla y no se veía la cima. Seguimos camino visitamos el Centro de los Asentamientos en Borgarnes, que si bien tiene una exposición principal un tanto chuchurría sobre los primeros pobladores de Islandia, la segunda exposición, una sobre la Saga de Egil Scallagrimson es divertida, interesante y curiosa.



Yo termino el día en una olla, como el anterior. Aunque la olla de hoy tiene a una troll cocinándome, jjajajja. Estas tierras estaban habitadas por trolls y elfos antes que por humanos, y aunque tuvieran que retirarse, la tradición conserva mucho de sus historias y de su presencia latente.



Pasamos la noche cerca de Húsafell, km 5306

Los kms del día:


[.día 16.] Empezamos subiendo por la garganta Baejarfell cerca de Húsafell, hasta llegar a tener vistas al glaciar más mini del país, que también tiene el nombre más mini: Ok.



Por pista para 4x4 llegamos a Surtshellir, ¡una cueva de lava de varios kms de longitud! Bajas por piedra que se vuelve nieve/hielo y que termina siendo otra vez piedra volcánica. Hace un frío que pela, humedad y oscuridad absoluta (cuánto hacía). Están cero urbanizadas, pero son transitables y tienen diversas bocas y ramificaciones. A ratos parecía que había pasado por allí "La Chata", la tuneladora del metro, de grande que es el agujero. Es genial, excepto el rato que parecía que había que retroceder y al mirar no sabíamos por cuál de las dos bocas veníamos, arg.



Tras sobrevivir a la aventura en el centro de la tierra nos damos a las cascadas, un clásico, primero por la misma zona, las Hraunfossar, de aguas lechosas de glaciar...



...para terminar la tarde admirando Glymur, la más alta del país. En ésta además el río había excavado una grieta de más de los 198m de alto que tiene el salto de agua y de muy poco de estrecho, verde musgo y con sonido a gaviota, que anidan felices en los paredones perfectamente verticales. La excursión era circular, remontando todo el río hasta encima de la cascada y cruzándolo allí. Pero el río no está cruzable, así que vuelta por el mismo camino, con una lluvia fina que empieza a caer, y que para poco antes de llegar a la furgo, arg. Sopa islandesa.



Dormimos por la zona de Glymur para no acercarnos demasiado a Reykjavík, que es el destino del día siguiente (km 5460).

Los kms del día:


[.día 17.] Nos cuesta un ratejo llegar a Reykjavík, porque estábamos al fondo de un fiordo y ya era imposible coger el túnel. Es único peaje que hay en el país y te ahorra 44km de rodeo de fiordo. Pero quién quiere túnel teniendo fiordo.

Según te vas acercando cambia la carretera: primero raya a los lados, luego arcén, y al final ¡dos y hasta tres carriles! Esto pinta a entrada a ciudad-ciudad. Aunque eso sí, a 90km/h máximo y con una rotonda de vez en cuando. Tampoco vamos a pedir más, que ya casi habíamos olvidado lo que era eso (no sé qué pensarán los muchos alemanes que viene de las carreteras de aquí en comparación con las suyas).

Luego aparcar. Sabíamos más o menos cómo funciona el aparcamiento en la ciudad, por este post del blog I heart Reikjavík, y no fue difícil hacerlo cerca del centro, sin pagar y sin tener que poner un ticket cada dos horas. La ciudad es perfectamente abarcable a pie.


Dejamos a la brujita cerca del Ayuntamiento, el edificio que se ve a la izquierda. Un espacio abierto a quien quiera verlo y agradable para pasar allí un rato admirando la inmensa maqueta que tienen del país, viendo una exposición o leyendo algún folleto. Nosotros lo agradecemos, porque llueve. Maldita sea. Por lo menos es flojillo, sin viento y sin demasiado frío (¿o es que vamos forrados nosotros?). Parece aguantable.



Leemos que Rykjavík ("bahía del humo"), se fundó alrededor del año 900, pero hasta el 1800ypico no tuvo la primera calle, ouch. El centro es pequeñito y en el momento en que sales de las dos calles comerciales (son dos de verdad) se parece mucho a la otra "ciudad" que vimos, con sus casitas de chapa ondulada construidas con espacio verde entre ellas. Después de todo hemos leido que claro, la madera escaseaba y se pudre con la humedad, mientras que la chapa no y proporciona buen aislamiento. El cogollo del centro es todo para turistas: en inglés y con una tienda de souvenirs cada dos pasos.





Hay dos edificios modernos que da la impresión de que son el orgullo Reykjavíkino, y para mí que con razón: la Hallgrímskirkja, iglesia picuda de cemento en forma de pilares de basalto que domina las vistas de la ciudad desde cualquier lado (arriba); y el Harpa Concert Hall, (abajo) construido hace nada a base de prismas de cristal que recuerdan a las columnas de basalto. Si, las columnas de basalto aquí son lo más inspirador con diferencia.



Visitamos parte del Museo de Arte, una de sus sedes que es un almacén del puerto antiguo recuperado con muy buen gusto para albergar exposiciones de lo más variopinto: un tal Erró representante del arte pop islandés, junto con una instalación formada por miles de ositos de peluche bañados en cera.





El Museo Marítimo es otra buena opción para un día de lluvia y la posesión de la Reykjavík City Card.



Cuando nuestro aguante de agua se termina y nos cierran (prontísimo, a las 5) los museos, nos acercamos a Perlan (buscando el nombre en internet para confirmarlo acabo de ver que quiere decir "La perla"), un restaurante con forma de gran cúpula situado en una colina. El edificio es chulo, pero son mejores las vistas de la ciudad desde la gran terraza circular que tiene en la parte superior.

Esta ¿noche? nos cuesta más encontrar dónde dormir, pero al final nos quedamos cerca de lo que parece un Club de tiro (ouch) por Víðinesvegur, en nuestro km. 5550.

Los kms del día:


[.día 18.] Amanece gris y húmedo, pero pasable, así que decidimos no continuar la pausa ciudadana, sino con lo que hemos venido a ver, Naturaleza de la del National Geographic. Aunque no exactamente de esa, porque lo que toca visitar es la mayor concentración de turistas del país, así que hay que hacerse a la idea: el "Golden circle", conjunto de grandes atracciones cerca de Reykjavík. Le deben llamar así porque queda chulo, porque ni hay nada dorado, ni es un círculo, que más bien está todo en línea: el hueco entre las placas tectónicas europea y americana, el chupinazo de agua p'arriba y una cascada (si, otra más).



En Þingvellir efectivamente, está la falla entre las dos placas, no estás en América ni en Europa (aunque parece ser que hay otra placa entre medias y es un poco mentirijilla, pero es más chulo así y con eso me quedo). Además allí celebraban desde el principio de los tiempos de los asentamientos una especie de asamblea de jefes de granjas para despachar asuntos legislativos y judiciales (Alþingi). Es un lugar muy significativo en la historia islandesa.



Geysir es (casi) un pueblo. Pero un pueblo con yacimientos de aguas de estas calientes que huelen a huevo podrido. Y el origen de la palabra geiser. El geiser original, llamado Geysir, está muerto, o más bien dormido después de un terremoto que lo dejó en modo minilago con aguas hirviendo. Pero le pasó el testigo a Strokkur, el de la foto, que no defrauda nada (hay que comparar el tamaño del chorro con el de la gente). Entre cada 4 a 8 minutos suelta un chupinazo. Si tienes suerte es grandote como éste, si no, sólo una tosecilla y hay que esperar un rato a ver si el siguiente...



La cascada, Gullfoss, es la más famosa del país, pero al empezar la visita parecía que después de todo lo que llevamos invertido en saltos de agua no nos iba a sorprender. Error. Es magnífica.



Después de todo esto, tan civilizado y llenísimo de turistas, nos vamos a algo mucho más remoto. 2h de pista de las de 4x4, ¡con un vadeo y todo! y nos plantamos en mitad de un ninguna parte muy muy alejado de todo, Hveravellir, donde hay  una especie de camping y más huevos podridos... peeeero ¡con bañito caliente y vistas a los glaciares! Nos quedamos a dormir aquí (km 5748), en busca de excursión al día siguiente y de  pretexto para otro bañito.



Los kms del día:


[.día 19.] Ayyyy, que vuelve a amanecer con una niebla que no ves más allá de un palmo de tus narices, así que toca desayunar tranquiiiiilamente y cruzando los dedos para que se levanten un poco las nubes y poder hacer la excursioncilla que tenemos planeada por ese culo del mundo donde estamos.



Se tratada de llegar al Strytr y tener desde allí unas buenas vistas de toda la nada y de los varios glaciares que la rodean. Se cruza desierto, nada. Y es una nada curiosa, porque la sensación que tienes es de secajo total, que ves hasta grietas en el suelo, pero bajo niebla meona, con el suelo encharcado de la lluvia de a¿noche? y de la nieve derretida. ¿Cómo es esto posible?



Al principio del camino hay lavas enfriadas justo cuando estaba rompiendo una enorme burbuja o en ondas de líquido espeso recién vertido.



Luego el suelo sigue volcánico oscuro, embarrado a ratos, a ratos con musgos de colores grises y pardos, amarillo pálido si hay mucha suerte, de vez en cuando neveros que lo encharcan todo aún más. Y así todo lo que abarca la vista en todas direcciones, hasta muy al final, el horizonte bordeado de montañas nevadas y glaciares en movimiento invisible. Por encima la mayor extensión de nubes de todos los tonos de la gama de los grises. ¿Y si pierdes el camino? Más te vale que no. ¿Y con niebla y nieve? Imposible. Pero al final las vistas merecen la pena, claro que sí.





Después, retrocedemos un poco hacia Rykjavík, en busca de una zona geotermal que parece ser que es de bastante impresión (Reykjadalur). Y al llegar vemos por qué: es monte verde con casitas salpicadas aquí y allí, ¡y con humo que sale del suelo cada dos por tres! Parece como si toda la comarca hubiera quedado para quemar sus rastrojos el mismo día a la misma hora exacta.

No nos da tiempo a hacer la excursión que tenemos elegida, así que nos vamos para la costa, a recogernos un poco antes de lo normal. La excursión con mucho frío y viento, los tropecientos kms de botes por pista y creo que ya también la acumulación de este ritmo de ¿vacaciones? nos tienen muertos. Dormimos junto a un faro, en nuestro km. 5961.



Los kms del día:


[.día 20.] Amanece favorable y por una vez podemos hacer la excursión que teníamos planeada para la mañana. Y qué excursión. Subes entre prados de verde rabioso, con fumarolas de vapor pestoso (aunque ligero y algo distinto) salpicando las laderas.



Las montañas cambian de verde a marrón rojizo de lava, luego a negro brillante. El caminito serpentea así, entre paisajes imponentes hasta llegar a un valle... ¡en el que hay un río caliente!



¿Y qué hace una cuando ve un río caliente? Pues darse un bañito relajante. Hay bastante público, pero no llega a agobiar. Y es que es normal, con lo acogedor que está montado, con las aguas represadas cada poco y para regular el calor que aguantas subiendo o bajando de poza.



Por la tarde, y después de investigar y confirmar que estaba abierta la carretera (cuando llegamos al país no lo estaba), nos lanzamos hacia Landmannalaugar, donde dicen que están los treckings más bonitos del universo entero (bueno, a lo mejor no lo dicen exactamente así las guías y foros, pero bueno).

Los últimos 30km son pista para 4x4, pero en el mapa general decían que es de las que puedes pasar con un vehículo "confiable" aunque no sea estrictamente de tracción a las cuatro ruedas. Así que ahí nos lanzamos, tan decididos. Y después de los primeros 500m, zas, una señal diciendo que "vehículos confiables" no, que sólo 4x4. Pero estábamos ya allí, así que... a ver dónde llegamos. Ya nos daremos la vuelta si no puede ser, ¿no?, que hace ilusioncilla.

Tiene baches, sí. Y llegamos con el cerebro batido. Incluso alguna cuesta hay que nos puede hacer sufrir a la vuelta. ¡¡Pero hemos llegadooo!!



Por lo menos hasta antes del gran vadeo, que pasan que da gusto los todoterrenos y los autos locos versión campo a través, para llegar al camping, 200m más allá. Aquí nos quedamos esta noche (km 6154).





Aunque antes no podemos evitar hacer una cata de excursión, porque no nos íbamos a quedar en el parking, ¿no? Y lo que vemos es preciosísimo. Lo mismo van a tener razón con lo de "más bonitos del universo entero"...


Los kms del día:


[.día 21.] Landamannalaugar. Los Pirineos volcánicos más bonitos del universo entero. Lo puedo decir con conocimiento de causa, porque con el combinado de tres excursiones del librito que tan bien nos guía que hacemos, creo que nos hemos podido hacer una idea medio acertada.

Empezamos por bordear un río Melenas (dícese de los ríos con a-fluentes y des-fluentes, es decir, que tan pronto se les une un cauce, como que se divide él mismo en otros dos o tres), sobre base de tierra gorda color tierra clara de la de siempre.



Para comenzar a subir un monte verde. Pero no verde por musgo o hierba, sino verde porque la tierra y la piedra son verde oscuro y apagado.



Subiendo, subiendo, terminamos coronando el Bláhnúkur un monte negro (que empezaba en verde). Negro brillante. Y con unas vistas privilegiadas sobre todo el valle del río Melenas, los montes seminevados, el camping y mucho más.



Bajando, ese mismo monte es gris perla, claro y suave. Dominando el mar de lava negro y rugoso. La siguiente subida comienza ocre, naranja, amarilla, roja, azul, verde !!



Y así pasamos el día, entre subida y bajada, cambio de color, de textura y de temperatura (se mezclan ríos Melenas fríos de nieve en retirada con arroyos calientes de huecos humeantes y pestosos).







La tri-excursión resulta bastante paliza pero... ¿qué hay junto al aparcamiento? Sisisisiisiiii... ¡un arroyo caliente!

Después de dudar un rato en quedarnos en Landamannalaugar, al final pueden los pocos días que van quedando y la cantidad de cosas que aún nos quedan por ver. Así que volvemos a la Ring road, para dormir frente entre islindias frente a la Skógarfoss. Justo junto a la cascada hay un camping que abarca más de lo que piensas: en general en Islandia no están delimitados por nada físico, y donde nos fuimos a plantar, bien lejos de todo, ¡vinieron a cobrarnos!... Pero al otro lado de la Ring road hay hueco para quedarse bien tranquilo y alejado del mogollón. (km 6396)


Estas son las vistas de la noche (que sigue siendo día). Si obvias los cables de la luz no está nada mal...

Los kms del día:


[.día 22.] Skógarfoss, es verdaderamente espectacular. En la base una llanura de prado verde y el camping, que menudo sitio en el que está. Las laderas de las que cuelga, verdes también, como el pico cercano, y en frente el mar. Y la caida de agua, exactamente rectangular, sin piedras intermedias que desmonten su perfección. De libro, vamos.





La excursión del día sube por un lateral de la cascada, junto con turistas de todos modelos, colores y tamaños. Pero sigue al río más allá. Y qué forma de seguir, porque la primera cascada era simplemente perfecta, pero río arriba había muchas (pero muchas) más, rivalizando en recovecos y paredes volcánicos cubiertos de musgo verde brillante, bajo prados de hierbas frescas y largas. Y todo con un precioso día soleado que ha amanece hoy. El festival de la manga corta, qué descoque.



Pero la cosa sigue y sigue, y empieza a haber un poco de nieve junto al río, y luego el río sale de debajo de cuevas de nieve, y al final sólo hay unas pocas calvas de piedra. Pero piedra y tierra muy oscuras, porque arriba del puerto Fimmvörđuháls, y por todo el camino quien domina el horizonte no muy lejano es el volcán Eyjafjallajökull, famoso por habernos llenado toda Europa de cenizas en 2010.




Creo que lo más alto que se ve aquí arriba es el Eyjafjallajökull.

Gran palizón de excursión, con momentos dramáticos debidos a la pérdida de impermeabilizante de mis botas y paisajes de dos colores-dos sabores (verde-negro, blanco-negro).



A la bajada, no hay excursión sin bañito. Esta vez ha sido en la piscina que sacaba en mi primer mensaje, en Seljvavellir. Te adentras por un valle similar al de la cascada, con verdes laderas subiendo desbocadas y el Eyjafjallajökull presidiendo. Y cuando ya piensas que te has perdido, allí en medio de ninguna parte, una piscina de agua caliente. Pero piscina piscina, de casi 25m, con escalerillas y zona que cubre. Es la más antigua que sigue funcionando en Islandia. La construyeron en los años 20 para que aprendieran a nadar los marineros. Eso sí, entre el calor del agua y el paisaje a vista, no sé si aprenderían o se quedarían extasiados cual fideos en cazuela como nosotros.



Como estamos cerca y estuvimos bien, volvemos a dormir entre las islindias del día anterior (km 6419).

Los kms del día:


[.día 23.] Domingo. Y el plan es ejercer de dominicales, después de las dos palizas excursionistas de los últimos días. Así que nos vamos a asomar tranquilamente a una lengua del glaciar Sólheimajökull. Unos minutitos de caminata desde el aparcamiento y allí está la mole negra. Porque claro, aquí la arena es negra y los glaciares se ponen perdidos en nada que hace un poco de viento o que se rebozan contra los laterales.



Después seguimos ruta hacia el sur, hasta la península de Dyrhólaey. La rodean unas playas kilométricas de arena negra oscura. Vacías, nubladas y ventosas.





Y a unos minutos, el acantilado hace un curioso arco sobre el mar, de un tamaño tal que las avionetas pasan por debajo. Es raro, no hay ninguna haciéndolo cuando lo vemos, así que nos marchamos a adentrarnos un poco hacia el interior.



Después hacemos una parada en Vík, y aunque es domingo, queda alguna tienda de productos de lana para echar un vistazo. Todo muy para turistas. Pero desde la tienda tienen ventanas a la fábrica y es bastante curioso aunque esté vacía.

Teníamos señalada una excursión de nuestro famoso libro que nos adentraría en la garganta de Þakgil, una zona fuera de la ruta de las masas y que recomiendo a quien me lea.


Esto es de camino a la garganta. Lo vimos desde la furgo y no pudimos dejar de acercarnos: ¡¡¡es una huella dactilar de un gigante!!!

Ahí es donde se empieza a liar el domingo. Porque la excursión es larguita y empezamos tarde por la tarde (no es que importe, no se hace de noche, pero los cuerpos.. ay). Y venga de subir y de subir. Eso sí, junto a la garganta en cuestión, toda forrada de musgos verde brillante en contraste con la tierra oscura, haciendo formas imposibles, casi siempre con afiladas aristas, muy de vez en cuando más redondeadas.



De lejos, las vistas al sandur. No sé cuál es la palabra española (si la hay) para eso: es el río Melenas que se forma en el desagüe de un glaciar, ocupando una impresionante explanada de cantos o arena, enoooooooorme.



Al final de la caminata la vista es más impresionante si cabe. Aquí no hago más que estar impresionada, reimpresionada y requeteimpresionada. Se llega a una "cascada de glaciar". Arriba está el glaciar Höfđabrekajökull, pero llega a una rotura limpia de la piedra. Si hubiera sido agua hubiera hecho cascada, pero el hielo se veía cortado limpiamente al ras de la tierra. Por debajo más glaciar y entre medias, hilillos de agua que caen tímidamente por el acantilado.

Estamos en el sur, donde los glaciares crecen como setas, oiga.



La vuelta a la furgo, alrededor de las diez de la noche, no es menos espectacular:



No dormimos lejos de allí, con vistas al Mýrdalsjökull y al Mýrdarlssandur, en nuestro km. 6507.

Los kms del día:


[.día 24.] Después de un paseín por el cañón de Fjađrárgljúfur, verde, estrecho y de formas redondeadas para variar, seguimos al sur ya tirando para el este por nuestra "ring road".



El Vatnajökull es el gran glaciar que ocupa el sudeste de Islandia. Su superficie equivale a la de la Comunidad de Madrid completa. Esto te lo dicen así y te impresionas, pero en realidad no te haces a la idea.

Avanzas por la carretera y llega un momento en que se acaban la laderas verdes y empinadas y las llanuras de pasto que llegan hasta el mar. Todo lo que hay es arena y piedras negro-grises con algún río que las cruza, y a la izquierda, ahí mismo, la gran mole del glaciar, gigante, redondeado, manchado de piedras negras y con la cima escondida por los nubarrones que nos acompañan todo el día. Y sigue así kilómetros y kilómetros. Pero de verdad: kilómetros. Y es que sólo es una de las lenguas del glaciar. No tengo más palabras para transmitir la absoluta sensación de pequeñez e insignificancia, el sobrecogimiento que se siente.


Esto es la vista de toda la lengua desde la carretera, con su sandur. No se hace uno mucho a la idea, la verdad.


En el detalle (zoomeado a todo lo que da mi cámara) de uno de los extremos de la lengua se ve un poco más... pero poco. Aquí tanto fotos como palabras engañan.

En el año 1996 hubo una erupción volcánica bajo este glaciar. Algo así provoca una gran riada por la zona esta del sandur, que para algo es el desagüe del gigante: toda la nieve que se hace líquida de repente, más trozos de hielo que se desprenden, más las rocas que arrastra, todo cae de golpe hacia el mar, arrasando con lo que pille en su camino. Como la carretera principal del país, que cuenta además con tres puentes en esta zona. En el 96 sólo uno de los puentes aguantó.



Lo de la foto (aunque ya la puse en el primer mensaje del hilo, pero bueno), es un monumento que crearon tras la riada de ese año, utilizando trozos de los puentes que no la sobrevivieron (también hay una lengua menor del glaciar al fondo, una de tantas). El mantenimiento de las carreteras aquí está en otra dimensión, porque esto de las riadas no es tan raro ni va unido necesariamente a una erupción. En el año 96 consiguieron restablecer la circulación, con una carretera temporal, en sólo dos semanas.

Cuando conseguimos recuperarnos de la sensación de pequeñez e insignificancia, de la impresión de una Naturaleza a lo grande y sin domesticar que nos causan glaciares, lenguas y sandur, seguimos por la tarde para excursionear por la cascada de Svartifoss, que ella solita valdría la pena para todo el día: cuelga de columnas de basalto que cuelgan a su vez ¿del cielo?.



Esta es una excursión multitudinaria (por lo menos a niveles de "multitudes" islandesas), pero el mogollón se queda en la cascada. Nuestro ya famoso librito nos hace seguir, para tener más impresionantes vistas sobre el sandur (aquí en un intento de domesticarlo) y poder explorar a placer una minigranja de casas de turba.





Para dormir, lloviendo, nos acercamos al glaciar Fjallsjökull, en nuestro km 6727.



Los kms del día:


[.día 25.] Continuando hacia el este por la Ring Road sigues viendo lenguas de glaciar, una, y otra, y otra más... No sé cuántas en total. Frente a la que dormimos anoche había un minilago con algún pedazo de hielo flotante. Pero nada que ver con lo que hay en el lago Jökulsarlón, bajo otra de las lenguas que ocupan kilómetros.



En su momento el lago no era lago, sino la propia lengua del glaciar que llegaba a meterse directamente en el mar. El hielo retrocedió, y el hueco se rellenó con el agua escurrida. El Jökulsarlón está lleno de verdaderos icebergs. Los ves flotar, y moverse leeentamente hacia el desagüe.



Pasan bajo el puente colgante para los coches y se precipitan al mar, en busca de algún Titanic en miniatura.



Porque estos no son gigantes, aunque alguno hay de buen tamaño (en la foto siguiente se ve, chiquitita, una zodiac, para comparar).



No caí en fotografiar en el agua al curioso anfibio que, previo pago de unos 30€ te pasea por el lago.



Después de mirar, admirar y remirar el lago, que tiene algo magnético que te deja ahí atontado un buen rato, nos vamos a despedir a los icebergs. Después de todo el tiempo que estás mirando les terminas cogiendo cariño, normal.



Los pobres en general no llegan muy lejos. Frente al puente y ya en el mar debe haber algún montículo de arena que retiene a los más grandes.



Casi todos los demás son arrastrados por las olas hacia la playa. La vista de la playa inmeeeeeeeeeeensa de arena negra plagada de trozos de hielo de las más variadas formas y tamaños es desconcertante y a la vez de gran belleza. Otras tres horas embobados con los icebergs.



Después toca reabastecimiento, que con la tontería del glaciar, hace más de 200km que no había un pueblo en condiciones (hablo de condiciones islandesas, no del estándar habitual, claro).

Terminamos el día haciendo una excursión por montañas de liparita, de colores variados y pedreras abundantes, en la garganta de Hvannagil.



Para dormir frente al mar entre fiordos y acantilados, con el ruido de las olas y el ir y venir de su espuma sobre la arena negra (km 6886).





Los kms del día:


[.día 26.] Día gris. Y nosotros también. Seguimos carretera alante, la verdad es que toca una buena sesión. Nos metemos en los fiordos del este, y ya sabemos todos lo que quiere decir eso: fractal. Después de los del oeste estos lo parecen mucho menos, aunque el paisaje es igualmente impresionante: montañas que rondan los 1000m justo junto al mar, casi verticales y cubiertas de verde y nube.



Por el camino paramos en el pueblo de los huevos, en el francés, en la mina y en el inicio.

El pueblo de los huevos es Djúpivogur: tiene instalado todo a lo largo del camino al puerto una hilera de reproducciones, en piedra pulida tamaño XXXXXL, de los huevos de las aves de la zona. Dicho así no llama mucho, pero queda resultón. El autor, Sigurđur Guđmundsson y el título de la pieza, "Huevos en la bahía feliz", me da un poco la risa flojajaja.



En Fáskrúđsfjörđur los nombres de las calles están en islandés y francés. Lo fundaron pescadores de origen bretón y belga y lo llevan como un exotismo fuera de serie (aunque ni rastro de una panadería como Dios manda donde comprar un buen croissan). Mañana comienza allí la fiesta de los días franceses, ¿no podían haber empezado ayer u hoy?



La mina de Skifjörđur era de calcita y puedes entrar al túnel de 80m e investigar por tu cuenta. Quedan pequeños trozos del mineral, semitransparente y que se rompe en formas rectangulares casi perfectas. Es chulo, pero de camino vemos algo mejor: un zorro ártico, único mamífero que se encontraron al llegar a la isla sus primeros pobladores. Este parece domesticado (o semi), porque juguetea frente a una casa. Inicialmente nos desconcierta el color, porque llamándose "ártico" lo esperábamos blanco níveo. Luego hemos leído que cambia el pelo para el invierno y ya se queda totalmente de camuflaje.



El inicio es Seyđisfjörđur. Hemos cerrado el círculo y mañana nos volvemos a montar en el Norröna. Qué tristeza más absoluta, qué corto ha sido (un sólo día en realidad, porque en todo este tiempo no hemos visto la noche).



Dormimos, en nuestro km 7218, pasado lugar de embarque del ferry. Allí hay un camping que se pone hasta los topes, porque te toca embarcar muy temprano. Si sigues un poco más allá por el lateral más al norte del fiordo, mal que bien encuentras un huequecillo donde dormir un poco más tranquilo.

Los kms del día:


[.día 27.] El barco sale de Islandia a las 10:30, pero hay que estar en el puerto con ¡tres horas de antelación! Así que toca madrugar. Aunque esta vez hemos aprendido y vamos sin agobios: es todo taaaaaaaaaan lento. Y encima en este viaje sólo vamos hasta las Islas Feroe, así que nos toca subir los últimos para salir los primeros.

Por lo menos el día de barco es corto, sale con retraso de Skifjörđur y nosotros nos bajaremos a eso de las 3 de la mañana. A las 2:30 anuncian muy amablemente por megafonía que los de las Feroe tienen que irse. Y lo hacen un par de veces. Así que los que van definitivamente de vuelta deben acordarse, también muy amablemente, de las familias del locutor, de los feroeses, de los que hacemos escala y de quien pase por allí descuidadamente.





[.día 28.] El día empieza, como decía arriba, a las 2:30 de la mañana, ¿o debería decir a nuestras 1:30 por el cambio horario? (en Islandia llevan una hora menos que en las Feroe). Ay, no sé. El caso es que desembarcamos en Tórshavn, la capital, alrededor de las 3. La gran novedad es que con eso de habernos alejado algo del polo, ¡es de noche! Tampoco es que fuera noche cerrada, que se podía ver perfectamente sin farolas, pero bueno. En las tres semanas islandesas no hemos visto nada que se le pareciera.



Luego el día vuelve a comenzar mucho más tarde, después de volvernos a meter en el saco, esta vez en la Brujita en mitad de ninguna parte con las vistas de arriba. Y empezamos a recorrer Feroes arriba, Feroes abajo. Eso sí, después de observar, según se ve en la foto, que las ovejas ya no van de tres en tres.



Las islas pertenecen a Dinamarca. Eso si les preguntas a los daneses. Porque aquí no dicen lo mismo: son una nacioncita pequeña (48.000 habitantes aprox), pero con su bandera y su parlamento. La moneda es la corona, pero no la danesa, aunque supongo que también las aceptarán porque valen lo mismo que las feroesas (debe ser algo parecido a lo de las libras escocesas), y en las matrículas de los coches pone FO en vez de DK. No forman parte de la UE (aunque Dinamarca si), ni tampoco del Schengen (que Dinamarca también), pero a las 3 de la mañana no había nadie en la aduana con ganas de ver pasaportes ni cartas verdes. Normal.



Hay 18 islas en total -yo le decía a c que tocamos a 6 por día, que con lo canijas que son algunas estaba tirado, pero no cuela. También hay un número indetermidando de islotes, que quedan además muy decorativos.



Hoy pasamos por dos islas distinas (Streymoy y Vágar) y cruzamos de una a otra por un túnel submarino de peaje (por favor, pague en la gasolinera después del viaje de vuelta).



Esta maravilla (arriba y abajo) es Gasadalur, en la isla de Vágar. Merecería la visita por sí solo, y pasear por esos prados, contemplar el mar...



Igual que los acantilados Trøllkonufingur junto a Sandavágur:



Dormir en las Feroe es más difícil, porque como ya dije, se supone que sólo lo puedes hacer en campings, que toda la tierra es privada. Así que hay que buscarse un huequecillo discreto. Lo hacemos cerca de Hvalvík, en nuestro km 7404.

Los kms del día:


[.día 29.]Amanecemos en la isla principal, Streymoy, y continuamos su exploración por el norte. Esto es todo un verdadero lío, porque ves tierra al otro lado del mar y no sabes si es otra isla o la misma en la que estás, si el agua no es mar sino lago, o si toca fiordo, en cuyo caso, a saber hacia qué lado pilla mar abierto. Todos quieren participar en el exitoso concurso "¿otra isla o misma isla?" , con su variante "¿lago o mar?".



Después de pasearnos por la playa casi interior de Saksun (arriba), rodeada por un lado por los prados verdísimos del pueblín de casas de colores y por los otros dos de laderas escarpadas y musgosas, con hilos de agua escurriendo por doquier, nos hemos asomado a Tjørnuvik.



La foto de abajo es su playa, y al fondo se ve el norte de la isla de Eysturdoy. Junto a los acantilados lejanos verticalísimos se ve lo que parecen dos islotes, pero no lo son. Son dos gigantes que vinieron a llevarse las Feroe y devolvérselas a Islandia (¿se supone que antes estaban allí? ni idea), pero les sorprendió el día y ahí se quedaron, de piedra y a ver pasar ferries.



Luego cambiamos de isla, esta vez por un puente, pasado junto al pico más alto del archipiélago y suspirado por sus nieblas, que nos desanimaban la subida. De carreterilla en carreterilla, y de pueblín de casas coloridas y con hierba en el tejado en pueblín de casas coloridas y con hierba en el tejado, hemos llegado a Elduvik.



Desde allí hacemos una miniexcursión que te lleva entre más prados verdes y casi verticales junto al mar, atravesando un colladito de montes "fiordunos", hasta el pueblo de detrás, Oyndarfjørður, que tiene un atractivo turístico de primera categoría: las "rocking stones". Habíamos leído que eran dos grandes piedras que se mecían por el mar, y que la leyenda cuenta que son barcos piratas condenados a permanecer así, convertidos en piedra, durante toda la eternidad.



En la foto se ve el mismo movimiento que en directo. Sólo la cadena se mece ligerísimamente, y no puede ser por culpa del viento. Qué soso, qué bajón, qué estafa, jajajjaaja.

Dormimos muy ricamente en un parque eólico cerca de Nos, con vistas a Tórshavn (km 7535)

Los kms del día:


[.día 30.] Parece que las despedidas tocan todas grises. El último día en las Islas Feroe nos sale algo soso y tristón, igual que el tiempo, que se abona a la niebla meona y no hay forma de hacelre salir de ahí. El caso es que eso debe ser lo normal por aquí, porque tenemos música de una feroesa, Guðrið Hansdóttir, que dice que está harta de la niebla, pero que le dicen que no debe desear que se vaya porque hace crecer los pastos (para quien tenga curiosidad, aquí se puede escuchar: https://youtu.be/topNOxsH2h4). Ella no se queda muy convencida. Ni nosotros tampoco.



Aún así recorremos tres islas nuevas: Borđoy, Vidoy y Kunoy (un túnel de peaje en la gasolinera a la salida, por favor, y dos puentes que en realidad eran espigones estirados).



La novedad de la conducción de hoy (no paramos), son los túneles de varios kilómetros, de un solo sentido, sin iluminación y sin rayas laterales. Ayayayayyyy... qué agobio, qué sensación, que ves al otro acercarse de frente y tienes que decidir en qué apartadero te quedas si es que no tienes la prioridad. Si la tienes, pues a esperar que el otro se aparte. Ayyy, jajajjajja.





En las Feroe los pueblos están más cuidados que en Islandia, se conoce que ya han tenido pasta y condiciones climáticas para hacerlo. Son siempre casitas de tejados a dos aguas, como las pintaría un niño, de colores vivos (rojo, negro, verde) y muchas veces con tejados cubiertos de hierba.



Lo de arriba es un importante micropueblo, Kirkjubøur, que fue sede episcopal en el s. XI y hasta tuvo intento de catedral gótica que  permanece inacabada. Abajo, ¡la casa episcopal!





Y justo así, de casitas de colores, es también la capital Tórshavn, donde pasamos el final de la tarde haciendo tiempo para embarcar.







Nos esperan dos noches y un día de Norröna (arg) y vuelta al continente. Sólo podemos desear que pasen rápido, que no es que queramos volver, pero para quedarnos preferimos el continente al barco.

Los kms del día:


[.día 31.] Uffffffff... el barco de vuelta, ya que sabes a lo que vienes y que no llevas la ilusión de lo desconocido, es lo peor. Dejar pasar un día sin pena ni gloria, así sin más. Con lo que cuestan los días de vacaciones. En fín.



[.día 32.] La civilización. Esto aún es muy muy distinto a lo que acostumbramos, pero se siente mucho más cercano, casi conocido.

Nos despiertan a las 5:30 de la mañana (bueno 6:30 con el cambio), y después de todo nos dejan salir del (¡ pñadkgfiajiej !) Norröna a las 11:20 aproximadamente. No tengo palabras. Desembarcamos en Hirtshals, Dinamarca, el mismo sitio donde hace alrededor de un mes estaba todo por descubrir.

La idea era ir a ver alguna de las preciosas playas que parece ser que tiene Dinamarca, peeero llueve. Y llueve. A ratos llueve menos. Y vuelve a llover más. Así que las playas se quedan para otra ocasión. Y nos vamos directamente hasta Odense, situado en la isla de Funen, que es un punto y seguido puesto a la península Jutlandia.



Se trata de la ciudad natal de Hans Christian Andersen y lo explotan lo que pueden, aunque parece ser que el escritor, en cuanto tuvo posibilidad se largó de este lugar en que había pasado incontables calamidades.



Las casas están juntas y forman calles. Las calles son paralelas y perpendiculares, y a veces no tanto. Hay edificios históricos y representativos, y otros más nuevos, y plazas y fuentes. Hay tiendas con escaparates y gente que va paseando, en bici o en coche. No van en chandal. Yo tampoco. Ni llevan gorro. Ni yo. A eso es a lo que me refería con lo de "La civilización".

Una vez hechos a la idea de esto, Odense es un sitio agradable, con una catedral gótica de ladrillo dedicada a un rey asesinado por su pueblo por su mala gestión. Y luego olvidado. Y después canonizado (mejor no preguntar).



Y está el barrio de casitas de cuento donde permanece la casa natal (y de infausta memoria) de Andersen.



Después nos paseamos Svendborg, pueblo costero con barcos antiguos anclados en su puerto.





Dormimos en otra isla, Tåsinge, justo a la orilla del mar en nuestro km 8142. Y algo supernovedoso: son las 23:03h ¡y es de noche de verdad! ¡no se ve ni torta! jajaja. O quizá buaaaaaaa, que se acaba.



Los kms del día:


[.día 33.] Hoy visitamos el castillo de Egelskov. Lo intentamos ayer, pero en estos paises cierran todo muy pronto, y llegando a las seis y media no daba tiempo a ver nada.

El nombre del castillo es "bosque de robles" en danés y es que está construido sobre pilares de roble, de un bosque completo de ellos (igualito que en Islandia, derrochando madera).



El interior no es muy grande ni muy sorprendente: trofeos de caza de los sucesivos duques, mobiliario victoriano y cuadros y fotos de familia. Lo emocionante está en la buhardilla: un hombrecillo de madera con pinta de pertenecer a la decoración de una fachada o algo así "durmiendo" sobre una almohada. Si se quita al muñeco de su lecho el castillo se derrumbará el día de Nochebuena, así que la familia nunca ha podido celebrar la navidad allí. No es que sean supersticiosos peroooo...



Pero Egelskov no es sólo el castillo. Ni mucho menos. Son también los jardines, de una extensión impresionante, con variedad de parcelas temáticas, que si el jardín oloroso, que si el jardín inglés, la colección de fucsias, la huerta de la cocina, y yo qué sé qué más. Ah, sí, sí sé: los setos de haya (sí, de haya) de alturas imposibles (alcanzan los 8m en algún lado).



Y ¡los cuatro laberintos! El que está abierto y operativo parece facilón, pero no lo es, te tiras un buen rato dando vueltas y preguntándote si habías pasado ya por ahí o no. Pero al final lo consigues y te tiras, toda ufana, por el gran tobogán de los campeones, jijijij.



En Egelskov hay más que castillo y jardines. También exposiciones variadas (y extensas, vive Dios): moda victoriana, coches, motos, bicis ¡y aviones! antiguos, el herrero, la tienda y los vehículos de emergencias (de una empresa, Falck, que proporciona los servicios de bomberos y ambulancias -parece ser que no es un servicio público, sino que te abonas a él... así que si no tienes pasta ¿el bombero no te rescata de tu casa en llamas ni te llevan al hospital después? ayayayyy).







Pero no solo hay castillo, jardines y exposiciones. Hay juegos (puedes caminar por los árboles, por encima de los setos y sobre zancos) y ambientillo festivo: los de la asociación de barcos teledirigidos que vienen y toman el lago, las hogeras para hacerte panes retorcidos sobre un palo, ¡el concierto de The Boss (a la danesa)!, jajjajaja





Vamos, que más de 8 horas de castillo (porque hoy estaba "open by night!"), y yo aún me habría quedado a terminar el concierto... Después dormimos junto al castillo de Sønderskov, en nuestro km 8300

Los kms del día:


[.día 34.] Ayyy, qué pena, que se acaba. Bien pocas fotos para añadir en este día...



La puerta es de Ribe, en la costa oeste de la península de Jutlandia, en Dinamarca todavía. Es un pueblecito moníiiisimo de calles empedradas, casitas de entramado a ratos y catedral de ladrillo también a ratos (otros es de piedra).





No da para mucho, porque el día está gris y húmedo. Se conoce que se olía la despedida de país. Esto empieza a ser tradición. Pero el gris y húmedo de aquí no es como el de casa. Una nube gris claro lo cubre todo, hasta donde abarca la vista, y parece que aún más. Y no tiene matices de color, es como una losa sin bordes que te hubieran puesto encima. Y que moja con unas gotitas microscópicas de agua que pueden estar en suspensión durante horas y horas y horas. Qué tristeza. Y me da que aquí en verano  puede tirarse días así. Uf.



Así que nos dirigimos hacia ese calor insoportable que todos dicen que hace en Madrid. Mientras se aclara la cosa en Alemania seguimos con manga larga y calcetines, pero parece que sin impermeable. A ver si dura. Dormimos junto a un lago, el Möhnesee, después de sufrir un rato para encontrar sitio (km 8945).

Los kms del día:


[.día 35.] A pesar de que toca día de kilómetros, (es viernes, el lunes hay que ir a trabajar) nos permitimos el lujo de aprovechar para ver un par de sitios que contrastan un montón con todo el viaje islandés.



El primero es Zollverein. Parte del Patrimonio (industrial) de la Humanidad, y de la lista de la UNESCO, es una antigua mina y planta de tratamiento de carbón reciclada en infinidad de usos culturales.



Entre ellos está la instalación del Museo Red Dot de Diseño en el edificio ¿de calentadores? de la planta ("boiler house" pone en el folleto). Han conservado la parte industrial tal cual y añadido (by E.Foster) zonas para exposición, aunque a ratos también se mezcla lo expuesto con la maquinaria oxidada.



El coche colgado es un esqueleto de Audi A8 (creo), que parece que su fabricación íntegra en aluminio es algo super novedoso y rompedor.

Y para contrastar con esto, lo siguiente que visitamos es la catedral de Aachen (en español Aquisgrán, que respira señorío y rancio abolengo). La nave redonda con techos y paredes completamente forrados de mosaico, con varios pisos de arcos bicolores y el suelo en mármoles de mil tipos haciendo cenefas geométricas es algo que difícilmente podré olvidar.

Para que todo el mundo se quede convencido de que hay que apuntarlo en la lista de deberes, aquí está todo:

Los mosaicos,...


... los pisos,...


... y el suelo:


Terminamos disfrutando de parte de la operación salida de París (es viernes 31 de julio), aunque no sé si eso cuenta como visita de interés (¿quizá sociológico?), y dormimos en un bosque cercano a Orleans, en nuestro km 9735.

Los kms del día:


[.día 36.] ¿Hablaba más arriba de la operación salida de París? Un juego de niños comparado con la operación salida de toda Francia y parte de los alrededores, todos pasando por Burdeos a la vez. ¡Madre del amor hermoso! Porque asistimos y participamos en la madre de todos los atascos. Qué barbaridad, qué locura, qué espanto, qué infierno, qué sinrazón... Tengo más qués, pero mejor lo dejo y no me acuerdo más, que bastante es.

Menos mal que los grandes vacacionistas tenemos recursos para darle la vuelta a un día desesperado y mucho más. Un bañito en la playa de Hodarribia y como nuevos. Eso sí, extrañados, porque el agua no estaba hirviendo ni nos hemos tenido que poner el plumas a toda prisa al salir...



Para dormir en casa, a las tantas y con la mudanza desde la casa de vacaciones por hacer a la mañana siguiente. Km. 10930.

Los kms del día:


Ya está. De todo esto me quedan casi dos mil fotos, muchos recuerdos buenos (que me temo que se irán difuminando despacito), pocos recuerdos malos (que se han debido casi borrar ya), folletos, mapas, ovillos de plotulopi para ¿un jersey?, esta crónica, con la que me he estrenado en el foro (feliz de tener algo que aportar) y sobre todo ganas de volver, pese a la gran paliza y a haber empeñado todas las vacaciones del año y unas poquitas más. Islandia te toca en algún sitio escondido que hace que, incluso pasados ya los meses, saltes de emoción al identificar una imagen en un anuncio, al escuchar a Of monsters and men, que fueron nuestra versión de su banda sonora (unas cuantas en YouTube para dar una idea), al volver a sacar el plumas o a conducir por una pista de tierra. Espero que esto no se borre y aguante hasta que podamos volver.

Ah, también quedan las condecoraciones para la orgullosa brujita, que sigue echando de menos tener una nubecilla de polvo siguiéndola allá donde va...








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TRASTITO


NICHY

Como haces lo del mapa?alguna aplicacion que va grabando los pasos o simplemente google maps?

raquelom

Cita de: NICHY en Agosto 28, 2015, 18:58:24 pm
Como haces lo del mapa?alguna aplicacion que va grabando los pasos o simplemente google maps?

Uf, qué va. Todo artesanal. Son capturas de google maps . Menudo buen rato he pasado añadiendo puntos intermedios!
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Mariagova

Raquelom,

Ese viaje que habéis hecho si que da envidia, .baba si. El nuestro será más cortito, pero supongo que bien aprovechado, con toda la información que has colgado y que, yo he ido recogiendo. Estamos ya con los motores en marcha para, mañana por la mañana tempranito, comenzar la aventura.

Muchas gracias furgonetera, y hasta la vuelta!!

raquelom

Cita de: Mariagova en Agosto 28, 2015, 21:21:47 pm
Raquelom,

Ese viaje que habéis hecho si que da envidia, .baba si. El nuestro será más cortito, pero supongo que bien aprovechado, con toda la información que has colgado y que, yo he ido recogiendo. Estamos ya con los motores en marcha para, mañana por la mañana tempranito, comenzar la aventura.

Muchas gracias furgonetera, y hasta la vuelta!!

Pues acabo de ver que están en época de auroras boreales... ¡eso si que va a dar envidia! A ver si tenéis suerte. Mirad al cielo!  Gran viaje os deseo!
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Mingo13

Que envidia mas sana me dais, y la culpa sobre todo de Raquelom por ser tan buena explicandolo todo ;) jajaja
Ojala algun dia mi t3 y yo conozcamos esos maravillosos pasajes y aventuras, y no solo por el foto. Un saludete muchachada.
Buen camino!!!

raquelom

Agosto 30, 2015, 22:44:28 pm #70 Ultima modificación: Agosto 30, 2015, 22:48:28 pm por raquelom
Perdónygracias  ;D

Una t3, qué tesoro! Seguro que le va a quedar muy bien el paisaje. Solo hay que ir poniendo ya la hucha y empezar a volverse en poco loco (nadie piensa de mi que estoy bien de la cabeza ahora!  ;)

A ver si mañana puedo empezar con los días y los kms...
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Josse

Bonito relato y bonitas fotos...
.palmas .palmas
Nosotros estuvimos hace unos años con la furgo y fue una pasada...

raquelom

He empezado con los días y kms. Sólo hasta el día 2, no tengo tiempo para más. A ver si en otro rato... :)
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raquelom

Ya está hasta el día 6. He pasado el barco. Mañana llegamos a Islandia!!!
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mael