Viajes por África I ***AÑADIDO AL INDICE***

[motöcultor]

  Gracias por compartir vuestras aventuras. Espectacular.

[jvivesc]

Que pasada de viaje, y que buena crónica.
Espero poder hacer algo parecido algún día.

Saludos

[karras]

Impresionante!! Muchas gracias por compartir la experiencia y relatarlo tan al detañe. Es un disfrute leerlo!!

[GODIMIL]

 

[JK]

Pura aventura, me encanta!

[oscaryrut]

Con esta información, decidimos ponernos en marcha, no podiamos dejarnos influir por cosas que estaban fuera de nuestro alcance, nosotros teniamos nuestro viaje y teniamos que seguir estrujandolo, saboreando África, conociendo más gente, conociendo más parcela de terreno y así, ya con esta premisa, nos despedimos de nuestros amigos. Teniamos el mismo destino pero en latitudes diferentes, circulabamos hacia Senegal, ellos para el Pais Basari en el Sur, y nosotros hacia Saint Louis en el Norte.

Pudimos recuperar la esencia del viaje, volviendo a hacer reuniones de dos con la luz de un frontal y iluminando un mapa, volvimos a tener esa necesidad de explorar, de volver a encontrar caminos diminutos en el mapa y en la realidad, y así fue como durante unas dos semanas el espiritu que nos acompaño en la bajada, el de la aventura y el de lo desconocido volvia a estar con nosotros.

Salimos de Siby y ya desde el primer momento trazamos una diagonal que nos haria ir jugueteando con la frontera de Guinea y Mali. Nuestro nuevo destino era primero, la gran presa de Manantali, que alimenta con sus aguas a tres paises y despues la ciudad de Kenieba, al Sur de Mali. Fueron dias de mucha pista, pasos complicados, aldeas remotas y muchas conversaciones de como había ido el viaje y de como estaba yendo. Como se nos había ido de las manos en ciertos momentos y como por azar, todo se habia reconducido de nuevo al control. Pienso que esto es lo que hace que este continente sea tan especial, todo puede estar en tu mano y ser tu el que decide como va a ser tu viaje y en cuestión de dos pensamientos, estar todo regido por el caos. Aquí no puedes esperar que todo funcione siempre de una misma manera.

Llegamos a Kenieba con las pilas puestas, esta vez no habia sido un "oasis", esta vez habia sido el propio viaje el que nos recargo. Y queriamos más, de nuevo éramos nosotros, ya los malos pensamientos, las inquietudes, las preocupaciones se fueron quedando en los kilómetros. Estabamos bien, el Patrol estaba bien y teniamos dias y territorio por ver.

De Kenieba decidimos pasar a Senegal por la frontera de Kayes, es la ciudad más al Noroeste de Mali, en esta ciudad tenemos una historia del último viaje con un traficante de coches, que ya la contaré. En Kayes, estuvimos durmiendo en un orfelinato, acogidos por unas monjas y donde estuvimos muy bien atendidos. Una ducha, mandioca frita para cenar y de nuevo la luz del frontal que avisaba de que se tenian que planear nuevas rutas. El mapa lo dejaba bien claro, una vez pasados a Senegal, teniamos dos alternativas para llegar a nuestro destino, y elegimos la que a priori nos parecia más divertida.

Pasamos la frontera como siempre, bien madrugados y con las palabras rutinarias de todas las fronteras, ves aqui, ves alli, rellena esto, rellena aquello, y de nuevo, tras la última garita, estabamos en ruta. El plan era seguir el curso del rio Senegal, que hace de frontera natural entre Mali al Norte y Senegal al Sur, el plan era prometedor, pero no contábamos con que el asfalto que teniamos que seguir, estaba en un estado lamentable. Son mucho mejor los baches de las pistas que los baches del asfalto. Los baches de asfalto son como escalones de palmo, palmo y medio y realmente acaban por destruirlo todo, sin embargo en las pistas los hollos que suelen haber son más suaves, más progresivos. Tambien estaba el echo de que realmente, para poder ver algo del curso del rio, tenias que desplazarte uno o dos kilómetros hacia el Norte.

Esa misma noche volvimos a hacer lo que nos habia funcionado hasta ahora, abrir el mapa, trazar una linea desde donde estabamos hasta Sant Louis y marchar. Esto significaba de nuevo dejar la seguridad del asfalto, de lo negro, y meternos de lleno en el Ferlo, una zona inmensa de terreno que en época seca es el sahel puro y duro y que en época de lluvias constituye una trampa de barro y hierbas altas. La moneda estaba en el aire y aceptamos el reto, cuando estaba en nuestras manos el destino, casi siempre habiamos acertado y así fue como empezamos la travesía en diagonal de Senegal.

Fue de los recorridos más auténticos y divertidos a nivel conducción de todo el viaje. Existía una carretera que por desidia, abandono, falta de mantenimiento nadie utilizaba pero que nos iba sirviendo de brújula hacia nuestro destino, era como una carretera fantasma, los poquísimos vehículos con los que nos cruzamos utilizaban pistas paralelas que con los años se habian convertido en bañeras de arena que hacian que conducir por ellas fuese, imagino, lo más parecido a conducir un tren. Se podía circular a un ritmo bastante vivo sin miedo a romper nada, balanceando el Patrol de una lado al otro, fueron muchos kilómetros volviendo a la esencia de la aventura. Saint Louis se estaba acercando y con ella, tambien se acercaba nuestro mar.

La pista terminó en una cinta negra que iba desde Diama, el último pueblo senegales al norte, ya fronterizo con Mauritania, y la vecina Gambia, al Sur. Era un asfalto bueno. Dakar estaba a tocar de donde nosotros terminamos la ruta, pero no nos apetecía nada nada, meternos en el bullicio de una ciudad como Dakar. Habian sido muchos dias de tranquilidad, muchos dias sin influencias de ningún tipo, rodando y rodando, disfrutando de la compañía y hablando con pastores y nómadas, no queríamos acercarnos a una ciudad. Ya sabíamos que es lo que mas nos gustaba y también lo que menos.

[luises]

Impresionante   

[kram]

Sin palabras; piel de gallina y pelos de punta. no dejes de escribir!!

[Bizkor]

Pincho el hilo para leerlo con detenimiento. ME está encantando¡

[Arturo Vitoria]

Jooeeee, me encanta esta crónica. Estoy enganchadísimoooooo, jajaja...
Bravo, bravo,bravo!! menudo viaje! Impresionante.
Sigo por aquí, a la espera de más!
Muchas gracias por compartirlo! 

[oscaryrut]

me siento muy honrado de que lo leáis, os lo digo de verdad, me siento muy orgulloso de que os guste. Me anima a escribir una crónica de nuestro segundo viaje.

[Zzzzz]

me siento muy honrado de que lo leáis, os lo digo de verdad, me siento muy orgulloso de que os guste. Me anima a escribir una crónica de nuestro segundo viaje.

¿Cómo recuerdas tantos detalles, escribiste un diario?

[oscaryrut]

ya empezaban a ser dias de trámite, despues de tantísimas emociones ya parecía que sino ocurría nada era como sino hubiese viaje, como que era un viaje anodino, sin ningún tipo de aliciente. Creo que viajar de esta manera y durante un tiempo considerable, es como una montaña rusa, hay dias que estas a tope y con ganas de recorrer hasta el último cm de la tierra que pisas y dias en que lo que quieres es tu sofa, tu cama, tu ordenador, tu orden, tu confort. Sabéis a lo que me refiero verdad?? pues nosotros teníamos esa sensación cada vez más acentuada, había como prisa por volver a casa, con volver a la seguridad que te dan tus cuatro paredes. Tambien era cierto que hacía muchísimos días que no pisábamos un "oasis", alguna vez por no tener la necesidad y otras por no saber donde encontrar algun.

Y la cinta negra que va de Norte a Sur, nos llevó a conocer el mejor oasis en el que hemos estado. Era tarde, circulando ya muy cansados y buscando cualquier rincón apartado de la carretera, cuando mi mujer vió un cartel a pie de asfalto que anunciaba Campament Zebrabar. El libro estaba escrito, que suerte hemos vuelto a tener, ya cuando nos veiamos de nuevo escondidos en cualquier sombra, entre arbustos, cansados y con ganas de cenar algo y dormir, el destino nos regaló un lugar maravilloso.

El Campament Zebrabar está unos pocos kilómetros al Sur de Saint Louis. Es un lugar espectacular. Sino recuerdo mal, su historia no es otra que la de una pareja de suizos que llegaron aquí y vieron las posibilidades de montar una especie de refugio para viajeros, de apeadero para cansados motoristas y polvorientos conductores de camión, de auténticos overlands que marchaban para destinos lejanos. Y dieron en el clavo, es un lugar que te podría pasar una semana con tus hijos recorriendo sus playas en kayak, comiendo sabrosa cocina tanto local como occidental y poniendo a punto la máquina para lo que viene. Es un verdadero OASIS con mayúsculas, y además está donde tiene que estar.

Aquí volvimos a reponernos, aquí desconectamos del viaje, nuestra casa seguía siendo nuestro coche, pero la desconexión con el entorno fue total. Hicimos algo de deporte, estuvimos observando aves, hablábamos con otros viajeros, no nos estuvimos de nada, se trataba de descansar, se trataba de no pensar en lo que teníamos que hacer ni en lo ya hecho. Era momento de hacer un kit kat en el viaje. Funcionó, ya nos habíamos vuelto unos expertos en nosotros mismos, nos conocíamos, sabíamos cuando estábamos en lo alto de la montaña y cuando empezaba a llegar el bajón. Una mirada entre nosotros y ella ya sabía como estaba yo y yo como estaba ella. Era algo asombroso. Teníamos una simbiosis total.

[TonyCamper]

Impresionante la aventura. Nos tienes enganchados .

[COÑONETA]

muchas gracias ....