[FR] Alpes, más de dos meses de "Slow travel" (80d). Ag-2022 ***AÑADIDO AL ÍNDICE***

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16 Turismo en Aosta

Este pequeño valle ha acogido esta noche a unas 10 ACs, a las 4 que salí a mirar había 6ºC en un cielo dominado por la luna que iluminaba las cumbres de los picos hacia el San Bernardo, el "Pan de Azúcar" blanquecino, en contraste con las sombras de los bosques de alerces más abajo hasta nuestro prado. Por la mañana el sol tardó en llegar al valle, ya había dado un paseo con Lía río arriba hasta que terminaba el sendero en una presilla que le quitaba la mitad del caudal. Nos preparamos de ciudad y partimos hacia Aosta al Área de AC que nos serviría de aparcamiento, muy cerca del inicio del itinerario urbano. Salimos los dos y enseguida el mercado semanal, al que le dimos una vuelta, después buscamos la colegiata y el Arco de Augusto de hace 2045 años, ahí comienza la vía principal peatonal, llena de tiendas y bares para el turismo, siguiéndola se llega a la Porta Pretoria, muy bien restaurada y a su derecha las ruinas del Teatro Romano que se visitan por 8€, le dimos un recorrido viendo lo poco que quedaba tras mucha restauración, volvimos a la calle peatonal para visitar con la misma entrada el Criptopórtico Forense (unas galerías abovedadas con arcos que es lo que queda del fórum romano, junto a la catedral que estaba cerrada. De vuelta a la misma calle, donde compramos pan y pasteles, regresamos para visitar, también con la misma entrada, la iglesia paleocristiana de San Lorenzo de la que solo quedan indicios de sus cimientos, pero eso sí, acondicionado para visitarlos sin tocar. Y hasta aquí la visita cultural a la ciudad de Aosta, solo nos quedó por ver el puente romano. En el aparcamiento había 32ºC y dentro de la furgo 37. Decidimos irnos a comer al mismo sitio donde dormimos y en media hora estábamos haciéndonos unas chuletillas de cochinillo con ensalada especial a 24ºC. Por la tarde una caminata por el lado opuesto del día anterior, río arriba hasta llegar al túnel. Regreso, un Monk, cena y a pasar la noche en el mismo sitio.

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17 Hacia el Monte Cervino

Una noche alpina más, durmiendo de un tirón hasta que a Lía le dieron unas arcadas sin otras consecuencias que hacernos levantar para comprobar que la mañana amanecía sin frío. Un rato más en la cama para recuperar el calor de la noche y a funcionar. Paseo por el río hasta la presilla, desayuno, aseo y salimos hacia el Cervino. Paramos en Châtillon para hacerle una visita: los jardines del castillo Gamba, al que no entramos, la iglesia De San Pedro y San Pablo donde destacan las columnas de mármol rosa a ambos lados de la nave central, el puente romano, del que solo se conserva un arco de piedra que queda curioso a unos metros por debajo de otro puente del mismo estilo pero distinta época, los callejitos abovedados típicos de muchos pueblos alpinos, un parque con cedros del Atlas uno de ellos seco, convertido en una bonita escultura tallada en su tronco. Compramos pan, rosquillas y vino tinto de la zona y continuamos la ruta. Visitamos por 5€ la Grotte delle Busserailles y poco después, tras pasar un túnel nos quedamos a comer y descansar al inicio de la antigua carretera sustituida junto al lago di Perreres, también hay un área de picnic de pago y un parking utilizado por ACs. En la carretera sustituida por el túnel se ven muchas hileras de escalada, otra zona de boulder (escalada sin cuerda a baja altura) con colchonetas, en la pared de roca vertical y la ermita de ND de la Garde. Se puso a llover como esperábamos viendo las nubes que ocultaban las montañas, así que después de tomar el café seguimos hacia arriba según el itinerario establecido. El Lago Blu, el de las aguas que reflejan el Cervino en las fotos, de muy fácil acceso parando junto a la carretera, le dimos una vuelta con paraguas. Seguimos hacia Breuil-Cervinia, pero cuando comienza el pueblo está prohibido circular con AC, volvimos hacia atrás y entramos en el Área de ACs, donde se hacinaban unas con otras resultando poco atractivo el lugar, llenamos el depósito de agua y nos volvimos al parking de al lado donde habíamos comido. Allí nos encontramos con otras cuatro furgos españolas. Al lado llegaron una pareja de madrileños con quienes estuvimos charlando. Y a cenar y pasar la noche 

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18 Breuil-Cervinia

Llovió por la noche un buen rato y por la mañana al levantarnos, el cielo estaba casi despejado, con unas vistas al Cervino y los montes próximos espectaculares, iluminados por el sol sobre una capa de nieve recién caída. Por fin vimos el pico más famoso de Italia de 4478 mts con su forma piramidal y al que tuvimos ocasión de fotografiar innumerables veces a lo largo del día. Carrerilla de media hora por una pista casi horizontal partiendo del parking hasta el primer túnel que nos encontramos. Después, los tres hicimos un recorrido montaña arriba en busca de nuevas panorámicas, hasta llegar a una casa rodeada de vacas pastando plácidamente. Regresamos a la furgo y tiramos con ella hacia Breuil-Cerviña, aparcamos en el Área de ACs, de pago a través de código QR, lo intentamos pero a la cuarta pantalla introduciendo datos personales desistimos y nos fuimos al pueblo a verlo. Hoteles, restaurantes, y tiendas es lo que nos encontramos, con algunos edificios antiestéticos para el lugar, y mucha gente deambulando por sus dos o tres calles. Compramos en una panadería y volvimos a la furgo, de camino vimos un rincón que parecía buen sitio para aparcarla en solitario, así que allí nos dirigimos para ducharnos, preparar la comida, comer y descansar. Debió de ser buen sitio, en una carretera que solo iba a un par de hoteles, porque aparcaron al lado otras tres ACs. Después del café, saliendo del parking que habíamos descubierto, emprendimos una marcha por un sendero de descenso paralelo al río, después de 2,5 km nos encontramos en el mismo sitio donde habíamos pernoctado. El regreso, cuesta arriba, fue entretenido con las distintas vistas que nos ofrecía el Cervino, con sol, con nubes bajas, despejado, etc. Satisfechos por la jornada vivida nos acomodamos para ver un Monk y cenar. Nos pareció buen sitio para pasar la noche, tan solo retirando la furgo de debajo de un alerce por si fuera a llover.

[nico_t4]

   Increible!! tanto el viaje como el reportaje que estas haciendo en el post.

[Furgosolar]

Os felicito por compartir vuestra experiencia, este verano estuvimos por Chamonix con nuestra furgo, el proximo seguiremos vuestros pasos.

Un abrazo.
Josep y Marisa

[GODIMIL]

    

[Palanciana]

   Qué chulada toda la parte italiana, qué ganas de recorrerla. No hay rincón que no sea bonito en los Alpes. Me impresiona lo de todo todo lleno, pero siempre sabéis buscar algún rincón más tranquilo, es parte de la esencia 

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  Increible!! tanto el viaje como el reportaje que estas haciendo en el post.

Me alegro que lo disfrutes

Os felicito por compartir vuestra experiencia, este verano estuvimos por Chamonix con nuestra furgo, el proximo seguiremos vuestros pasos.

Gracias. En unos días llegamos a Chamonix... gran experiencia.

   

De jubilado a jubilado: nos lo hemos ganado

Me impresiona lo de todo todo lleno, pero siempre sabéis buscar algún rincón más tranquilo, es parte de la esencia

En torno al 15 de agosto, como aquí, todo a rebosar, es la "semana del autónomo"

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19 Castillo de Verres y Pont-Saint-Martin

La noche transcurrió sin llover, solo con el ruido del río que teníamos a medio metro. Al levantarnos el cielo estaba encapotado y caían algunas gotas de lluvia, por lo que desistimos de hacer una pequeña ruta que teníamos preparada para acercarnos un poco más al Cervino, además la previsión era todo el día igual, así que decidimos despedirnos de esos paisajes tan exagerados y dedicarnos al turismo urbano: día de castillos. Lo primero, hacer la compra importante en un supermercado muy surtido y grande, un CONAD. Después al castillo de Verrés, aparcamos en el parking próximo, casi lleno, y emprendimos la escalinata que lleva al castillo, un edificio de planta cuadrada, con las estancias vacías según Google, sin explicaciones en español, valoramos la situación y decidimos no pagar la entrada, así que unas fotos por fuera y alrededores y continuamos. Pasado Bard encontramos una plaza libre en un pequeño parking junto a la carretera, aparcamos y tomamos la escalinata que se dirigía a este pueblo a 360 mts. Llegamos a la iglesia, y a la entrada de la fortaleza (Fort de Bard), una construcción impresionante en un monte en medio del valle, con ascensores en rampa para llegar arriba, íbamos con Lía y poco tiempo, así que decidimos no entrar y echar un vistazo al pueblo, pequeño y preparado para el turismo. Regresamos por el mismo camino de escaleras a la furgo y buscamos un lugar para el mediodía. Llegamos al parking, poco concurrido, del merendero de Chignas, aparcamos en una terraza solitaria y nos calentamos el pollo asado con ensalada lavada del CONAD, al poco llegaron tres furgos de españoles que se pusieron con una barbacoa dentro de área de picnic. Después del café nos acercamos a visitar Pont-Saint-Martin, llegamos al puente romano, que es su seña de identidad, lo cruzamos, subimos por un sendero de escaleras al castillo desde donde se tienen inmejorables panorámicas de la población, el valle y sus montañas. De ahí nos movimos al parking dedicado a la visita de un tramo de calzada romana que se merece una parada, paseamos por su pavimento entre paredes y bajo su arco, todo esculpido en la roca. Sin ganas de más aventuras decidimos acercarnos donde habíamos comido para pasar la noche, un poco más adentro teníamos disponible un parking de hierba donde ya estaban instaladas otras dos furgos respetando un amplio espacio vital entre todos.

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20 Valle de Gressoney

Esta noche hemos oído más las hojas de los árboles mecidas por el viento que el ruido del agua bajando por el río de al lado. Por la mañana vimos el encanto que tenía el merendero, entre árboles con mucha sombra (algún castaño), rocas, canales y fuentes, se situaban las mesas de gruesos tablones de madera, cada una con su barbacoa, el espacio está al borde del cauce de un río cuyo lecho lo forman grandes bloques de piedras y de vez en cuando una poza con agua transparente donde el día anterior fueron a bañarse el grupo de españoles que aparcaron al lado al mediodía. El caudal del río es escaso, los canales del merendero, secos y sus fuentes con un hilillo de agua. Salimos hacia el castello di Issogne para llegar al pase de las 9:30 de la visita guiada en italiano, la guía hizo su trabajo sin florituras durante 45'. Después pasamos por un área de AC para coger agua y seguimos hacia el valle de Gressoney que nace en el Monte Rosa. 35 kms de carretera tranquila pasando por algún túnel y algún pueblo hasta llegar a Grassoney-Saint-Jean donde estaba lo que queríamos. Nos acercamos con la furgo hasta el parking del castillo de Savoia para reservar la visita para la tarde, tras comprar los billetes volvimos en busca de un parking cerca del telesilla que lleva al refugio Carlo Mollino. Cerraban al mediodía, así que hicimos algo de tiempo, comimos, descansamos y a las 4 subimos los 600 mts que asciende el remonte hasta el refugio en 15', arriba dimos unos paseos alrededor del lago, vimos la curiosa construcción que alberga el refugio y un restaurante y disfrutamos de buenas panorámicas del Monte Rosa, con la mayor extensión de nieve y glaciares más grandes que hemos vista hasta ahora en los Alpes. Una hora después ya estábamos en la furgo, un paseo con Lía que estirara las patas y otra vez ella a la furgo y nosotros de marcha. Tomamos un sendero que salía al lado del parking y que situaba el castillo di Savoia a 20', llegamos, le dimos una vuelta al exterior y a las 6 iniciamos la visita guiada llevada por un guía entusiasta que le pudimos entender casi todas las explicaciones en italiano, los chistes no. Una hora de historias apasionadas del Valle de Aosta. Regresamos a la furgo sin sol y con algo de frío, así que decidimos bajar hasta el merendero de ayer, que allí no hace menos de 20ºC. Llegamos, cenamos y ya.

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21 Forte de Bard, Reserva Natural de Les Îles

Hemos dormido las dos últimas noches con el Forte de Bard a la vista, así que bien se merecía una visita. Mientras nos arreglábamos por la mañana ya estaba llegando gente a ocupar las mesas del merendero y antes ya había algunas reservadas. Cogimos el camino y nos dirigimos al parking del Forte junto a la carretera, solo hay que subir 330 mts por un sendero de escaleras, más o menos regulares o rústicas por tramos, que ya habíamos hecho otro día. Compramos las entradas que incluían dos museos, el de los Alpes y el de la Fortaleza, subiendo por el ascensor en rampa "futurista"  para ver el primero y bajando por el camino con tornantes para el segundo. Lo cierto es que aparte de un mirador, lo mejor del fuerte es verlo desde fuera y un poco alejado. Compramos pan de castañas en el pueblo medieval de Bard y bajamos por la escalinata hasta la furgo. De camino al sitio marcado para comer repostamos gasoil. Resultó un acierto el parking junto a un campo de fútbol para comer y descansar a la sombra de los árboles de La Reserva Natural de Les Îles, unos senderos que rodean un humedal con puntos de observación de aves, que recorrimos después del café. Enseguida nos dirigimos a la lavandería que ya conocíamos de Aosta para hacer la colada importante. Por allí cerca nos hemos quedado a pasar la noche.

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22 Aosta y el teleférico a Pila

A las 7 de la mañana nos despertó el ruido muy alto de unos motores cercanos, nos asomamos y vimos que estaban inflando dos globos aerostáticos en el parking contiguo a donde estábamos. Al poco despegaron con sendos grupos de viajeros. Un paseo hasta el río por camino de ciclistas y corredores con Lía y a comenzar la jornada: Nos acercamos al hipermercado Gros Cidac y al lado, al parking del teleférico a Pila. Allí mismo lo tomamos los tres y en 20 minutos, después de dos enlaces sin bajarnos de la cabina, llegamos a Pila, una estación de esquí, convertida en verano en salida de senderos peatonales y otros para descenso en BTT. Iniciamos el que se dirigía al lago Chamolè y después de varios ascensos por las pistas y caminos entre pinos aún quedaba 1h40' para llegar al destino del que decían que tenía unas impresionantes panorámicas de los Altos Alpes, así que nos dimos la vuelta, tomamos un café y dimos un paseo entre parques de ocio, apartamentos, hoteles y bares hasta llegar a la plataforma de descenso del teleférico, desde la cabina sí pudimos ver con nitidez el Mont Blanc y el Grand Combin en una mañana soleada con alguna nube pasajera. No hacía frío arriba, pero abajo, en Aosta rondaban los 30ºC y decidimos apostar por lo seguro y acercarnos en 15' a la sombra donde comimos ayer. Tras el café de la tarde y una pequeña vuelta por la Reserva Natural de Les Îles nos dirigimos a La Thuile, donde llegamos en una hora, suficiente para valorar las cinco opciones de pernocta, dar un paseo y elegir un parking gratuito para ver un Monk, cenar y pasar la noche.

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23 La Thuile, Cascades di Rotur

El parking queda enfrente del antiguo lavadero de la mina de los años 60, carbón y plata, hay otros edificios mineros en proceso de desmantelamiento o abandonados. Hemos vuelto a La Thuile después de pasar de largo hace 20 días, seguimos exprimiendo el viaje por el Valle de Aosta que tiene mucho que ofrecer. Hoy la Cascade Roturine, que alimenta el glaciar Rotur. Nos acercamos con la furgo hasta el último parking y partimos los tres por el sendero que lleva a La Joux en 15´ y que también se podía llegar en coche, aunque con pocas plazas para aparcar. Ahí comienza el sendero de las Cascadas, la primera a 20' no es difícil el camino salvo algunos peldaños que han quedado algo altos, siguiendo el sendero y después de una hora llegamos a la cascada 2ª y cinco minutos después a la 3ª. Han sido 500 mts de altitud en 5 kms.  Cruzamos el puente sobre la 3ª cascada y continuamos por la otra vertiente de regreso. Las mejores vistas de todas las cascades di Rotur, están en la bajada por ese camino, con algo de distancia y entre los claros de los pinos obtuvimos muy guapas perspectivas de la caída del agua desde lo más alto. Se hizo un poco larga la vuelta por haber elegido mal el camino en un cruce, pero en general, la mañana ha sido muy gratificante. Desde La Joux me acerqué solo a por la furgo para recoger a las otras dos acompañantes y volver de nuevo al parking donde encontramos un poco de sombra para ducharnos, cocinar, comer y descansar. Después del café bajamos a La Thuile, aparcamos frente al parque-picnic y le dimos un tranquilo paseo, alargándolo por todo el pueblo. Volvimos con la furgo al mismo punto donde pasamos la noche anterior para ver un Monk y finalizar el día.

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24 La Thuile, seggiovias Bosco Express y Chalets Expres

Hoy toca día de relax. El parking de pernocta está junto al río que viene del glaciar pasando por las cascadas de Rotur y al otro lado, aunque casi no se ve por la espesura del bosque hay un camping típico, es decir, caravanas inmovilizadas con avances en madera, preparado para largas estancias y posiblemente también para el invierno. Lía se ha quedado algo desconsolada en la furgo y nos hemos ido a coger los seggiovias Bosco Express y Chalets Express con los que ascendimos sin esfuerzo unos 1000 mts, después otros 200 mts andando por lo que en invierno serán pistas de esquí y por los caminos de mantenimiento, llegamos al borde del monte que termina en un precipicio, y más allá una panorámicas de vértigo con lo que ya conocíamos del Pequeño San Bernardo, el Mont Blanc y Diente del Gigante, Grandes Jorasses, el Grand Combin, y hasta el Cervino, y al lado opuesto el glaciar Rotur y sus cascadas. Allí estuvimos un buen rato fascinados con ese paisaje sobrecogedor hasta que decidimos tomar el mismo camino de regreso. Ya en la furgo, un paseito con Lía, un poco de colada y preparar la comida. Después del café tocaba seguir con el día de relax, paseo tranquilo por el puente de la mina, el camping, el merendero-parque, y las calles que nos faltaban por recorrer, de paso compramos chocolates y helado en una tienda de chocolates. Regresamos a la hora de ver un Monk y cenar.

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25 Courmayeur y Val Veny

Nos despedimos de La Thuile pasando por el área AC para cambiar aguas y llegamos directamente al supermercado Famila en Morgex, bien surtido y fácil de encontrar todo. Después nos acercamos a un parking junto a las Termas de Pré-Saint-Didier para hacer 1,3 kms de un sendero que asciende entre el río y los 8 tornantes para llegar a La Thuile hasta una curiosa "pasarela panorámica" en voladizo sobre un precipicio de 200 mts que son los que se ascienden haciendo eses entre el barranco del río y la carretera. Después de esa hora intensa cogimos la carretera de Courmayeur, pasamos sin parar y llegamos al último camping junto al Mont Blanc, nos acomodamos en una amplia parcela, extendimos el toldo, sacamos sillas y mesa, nos duchamos a placer y preparamos un par de entrecots a la pimienta que salieron muy gustosos, con ensalada de canónigos, tomate, cebolla y rábanos, regado con vino tinto del Valle de Aosta. Cuando ya empezaba a caer la tarde y refrescar, nos dimos un paseo por la orilla del río, contemplando las inmensas paredes que forman a la derecha las montañas desnudas y a la izquierda la otra ladera menos vertical, con abetos y alerces,  hasta llegar a un puente por donde bajaba el agua con mucha fuerza y después otro puente sobre el río principal con más agua y más fuerza, directa de los glaciares que hay más arriba. Volvimos recorriendo una zona de picnic y fitness y nuestro camping, el HOBO Val Veny, llegando a la hora de costumbre para lo de todos los días.