Galicia - Senegal ***AÑADIDO AL ÍNDICE***

Iniciado por trufus, Marzo 08, 2018, 01:49:44 am

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trufus

Marzo 08, 2018, 01:49:44 am Ultima modificación: Marzo 09, 2021, 11:51:19 am por Kenar
- A Coruña-País Bedick, Senegal.

- 12.035 kilómetros, 39 días.

- Noches en furgo por libre, 10. Noches en furgo en camping, 7. Noches en campamentos/albergues, 14. Noches en hotel, 2. Noches en casa particular, 4.

- Visados: solo para Mauritania, biométrico en frontera, un solo uso, un mes, 55 €. (En Senegal no hay que pagar visado, pero siempre piden algo...).

- Passavant Touristique para Senegal: solo para coches de menos de 8 años. Unos 10 €. Se dá por 3 días en frontera y se renueva por otros 10 días hasta un máximo de 30. Solo se puede renovar en la Dirección Regional Norte de Aduanas, en plaza Independencia, Dakar.
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- Seguro CEDEAO: unos 40 €, 1 mes (no vale para nada pero hay que tenerlo).

- Seguro Mauritania: precio según los días que estés (no vale para nada pero hay que tenerlo).

- Marruecos: seguro normal con carta verde.

- Territorios ocupados: supongo que el seguro se desentederá en caso de necesitarlo, porque aunque legalmente es terriotrio español, en la práctica territorio marroquí, las aseguradoras se escudarán en que es territorio en disputa y se lavarán las manos.

- Carnet internacional de conducir: solo en Senegal.

- Carta amarilla de vacunas: no necesaria, pero recomendable llevarla.

- Controles y fronteras: según les cuadre... Marruecos siempre muy lento. Mauritania más ágiles y a veces diligentes y agradables, pero en Diama piden 12.500 ouguiyas siempre, en el PK 55 no piden... pero te la pueden jugar metiéndote "cosas prohibidas" en el vehículo para sacarse una propina. En Senegal pasan de todo, si pagas entras, ni te miran. En cuanto a controles, en Senegal es raro que te paren, pero si te paran suelen ser bastante desagradables, piden papeles aleatoriamente según el agente de turno. Nunca nos pidieron dinero ni nada por el estilo. En Mauritania, paras en casi todos, suelen ser agradables y a veces hasta simpáticos (siempre dan la mano), entregas la fiche, a donde vas, de donde vienes y sigues. Marruecos: si te pilla un radar, te pilló, toca pagar. Por lo demás no te paran más que de noche. Territorios ocupados: paras en casi todos y entregas fiche y en Tan Tan y Laayoune suelen pedir pasaportes también; si te mueves de noche, cerca de campamentos de Saharauis o te sales de la ruta principal, no tardan en aparecer militares o gendarmes.

- Moneda: ojo en Mauritania, están en transito de la moneda vieja a la nueva y conviven las dos pero tienen un valor muy diferente:  antes 1 €=420 ouguiyas, ahora 1 €= 42 ouguiyas. En Senegal CFAS, a la entrada en Mauritania desde Senegal conviene llevar CFAS para cambiar a ouguiyas, si llevas € el cambio es terrible, porque tienen que ir hasta Nouakchott para cambiarlos.

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Día 1 27/12/2017: A Coruña-Martil 1220 kms.


Día de carretera, poco que contar. Salimos de Coruña a las 9 de la mañana, en Zamora una piedra que salta de un camión nos raja la luna delantera. Paramos en Salamanca a comer y cambiarla pero no hay la luna en toda la ciudad. Seguimos camino llamando a todos los talleres concertados en la ruta y por fin en Cáceres la encontramos y nos la cambian. Arrancamos y sin más paradas llegamos a las 23.15 a Algeciras, compramos billetes y entramos de últimos en el ferry de las 23.30. Una hora después desembarcamos en Ceuta. Pasamos la frontera, que está tranquila y sin problemas (1 hora aprox.). Continuamos hacía Tetúan con intención de dormir en alguna playa o lugar en la costa en la ruta hacia el Rif: imposible, todos los caminos, playas o puntas están vigilados por gendarmes o militares que nos prohiben entrar, nos echan, se nos cruzan en la carretera o nos persiguen con su linterna cuando ya estamos demasiado cansados y al verlos damos media vuelta sin esperarlos. Después de dos horas infructuosas de búqueda volvemos atrás y dormimos en el centro de Martil. El cansancio comienza a hacer efecto, son las tres de la mañana, poco importa ya donde amanecer, solo dormir. 

Día 2 28/12/2017: Martil-Cala Iris 197 kms.


Nos levantamos tarde, muy tarde en pleno centro de Martil. Damos un breve paseo por Tetuán y arrancamos por la costa hacia el este. Paramos a comer en la playa y conducimos tranquilos. Llegamos de noche a Cala Iris esperando que fuese una aldea o pueblo, pero sólo es un pequeño pero moderno puerto pesquero en el que no hay nada que hacer ni personas con las que hablar. Así que decidimos dormir en el camping que está un par de quilómetros hacia el oeste.

Medina de Tetúan:



Cementerio de Tetúan desde lo alto de la ciudad:



Parada en la playa para comer:



Cala iris:




Día 3 29/12/2017: Cala Iris-Playa Souani 62 kms.


Visitamos Torres Alcalá y de allí nos vamos a Al-Hoceima en busca de un zumo en la playa...aunque viendo como es el entorno de la playa, destrozado por horribles hoteles, se nos quitan las ganas y seguimos por la costa parando en las playas, viendo el Peñón, acantilados... En Imzoaurem nos damos un homenaje de pescado a la parrilla y dormimos en la playa de Souani (a los 3 minutos de llegar apareció una patrulla de la gendarmería con las sirenas puestas, nos preguntan que hacemos allí, respondemos que queremos dormir y nos dejan tranquilos).

Camino a Torres Alcalá:



Las Torres de Alcalá:









Al-Hoceima



El peñon de Al-Hoceima y otros dos pedruscos con banderitas españolas:









Playa Souani:




Día 4 30/12/2017: Playa Souani-Essaouira 909 kms.

Decidimos hacer carretera para avanzar un poco en la ruta hacía el sur; poco que contar: autopista sin parar y para completar el día llevar a un gendarme muy joven con nosotros al que el coche le ha dejado tirado en la autopista en medio de la noche. Llegamos a las 21 al camping de Essaouira y nos vamos de paseo y a cenar.

Autopista, autopista, autopista... (lo más bonito de la autopista es descubrir que dese este año han comenzado a poner las señalizaciones, además de en Francés y Árabe, en Bereber, por fin!)




Día 5 31/12/2017: Essaouira

Día de comer, beber, gastar, volver a comer, beber, gastar...y Essaouira tan bonita como siempre.

Para los que vayáis al camping y algunha vez queráis bajar a la medina en taxi, la tarifa son 7 MAD (8 de noche), a veces, algunos, intentan cobrar 10 (por cierto, espectaculares los taxis, todos Dacia, no vi ninguno con menos de 850.000 kms., la mayoría iban a empezar la segunda vuelta de marcador en breve... luego se hacen muchos chistes sobre los Dacia...).


La isla de Mogador desde la playa:




Nuestra terraza favorita en Essaouira:




El gato de nuestra terraza favorita, ahí sigue año tras año, siempre le saco una foto:






















El puerto, que está en obras de ampliación a base de mucho cemento y cargarse los astilleros de barcos de madera, para desgracia de las fotos y supongo que para beneficio de los pescadores.






Día 6 1/1/2018: Essaouira-Sidi R`bat 235 kms.

Retomamos el camino hacia sur sin perspectiva de más paradas largas hasta dentro de una semana. Nos levantamos tarde y salimos de Essaouira. Conducimos pocos kilómetros porque pronto se nos hace de noche y tenemos que cruzar el infierno de Agadir. Finalmente paramos a dormir en la desembocadura del río Massa, en el parque natural del Sous-Massa.


La desembocadura del río Massa:








Las grúas de Agadir:





Día 7 2/1/2018: Sidi R`bat- Foum el Oued 613 kms.


Salimos temprano por la carretera de la costa. Recogemos a un hombre que va a trabajar a Tiznit y una vez allí el nos invita a desayunar en un café, no deja que paguemos y se va dejándonos con la mesa llena de croisants de chocolate y te. Cogemos la N1 y seguimos camino. Llegamos a Guelmin, ciudad en la que ya habíamos estado otras veces y en la que teníamos la costumbre de perdernos, pero ahora han colocado señalizaciones hasta para ir a Playa Blanca y la cruzamos muy rápido. Continuamos hasta Tan Tan (esta vez con depósito lleno, ya que entre Tan Tan y Guelmin no hay gasolineras y en otra ocasión se nos ocurrió salir en reserva de Guelmin... aunque todo tiene solución, en Rass Oumlil en muchas casas se vende combustible de contrabando). Después El Ouatia, breve parada en Tarfaya y de noche cruzamos Laayoune. En Foum el Oued buscamos donde cenar, después donde dormir y nós cuesta bastante, pues a partir de ahora a veces con distancias de solo 50 metros, hay puestos militares siguiendo toda la costa de los territorios ocupados. Así que no nos queda otra que a oscuras meternos por una zona de descampado hacia el interior, encontrar un montículo que tape la furgo y dormir allí.


El agujero de Arkheitz:








Fin de la carretera (vieja):








El fuerte inglés de Tarfaya:




El Assalama, oxidándose desde el 2008:




Día 8 3/1/2018: Foum el Oued-Bir Gandouz 825 kms.


Día grande en todos los sentidos, cruzar el Sahara, meter la gamba... de todo un poco. Nos dejamos llevar por la N1, el tramo hasta Dakhla está en peor estado que hasta ahora y con obras en muchos sitios (lo cual implica desviaciones por arena). La península de Dakhla es impresionante, más aún con la luz baja del sol. Cientos de autocaravanas pasan el invierno en el parking gratuito o en las decenas de campamentos de Kite Surf que han proliferado por la zona. Hasta un campo de golf en medio del desierto. A pesar de ello el lugar sigue siendo impresionante; en la ciudad apenas paramos para comer. Despues de Daklha continuamos y en un momento de emoción al acercarnos al golfo de Cintra nos quedamos enterrados en una pista al entrar cegado por el sol y no ver la cantidad de arena que había... tenía que ser, por mucho que cada viaje nos prometamos no salir del asfalto, es inevitable. Intentamos desatascarla con nuestros medios: gato, manos, una sartén y dos esterillas. Misteriosamente nuestro método no funcionó. Al final dos Marroquíes que pasaban por allí con un Fuso nos sacan de un tirón. Arrancamos y nos para un coche haciendo señales en un cambio de rasante, viene un dromedario por el medio de la carretera. Uno de los tipos nos pide agua y buscamos atrás para dársela gustosamente, sacamos una garrafa de 5 litros para rellenar una botella y el con gran naturalidad coge la garrafa de 5 litros, se sube al coche y se va. Llegamos a Bir Gandouz muy tarde, damos vueltas buscando un sitio tranquilo donde dormir y recorremos la peculiar ciudad a pie y a oscuras entre chatarra, coches abandonados y sus peculiares personajes de última población antes de la frontera. Al final nos camuflamos entre Land Rovers abandonados delante de la gendarmeria y dormimos.


Más restos de barcos:












La típica foto que no puede faltar:










Día 9 4/1/2018: Bir Gandouz-Nouadibhou 143 kms.



Madrugamos y llegamos en punto a la frontera. El sistema del lado marroquí cuesta llegar a entenderlo (al final lo conseguí), pero si a eso sumas que en el escáner tienen tendencia a no devolverte la documentación, que el policía de fronteras se olvida de firmar el visto bueno de haber revisado la furgo, que todo se hace a boli y papel (incluídas las lineas de las libretas donde se apuntan los datos de quien entra o sale; tuve la mala suerte de llegar al final de una hoja, y tuve que esperar un cuarto de hora a que el policía con bolígrafo y regla hiciese la cuadrícula entera de las dos páginas siguientes), la cosa se convierte en un ir y venir de tres horas y media por todo cuando despacho y gendarme hay en la frontera. En el lado mauritano, topamos con un rally de italianos que atascan todo, transitarios pesados y uno realmente agradable y efectivo al que, a pesar de  no ser necesario, le pagamos con gusto. Y militares con ganas de sobresueldo. Finalmente otras tres horas y media.

Por fin, tras siete horas de fronteras, llegamos a Nouadibhou, en donde un pintoresco cartel nos recibe: no trafiques con armas, fomentas el crimen organizado y el terrorismo. Recorremos en furgo los laterales de la avenida, lo cual nos dibuja un retrato de la pobreza que hay, las calles son un océano de basura de nivel muy superior a todo lo que veremos en el viaje. En general la gente es agradable, sobre todo si son negros. Al preguntarle por un lugar a un barrendero que barría a pleno sol la arena del Sahara en la avenida del aeropuerto, no sé le ocurre otra cosa que dejar la escoba y ponerse a correr para que le sigamos. Intentamos frenarlo yendo más despacio o por lo menos ofreciénndole sitio en la furgo, pero sus ganas de ayudar son tal que no hay forma, sigue corriendo por el asfalto a pleno sol para llevarnos a un lugar (al cual no queríamos ir por cierto, porque non nos entendíamos, pero valió la pena encontrarnos con él, no hay nada mejor que un ser humano agradable y nos permitió perdernos aún más por esas zonas de la ciudad a las que nadie va).

Dormimos en la bonita y fotogénica piedra que hay antes del control de entrada en la ciudad, la que tiene la Vanette quemada al lado, justo después del Campament des Dauphins. Durante la noche y mientras veíamos un documental sobre la situación politica de Senegal,  un coche aparca a nuestro lado, se bajan individuos que comienzan a dar vueltas por allí, son pescadores, seguimos a lo nuestro. Durante la noche escuchamos pasar varias veces el tren de la Smin y como la marea alta está a tan solo unos metros de la furgo, pero da pereza moverse y confiamos en que se portará bien. Al amanecer vemos volver a los pescadores, pelícanos, garzas...














Día 10 5/1/2018: Nouadibhou-Nouakchott 480 kms.


Salimos de Nouadibhou en un día gris y recorremos rápido la carretera hasta Nouakchott, con parada en la gasolinera de antes del centro de visitantes del Banc d`Arguin e intentando aprender cual es el código que usan los taxis de largo recorrido mauritanos con los intermitentes. En Nouakchott vamos directos al Aubergue Sahara. Está tranquilo, bien situado en la carretera y es correcto en todos los sentidos. Hay por allí un camionero inglés que lleva un mes varado por falta de algún papel, lleva ayuda humanitaria a Burkina y está desesperado, todo el día fumando y al teléfono esperando a que pase algo. En el hotel Emira, enfrente del Sahara, se instala un Rallye de portugueses y españoles. Nosotros nos vamos en taxi a la playa y llegamos en el momento justo para aprovechar la llegada de las barcas y la descarga del pescado con la puesta de sol. Un espectáculo ver la cantidad de barcos, todo el proceso, las cadenas de descarga de decenas de hombres que se meten vestidos en el mar y cargan en sus cabezas cajas de quien sabe cuantos kilos hasta la lonja, como los niños se meten vestidos en el mar para recoger el pescado que se cae de las cajas, como algún peón de descarga, cuando nadie mira, le desliza algún pez a algún niño que está esperando a que caiga algo, los gritos de los tratantes... Después el pescado de peor calidad se vende muy barato o incluso se regala en la misma playa a las mujeres y niñas. Caminamos hacia el norte y descubrimos el Terjit, donde nos tomamos un zumo y en donde prometo que a la vuelta dormiré allí: mismos precios que en el Sahara, cien veces mejor, buena comida, a pie de playa, tranquilidad absoluta... De noche volvemos caminando desde la playa hasta el Aubergue Sahara (unos 30-40 minutos... la gente es muy exagerada llegaron a decirnos que estaba a 10 kms.!), cenamos, empezamos a comernos la malaria y dormimos.


Descarga de pescado:












Un ex-barco:









Ahí siguen, al pie del cañón:














- De Lugo ciudad? De dentro de la muralla mismo!... Como en casa!





Día 11 6/1/2018: Nouakchott-Saint Louis 250 kms.


Nos levantamos sin tener muy claro como conseguiremos pasar la frontera de Diama. Es fin de semana y sabemos que hay días que cierra, además, no sé en que lugar, habíamos obtenido la errónea información de que solo abría de 9 a 12. Los del rally portugués nos habían dicho que iba a estar abierta ese día especificamente para ellos, asi que decidimos madrugar y darle caña para llegar entremezclados entre ellos y conseguir cruzar. Los primeros cincuenta quilómetros después de Nouakchott son un infierno, están en obras así que hay que ir por pistas de arena laterales llenas de tôle ondulée, con un tráfico de camiones y coches infernal y a mucha velocidad, sin poder ver nada por el polvo. Cuando acaban las obras, comienza la carretera del campo de meteoritos: por mucho cuidado o atención que lleves, antes o después acabas metiendo la gamba en algún volcán o algún camión te echa fuera del asfalto.

Al llegar a Lewida, hacía el oeste sale la nueva carretera que va hacia Keur Macen. Por ahora no sale ni en los mapas ni en google, pero existe, está en perfecto estado y permite no ir hasta Rosso y ahorrarse 40 kms. de la pista de Diama. Ya desde antes de Lewida te abordan coches que te paran para decirte que no puedes pasar por Diama, bien porque está cerrado, bien porque tu vehículo no puede pasar porque hay mucha arena y te ofrecen llevarte por Rosso. Todo mentira obviamente, en época seca la pista de Diama es practicable para cualquier vehículo. Aún así, como es la primera vez, decidimos pegarnos al rally para que en caso de quedar enterrados nos puedan echar una mano. Cosa que no hace falta, la pista está bien, salvo algunos tramos salvajes de tôle ondulée que te desencajan las cervicales. En general es mejor ir por las pistas que van por los laterales a la Barrage (cuando las hay), aunque son más arenosas, se circula mejor y no tienen suficiente arena como para enterrarse. Pelicanos, flamencos, miles de pajaros, un par de poblados de pescadores y el vigilante del parque que cobra 2.000 oug. por cabeza por cruzarlo.

Nos adelanta un Land Cruiser mauritano a toda velocidad. Un par de kms. después tenemos que parar a ayudarlo, pincharon y el gato no les funciona. Llegamos ala frontera, calculad unas 6 horas para hacer el trayecto desde Nouakchott. Para salir de mauritania piden 12.500 oug (4.000 en la entrega de pasaporte y fiche, 4.000 en el passavant y 4.000 en el sellado del pasaporte, 500 para el que levanta la valla, que es el único que te da recibo). No son tasas legales (de hecho para salir por el PK 55 no te piden absolutamente nada), pero acabas pagando ante la oportunidad de pasar la frontera en tan solo 15 minutos y por perder de vista a un transitario engreído e imbécil que no necesitabamos ni queríamos y con el que ibamos a acabar mal (tan memo era que el transitario que tenía contratado el rally vino a sacárnoslo de encima para que nos dejase en paz). Al final roñamos lo que pudimos, rebajamos un poco pero acabamos pagando...somos primerizos, no hablamos ningún idioma, no damos para mucho más. Funciona sacar menos de lo que piden (nunca enseñar el dinero que llevas!), acaban diciendo "está bien, el resto lo pongo yo" mientras te guiñan un ojo. Hacemos el CDEAO por 40 € para un mes (suponemos que dentro de esos 40 € va la tasa del transitario que nos sacó al otro transitario de encima). La "oficina" del seguro es realmente genial, un techado de uralita a un metro del suelo con tres tipos tirados en el suelo durmiento y otro semidormido en un pupitre de colegio de los setenta que te hace el papel. Y ya estás fuera de mauritania.

En Senegal primero pagas por cruzar el puente, creo recordar que 4.000 cfas, después vas a por el pasaporte, no hay que pagar nada ya que estamos exentos de visa pero siempre piden algo, en este caso nos pidieron 10 €. Protestamos, nos hacemos los locos y el gendarme nos tira los pasaportes por la ventana  y se pone con el taco de 100 pasaportes del rally... así que al final acabamos pagando. En frontera todo es cuestión de tu talento, paciencia, tiempo y experiencia el pagar o no pagar; nosotros carecemos de experiencia, de idiomas y de talento, así que al final poco conseguimos. El passavant touristique son unos 10 €, son 3 días y ojo que se han puesto serios con lo de no dejar pasar vehiculos de más de ocho años (había unos inlgleses con un Opel Agila retenidos, les pedían 250 € y luego llevar escolta y salvoconducto para salir del país en dos días y a pesar de lo que creo que debía ser habitual antes, si nos pidieron el passavant alguna vez en los controles). Hay que renovarlo en Dakar (solo se puede hacer en Dakar, ojo!!), te mandan a la dirección nacional de aduanas, pero no es allí: hay que ir a la dirección regional norte, en plaza de la independencia, edificio Cap Vert, 4ª planta, despacho en el que hay dos tipos de civiles (en otro hay dos militares, ese es para los que andan moviendo coches por África o tienen carnet ATA). El lugar no tiene indicación de ningún tipo, es el portal que está a la derecha de la oficina de seguros Axa.

Para entrar en Senegal ni siquiera nos miran la furgoneta, simplemente pagas y entras. Igual que para salir de Mauritania.

Directos a Saint Louis y a disfrutar de está maravillosa ciudad. Desgraciadamente nuestra opción de alojamiento que teniamos pensada para después de diez noches en la furgo está completa. Los campings y hostales también, por el rally...al final nos vemos obligados a coger una cabaña en un hotel de lujo en Hydrobase por 35 €, es mucho más de lo que podemos o debemos permitirnos, pero un día es un día, y la verdad es que valió la pena. Noche de paseos sin destino por la ciudad, gazelles, mezclarnos en la fiesta de una boda, caer en un centro social en donde hay un concierto de rap, música por todas partes, gente simpática, agradable y tranquila y después de diez días de conducir, de la áspera mauritania (con cariño), pasear sin rumbo de madrugada por la preciosa Saint Louis es como llegar a la Arcadia.


Quedan pocos ya:
































Playa de Hydrobase:

















El barrio popular y pescador de Guet Ndar, al otro lado de Hydrobasse:







































El barrio colonial, una isla de menos de 2 kilómetros de largo y medio de ancho, situado en el río Senegal entre la Langue de Barbarie y el continente:















































Día 12 7/1/2018: Saint Louis-Toubab Dialao 240 kms.


Nos levantamos a las tantas y nos vamos a Toubab Dialao porque está al lado del aeropuerto, en donde recogeremos a dos amigas esa madrugada. Nos alojamos en el hotel Mimosa, un lugar que fue y podría ser increíble pero está llevado con desidia y sin cariño por los herederos, no lo recomiendo en absoluto, mucho mejor para alojarse y comer Chez Baby, en la playa, propiedad de una Sierra Leonesa simpática y con mucho carácter. En Toubab Dialao hay un peculiar y amplio ejército de caza-tubabs, algunos bastante insoportables, otros algo más agradables...pero casi todos igual de tenaces y obsesionados con la cultura reagge, peace and love, etc.... Por la noche nos vamos a cenar a una dibiterie cercana pensando que conseguiríamos estar tranquilos pero nada más salir a la calle ya nos asaltan (obviamente todo el mundo sabe donde estamos y hacen guardia 24 horas para acompañarnos todo el tiempo) y no nos dejan escapar en toda la noche. Acabamos en el bajo de un hotel de lujo que es una discoteca en al que no hay ni luz ni bebidas. Se va juntando la gente pero solo se sirven cuatro consumiciones  que hay que mover cielo y tierra para conseguir y de las que bebemos todos, 3 pagadas por nosotros y una fanta que bebe la única mujer del local. Todos se pelean por nosotros, uno tira de un brazo y otro del otro, la cosa se desfasa, el que parecía más normal y calmaba un poco la cosa se esfuma y al final acabamos yendo a casa del que nos "vigilaba" el coche (cosa que por supuesto no habiamos pedido ni necesitabamos) con el artista del pueblo. Los seguimos a oscuras entre ruinas y descampados. Su casa viene siendo un trozo de suelo de tierra cerrado por dos uralitas entre un par de paredes de bloque caídas, no hay techo, tan sólo una vieja cafetera para hacer café touba, un fuego que avivan con botellas de plástico, ganja que fuman sin parar y los cuadros y esculturas del artista, tirados por el descampado como si fuesen otros restos más de basura (y no lo eran! El era el único, por cierto, que no pedía nada a nadie). Ese momento, después de tanta locura resultó maravilloso: la calma, el silencio, las estrellas y poder conocer como es la vida real de esta gente que vive de lo que les cae de los turistas a los que camelan... saber que hay detrás, entender algo y tener la oportunidad de empatizar sin obligación.


















Día 13 8/1/2018: Toubab Dialao


Día de descanso.




Día 14 9/1/2018: Toubab Dialao-Dakar 52 kms.

Visita obligada a Dakar para renovar el passavant que caduca ese día. Perdemos toda la mañana intentando conseguirlo, como ya había explicado, en la frontera la información que dan es incorrecta. Primero recorro todos los despachos de la dirección nacional de aduanas, hasta que un hombre que hacía unas gestiones me explica a donde tengo que ir e incluso se ofrece a llevarme en su moto. Una vez en la dirección regional norte nos dicen que vayamos a tomar un café, que en  media hora lo tienen. Al final son casi dos horas; a última hora de la mañana vienen todas las personas que han ido a hacer tramites durenta el día y un militar grita su nombre para que pase a recoger la documentación, da igual la hora a la que la hayas entregado. A nosotros nos la dan de últimos, un soldado en camiseta interior. Durante nuestra espera, los funcionarios descansaron, hablaron, fueron, vinieron, jugaron con el móvil y hasta vino un sastre a tomarle las medidas a uno de ellos para hacerle un traje.

Después buscamos alojamiento, acabamos en el hotel Oceanic, (despues de una hora larga en los atascos del caótico tráfico de la ciudad mirando las diferentes opciones de alojamiento), cerca del puerto, antiguo, agradable, lo más barato que pudimos encontrar y con sitio para aparcar delante de la puerta. Por la tarde vagamos por el centro y por la noche se nos ocurre ir hasta almadíes a ver la puesta de sol...craso error, el tráfico de Dakar hace que la distancia de 16 kms se convierta en casi una hora de trayecto. Vemos el monstruoso monumento al renacimiento africano que tantos necesarios miles de millones de CFAS costó construir y otra cara de Dakar en Almadíes: las embajadas más "reputadas" (EEUU, Qatar, EAU...), edificios de decenas de organismos de la ONU, llenos de alambradas y vigilantes con ametralladoras, chalés descomunales, lujo obsceno, prostitución, bares estilo Ibiza...etc. Por suerte al final de Almadíes hay unos restaurantes algo más normales y con gente más normal donde comer pescado a la brasa. Después volvemos caminando un rato y cogemos un taxi hasta el hotel.


















Día 15 10/1/2018: Dakar-Lago Rosa 40 kms.


Nos levantamos para ir a la isla de Goree. Se recorre entera y con calma en una mañana. Visita que vale la pena, tanto por la isla en si, como por su historia ( Casa de los Esclavos, Museo de la Mujer, por desgracia cerrado actualmente, restos de instalaciones de la segunda guerra mundial...). 































A la vuelta de la isla, en la calle del puerto, sufrimos la que hoy considero una de las experiencias más bonitas del viaje, el típico intento de robo de cartera: mientras uno dá la brasa por un lado intentando vender algo e insistiendo más de lo habitual (en Senegal rara vez hay que decir más de dos veces no, y siempre todo acaba con sonrisas), aparece uno por el otro lado dándote un tirón muy fuerte del pantalón, lo cual aprovecha el otro para con la camisa que vende cubrirse la mano y llevarse la cartera que está de su lado. Y no te enteras, porque tu cerebro está completamente centrado en el otro flanco por la fuerza y la sorpresa del tirón. Nos damos cuenta al momento del robo y aunque la calle del puerto es un hervidero de gente y actividad, veo unos metros más adelante al tipo que me tiró del pantalón, lo engancho por el pecho contra un coche y le grito quien sabe qué y en que idioma. Mi compañera localiza al que se llevó la cartera y va corriendo hacia él, lo engancha por el brazo y el le dá la cartera aterrorizado; en la otra mano tiene los billetes que había cogido pero tiene tanto miedo que no es capaz ni de disimularlos, voy hacia él y se los cojo. En menos de diez segundos aparecen por lo menos cuarenta personas a ayudarnos: gente que vendía por la calle, gente de traje y maletín, gente que paró el coche, mujeres que vendían cacahuetes, otros que probablemente no veían en un año el dinero que yo, por circunstancias del viaje, llevaba en la cartera ese día, jovenes, mayores... todos saltaron como un rayo a ayudarnos, los agarraron, les obligaron a vaciar todos los bolsillos, casi a desnudarse y si no los calmamos por poco los linchan. Unos cuantos se pusieron de espaldas a mi haciendo un círculo y me dijeron que mirase si estaba todo, les dije que sí, insistieron y reinsistieron y después dijeron: aprovechad ahora que el cristo está montando para iros. A todo esto, el que me tiró del pantalón vino hacia mi berreando para intentar pasar por inocente y empezaron a caerle tortas desde todas partes. Me gustaría que en mi ciudad cuando a alguien le roban, la gente no mirase para otro lado. También me gustaría que a aquellos que no dudaron en ayudarme sin importarles quien era, de donde era, ni, sobre todo, cuanto tenía, fuesen tratados como personas cuando vienen a mi casa (o a cualquier otro lugar).

De allí nos vamos directos a la furgo y salimos hacia el Lago Rosa a pasar una tarde de relax... 24 horas en Dakar dan para mucho.






















Día 16 11/1/2018: Lago Rosa-Popenguine 60 kms.


Nos vamos a Popenguine. Curiosamente está a apenas diez kms. de Toubab Dialao, pero no tiene nada que ver. Ambiente tranquilo playa preciosa y muy limpia en la que incluso te puedes bañar en algún momento del día y en general una calma muy agradable. Dormimos en el campamento de la cooperativa de mujeres para contribuir con los proyectos locales, pero desgraciadamente está muy abandonado y descuidado, como suele pasar demasiado a menudo con los proyectos de cooperación después de un tiempo. Los días que pasamos allí comemos y cenamos siempre en el Balafón, no es barato y la dueña francesa no nos gusta, pero el personal es encantador, el  lugar y la ubicación paradisíaca y la comida bastante buena. Aquí, igual que en el Lago Rosa y diría que casi todo el país, se nota mucho la crisis del turismo, como ha bajado el flujo de turistas en los últimos años, hay hoteles, restaurantes y campamentos cerrados o abandonados por todas partes.


























Día 17 12/1/2018: Popenguine

Día de descanso



Día 18 13/1/2018: Popenguine-Palmarin Facao 100 kms.

Salimos hacia Palmarín. Nos comemos el atasco permanente de Mbour. Paramos a visitar el Baobab sagrado de Nianing -sobre 20 metros de diámetro-, en su interior  se acumulaban los cadáveres de los griots hasta que el propio Leopold Sengor consiguió, por razones de salud, convencer a la gente de que abandonasen esa tradicion. Dentro había diferentes estancias, para los hombres, para los niños... y sus instrumentos musicales eran colgados en el interior. Hoy solo permanece una enorme colonia de murciélagos ( no es fácil llegar, y no todo el mundo sabe dónde está o como dirigirte a el, a nosotros nos llevó un chaval que encontramos solo caminando por un camino que se adentraba en la sabana).

En el propio Nianing está el restaurante Keur Annick: comida excelente, precios locales (1.000 cfas plato del día, más de 1.500 cfas por comer es precio guiri), dueño encantador, y terraza agradable al lado de la carretera; muy recomendable. Después continuamos hasta Fadiouth, llamada la isla de las Conchas pues se levanta sobre un monton de restos de bivalvos. En toda esta zona hay muchos cristianos y, según se dice, una maravillosa convivencia con los musulmanes. Y la verdad es que a llegar a las ciudades de Joal-Fadiouth ( joal está en el continente, Fadiouth es una isla a la que se accede por una pasarela peatonal) en el aire se respira libertad, alegría y respeto, nada que ver con las zonas de influencia de Touba, la ciudad más islámica de Senegal. La isla es muy bonita y alegre, además de lugar de peregrinación cristiana. Hay que pagar por acceder a ella (solo los extranjeros).  Mención aparte merece el cementerio mixto cristiano-musulmán en otra isla del manglar, un lugar realmente bonito y especial. Continuamos hacía Palmarín en donde nos esperan unos conocidos de nuestra ciudad que han montado una excelente escuela para crianzas con necesidades especiales (nada de asistencialismo, caridad, algo realmente bonito y bien hecho con objetivos claros, honestos, realistas y bien evaluados y controlados).


Paisaje en el camino:




Baobab blanco, supongo que muerto por causa de estar en una zona de fuerte actividad minera:






Una mala foto del interior del Baobab de Nianing, con sus murciélagos columpiándose:





Un símbolo claro del gran porcentaje de cristianos que habita en esta zona: los cerdos campan a sus anchas en gran número como los corderos en el resto del país.





La isla de Fadiouth:

















































El cementerio mixto cristiano-musulmán:








Días 19/20/21/22  14-17/1/2018: Palmarin Facao

En Palmarín nos instalamos en casa de nuestros conocidos (conocidos de un café de media hora unos días antes de comenzar el viaje!) que nos acogen en su casa sin apenas conocernos y nos tratan de maravilla pues resultan ser una pareja increíble tanto en lo personal como en lo profesional. Días de calma que repartimos entre ir al mercado (impacta ver como los productos se venden por porciones... nadie compra una berenjena, se compra un pequeño trozo o dos y aquí comenzamos a ver monedas, cosa que los turistas pocas veces vemos por su bajo valor), cocinar, comer, gazelles, paseos en bici, comprar tela y hacernos ropa a medida (los sastres son unos genios, con sus viejas máquinas pueden hacer lo que les pidas), paseo en kayak por los manglares y noche de acampada en una isla, visita a la casa de un hombre que intenta mantener viva la historia de su pueblo montando un pequeño museo, visita a la escuela y colaboración con alguna actividad, final del campeonato de lucha Senegalesa de la zona (1.000.000 de cfas el premio!)... días, lugares y sobre todo personas para no olvidar nunca.
























Vacas acuáticas:













Anochecer en los manglares:



Despertando en el manglar:




Final del campeonato de lucha senegalesa en Fimla, a 20 kms. de Palmarín. Horas de música sin parar, los luchadores entran en trance, los combates apenas duran un par de minutos. La mayoría del tiempo se dedica a preparse, a danzar, cantar, enseñarse (todo el mundo va con sus mejores galas)... En la puerta se amontonan los que no pueden pagar la entrada. A pesar de toda esta pasión, en cuanto acaba y el árbitro levanta la mano del vencedor, la gente sale corriendo en estampida, desmontan el estadio en menos de cinco minutos y todo aquello se convierte en un simple descampado de arena. En el cruce de la carretera se agolpa la gente para buscar transporte hasta su pueblo, nosotros llevamos gente hasta Samba Dia. En el camino de vuelta nos encontramos un camión de pescado averiado en la oscuridad y paramos a ayudar, pero poco podemos hacer, acaba de partírsele una llanta a la mitad.









El día 17 salimos a media tarde en dirección sureste. Un amigo llama a la dirección general centro de aduanas para ver si hay posibilidad de renovar el Passavant en algunha otra delegación para no tener que volver a Dakar, lo cual nos rompería el viaje por completo y era el quebradero de cabeza que llevaba días amargándome. Le dicen que sí pero yo no las tengo todas conmigo porque en mi inexistente comprensión de francés me parece escuchar que quien habla al otro lado del aparato dice algo de Carnet Atta. En todo caso, preferimos guiarnos por la alegría de soñar con no tener que volver a Dakar y poder continuar viaje y arrancamos hacia, Samba Dia, despues Fimla (en donde recogemos a una señora que nos acompaña hasta Fatick) y llegamos a Kaolack casi a las 18.00. Buscamos a toda prisa la dirección regional de aduanas, la encontramos y está abierta aún, todo parece demasiado bonito. Nos atienden rápido, comienza el baile de despachos y esperas en el recibidor, pero nadie nos dice que no...hasta que llegamos al secretario y nos manda de vuelta a Dakar. Intentamos que nos explique, pero su respuesta es un firme dedo que indica la puerta de salida y la palabra "Dakar"... non sé nos da bien negociar ni roñar, pero ya que habiamos llegado hasta allí decidimos desafiar su dedo y ceño fruncido diciendo que por teléfono nos habían dicho que si era posible, nos hacemos buenos... finalmente coge de malas maneras la documentación, nos dice un montón de cosas que no entendemos, se va del despacho y vuelve al cuarto de hora: nos dice que gracias a la generosidad del director, nos dan el passavant, pero que es algo irregular, nos echa por enésima vez la bronca y al lado del passavant estampa un cuño en el que pone bien claro en letras rojas: "improrrogable". Daba igual, terminaba justo el día que teniamos pensado salir de Senegal. Sin creérnoslo y por si se echaba atrás, salimos corriendo de Kaolack y antes de Kaffirne abandonamos la carretera y nos metemos campo a través para buscar donde dormir.


Día 23 18/1/2018: Algún lugar cerca de Kafferine- Dar Salam (Niokolo Koba) 293 kms


Amanecemos en medio de la naturaleza después de pasar nuestra primera noche siendo 4 en la furgo (4 humanos a los que sumar miles de insectos de diversos tamaños, colores, formas y carácteres). Conducimos hasta Tambacounda en donde paramos a comer en un restaurante local. Vemos la primera culebra del viaje, amarilla larga y flacucha, cruzando la avenida principal de entrada en la ciudad. Despues de comer arrancamos hacia el Parque Nacional del Niokolo Koba, el más grande del país. Para entrar en él es obligatorio llevar guía y dormir en uno de los lugares habilitados (si no recuerdo mal, creo que hay tres campamentos y un hotel). Se paga por día, así que en el monento que haces noche, ya pagas por dos días, aunque no estés 24 horas. Nosotros escogemos dormir en el Campament du Lion, al borde del río Gambia, es el más barato y nos lo habían recomendado; cumplió las expectativas con creces. El hotel, por contra, es el más caro y está abandonado, casi en ruínas y en un lugar menos agradable. Al ser época seca, podemos recorrer el parque con la furgo sin problema, en época de lluvias no suelen dejar pasar a vehículos que no sean 4x4 pues las pistas no están transitables.

El acceso al parque está en Dar Salam y allí mismo es donde contratas al guía y pagas todo (excepto el campamento). Desde allí a al Campament du Lion hai unos 35 kilómetros por pistas, aproximadamente 1 hora 45 minutos llegar hasta allí. El parque está vacío, solo nos cruzamos con dos rancheras cargadas de turistas que van en dirección sálida y no hay nadie en el campamento, mucho menos gente con su propio vehículo. Lo primero que llama la atención son los enormes termiteros que ahora empezaremos a ver por todas partes, auténticas catedrales que suelen nacer al lado de un árbol al que se van comiendo. Y también el uso del fuego: tanto para la agricultura como para mantener a los animales alejados de zonas habitadas y carreteras se utiliza mucho y no es raro pasar por zonas que están ardiendo o aún humeantes sin ningún aparente control.

En el parque los animales más cotizados son los leones, los hipopotamos y los elefantes: los primeros son pocos y muy difícles de ver. Los segundos hay que contratar barco e ir río arriba para llegar hasta ellos. Y los terceros nos dijeron que era directamente imposible verlos pues hay muy pocos ejemplares y están en zonas muy profundas del parque. Lo que si hay por todas partes son monos verdes, babuínos (menos que monos verdes), antílopes de diferentes clases, mangostas, infinidad de aves, facóqueros... No tiene nada que ver con los parques del sur de África (supongo, nunca estuve...), no es un safari, pero es una maravilla conducir por esas pistas, dar paseos por el bosque, que va marcando la transición de las zonas secas del norte de Senegal a las selvas que empiezan en Guinea, dormir en las cabañas de paja mientras los monos pasan la noche saltando de palmera en palmera sobre ti, escuchar todos los animales nocturnos, darse una ducha con un cubo de agua al aire libre que podría calificar como una de las más placenteras de mi vida... y dormir a 100 metros de los cocodrilos, que tienen por costumbre tomar el sol justo enfrente del campamento, a la otra orilla del río.


Amanecer en la furgo en algún lugar de Senegal:




El paisaje se va haciendo verde...




... y la hermosa tierra roja senegalesa comienza a cubrirlo todo:






Las cabañas del Campament du Lion, a la izquierda al fondo, la ducha.














El sol cayendo sobre el río Gambia desde el Campament du Lion:







Un facóquero cruzando el camino:




Uno de los llamados mares del parque, ahora secos, pero que serán enormes lagos en la estación húmeda. En ella pastan antílopes y pueden verse todo tipo de aves:




En este aún queda algo de agua y pueden verse antílopes pastando tranquilamente a unos metros de unos cocodrilos que estaban sumergidos y de vez en cuando sacaban ojos y nariz a la superficie:










Cocodrilos duermen la siesta en el lado derecho del río, frente al campamento (sí, eso que parecen troncos):






















Monos verdes:




Los únicos clientes del bar:




EL hotel de Simenti:




El río Gambia a su paso por Simenti; en la arena del otro lado pueden verse las marcas que dejan los cocodrilos al salir de la vegtación para ir hasta el agua:




Y el plano del parque:





Día 24 19/1/2018: Dar Salam (Niokolo Koba)-Bandafassi 160 kms.

Abandonamos el parque hacia el mediodía y nos dirigimos hacia el sur, al país Bedick (el país Bassari lo descartamos por distancia). Poco después de Dar Salam comienzan las obras de la carretera, que se convierte en pistas laterales de tierra roja que alternan con tramos de asfalto destrozado, al estilo Mauritano del sur. Hay muchísimo tráfico de camiones y van a velocidades de vértigo, levantando nubes de polvo que hacen que vayas a ciegas mucho tiempo. Es realmente divertido conducir por aquí, pero llega un momento que cansa: en el momento que hicimos este trayecto, el tramo en obras era de unos 90 kilómetros, hasta Mako, a los que sumar unos 60 de asfalto y 20 de buena pista de tierra de Kedougou a Bandafassi, y en total unas cinco horas nos llevó.

En Kedougou nos hacen un control en el que nos piden toda la documentación del vehículo. Llegamos con noche cerrada a Ibel, donde teníamos pensado pasar la noche. En medio de la oscuridad preguntamos a un tipo por un campamento y resulta que habla español bastante mejor que nosotros, a pesar de no haber salido de allí nunca. Nós dice que el campamento que buscamos está cerrado y que el otro que hay no es muy recomendable y nos recomienda que vayamos hacía atrás a Bandafassi. Resulta ser guía, y con muy buena pinta, pues no intenta vendernos nada. Una vez instalados en Bandafassi le llamamos por teléfono para que nos cuente que opciones hay de excursión, que tiempos se manejan, etc.


Saliendo del Niokolo Koba, cruzamos una zona recién quemada y humenate de la que salen un monton de pájaros como este, que aturdidos caen a la carretera y mueren aplastados por los camiones, había decenas:






Seguimos con el proceso de cambio de color de la furgo:




Aldea en la zona de Ibel:





La carretera nacional de Kedougou a Salemata, que atraviesa el País Bedick y va hasta el País Bassari:





Día 25 20/1/2018: Bandafassi-Dindefello 20 kms.

La idea era hacer la típica subida a las aldeas Bedick de Iwol y Andiel. Durante todo el viaje tuvimos nuestras dudas sobre si ir o no ir, pues al fin y al cabo, hay que asumir una vez que decides hacer este tipo de visitas que vas a una especie de zoológico humano, de parque temático del "exotismo". Los guías suben a los turistas a la montaña, los turistas se sacan fotos con los niños negros, pagan al jefe de la aldea, compran  lo que sea... es un circuito montado y de cada uno depende el aceptarlo o no. Tiene cosas buenas claramente, pues el recorrido y las aldeas son preciosas, ves cosas que de otra manera no verías y no toda la gente está allí está dispuesta a pasar por este juego y a veces puedes mantener conversaciones no obligadas y empáticas. Todas las guías dicen que hay que llevarles nueces de cola, un fruto bastante agrio que viene de Guinea... nosotros les llevamos nueces de Cerceda, del árbol de la madre de nuestro compañero, por lo menos hicimos algo de intercambio y conseguimos por unos minutos descolocarlos, desmontar el circo y crear alguna situación realmente bonita. Lo dicho, hay que valorar si vale la pena subir, cual es el impacto que tiene allí nuestra presencia y, en todo caso, asumir que se van a vivir escenas muy violentas (emocionalmente), a mayores de ver sarna y barrigas hinchadas por todas partes. Se ve que hay  una edad de criba, pues los niños pequeños están casi todos en muy mal estado de salud, mientras que los adolescentes muestran un estado admirable, por lo que debe haber un punto que el lo que lo supera sobrevive a todo, y los que no, hasta ahí llegaron. Finalmente nosotros decidimos ir y lo hicimos con el guía que casualmente nos habiamos encontrado la noche anterior, y resultó ser una gran elección, pues además de buen guía, era hijo de Bedicks y Peuls, con lo cual dominaba todas las lenguas de las tribus, los modos de vida tanto del valle como de la montaña y era tremendamente respetuoso, y no me refiero con nosotros, que también, si no con los nativos, cosa que no suele ser tan habitual entre los guías. Mostraba un cariño, amor y devoción por su tierra y su gente que era de agradecer y conseguía mantener el equilibrio perfecto entre nuestra comodidad-incomodidad y cumplir con los ritos turísticos que exigen en las aldeas pero sin pasarse. Su tarifa, la estándar de cualquier guía de la zona: 10.000 CFAS. Las subidas a las aldeas son sencillas y rápidas, en una mañana se visitan las dos con toda la calma del mundo.


Los habitantes de las aldeas bajan al valle, en un ir y venir constante, cargados con sacos de algodón que cultivan e hilan arriba, en la montaña.










Iwol:















El Baobab sagrado de la aldea:




Carretera nacional a Dindefello. Desede el cruce con la carretea de Salemata hay 12 kilometros hasta Dindefello que lleva  2 horas cubrir (quizás algo menos, pero entre paradas, recoger gente que va de aldea a aldea, todo se va relajando):








Llegada a Dindefello (y si mi inexistente francés no falla, entre otras cosas el cartel dice que está prohibido cagar al libre albedrío):


















Día 26 21/1/2018: Dindefello-Kedougou 20 kms.

En Dindefello dormimos en el Campament de Villegroise, muy recomendable. Hay que atravesar el pueblo  y cuando parece que se acaba, comienza una pista llena de piedras negras enormes, algunas redondas y otras cortantes, hay que ir más lento que a pie y la furgo cruje como si se fuese a romper. Por la mañana salimos temprano hacia la montaña, visitamos los Dedos de Dande, una formacion rocosa impresionante que nació después de un terremoto. La aldea de Dande no queremos visitarla ni pasamos por ella, pero hay que pagar el peaje igual. Atravesamos varios campos de champiñones muy grandes, que son termiteros de color negro y bajitos, nada que ver con las catedrales del Niokolo Koba y el valle. Después visitamos las cuevas en donde durante mucho tiempo vivieron los primeros habitantes Peul que vinieron huyendo desde Mali y de allí vamos al nacimiento de la cascada de DIndefello. Bajamos hasta la parte baja de la cascada y fin del paseo. Una excursión sencilla, preciosa y aunque no tiene dificultades, mejor llevar guía, apartando cualquier matorral puedes encontrarte con un abismo ante ti, quizás no localices las cuevas o puedas tener un accidente al acceder a ellas si no vas con mucho cuidado y sigues los consejos que te dé el guía. Por la tarde es día de mercado así que hacemos la visita de rigor y salimos hacia Kedougou. Es el final de la bajada y el comienzo de la subida. Volvemos a casa.


Subida a la montaña:




Campo de champiñones:






Los Dedos de Dande:




La estepa sobre la montaña, a unos cinco kilómetros de la frontera con Guinea:








Cabaña para refugiarse los pastores en la época de lluvias:




Las cuevas:










Nacimiento de la cascada de Dindefello:













La cascada desde abajo (dífícil cogerla en el plano):













El campamento Chez Doba, en Kedougou, aun en construcción y en donde me pude dar otra inolvidable ducha de cubo de agua al aire libre, al anochecer, mientras escuchaba los cantos de la mezquita. Sin duda otro de los momentos más bonitos del viaje. No se me ocurre mejor forma de iniciar el regreso:







Día 27 22/1/2018: Kedougou-Popenguine 645 kms.


Esa noche debemos dejar a nuestro compañero en el aeropuerto de Dakar. Para despedirlo nos vamos a Popenguine a cenar otra vez en el Balafón, con mucho vino y, por si fuera poco, mientras cenamos vemos un cometa cruzando el cielo, una enorme bola de luz que durabastantes segundos; mi primer cometa, y la verdad es que impresiona bastante. Despues vamos al aeropuerto y del aeropuerto volvemos a Popenguine a dormir en la bajada a la playa.

Emprendemos el camino a casa contentos y polvorientos:










Día 28/29  23-24/1/2018: Popenguine-Saint Louis 234 kms.


Un par de noches de descanso en Saint Louis antes de cruzar el Sahara.






Día 30 25/1/2018: Saint Louis-Nouakchott 250 kms.


Día de frontera. En la parte Senegal vuelven a pedirnos dinero por los pasaportes, esta vez 7 €. En la parte Mauritana parece que tienen prisa por acabar ese día y vamos cambiando de despacho en despacho para volver a hacer el visado biométrico, conseguir los sellos y apuntarnos en los diferentes registros... y vuelven a pedir 12.500 ouguiyas. Al final no tan rápido como a la bajada, pero cruzamos en menos de una hora y enfilamos la pista de Diama y la terrible carretera hasta Nouakchott. Es fin de semana y mediodía: no nos paran en ningún control, todos están tumbados a la sombra o en el coche. Al llegar a Nouakchott, ciudad caótica donde las haya y carente de cualquier señalización nos perdemos durante algo más de una hora, callejeando por calles atascadas con coches y camiones que pitan pero nunca consiguen moverse porque todos quieren pasar primero y a la vez. Al final siguiendo el sol conseguimos llegar hasta a playa y de allí nos vamos al Terjit, en donde había prometido alojarme la anterior vez. 2.000 oug dormir en la furgo, 5.000 cabaña sin baño, 7.000 cabaña con baño, las personas que queramos. Comida excelente, trabajadores agradables, en la playa y el dueño encantador y dispuesto a ayudar en todo. Nos explica el asunto de la nueva moneda mauritana y como distinguirla (ahora mismo conviven dos tipos de billetes con diferente cambio, los viejos 1 €=420 oug, los nuevos 1 €=42 oug, con lo que si no te avisan es fácil equivocarse o que te quieran engañar). Necesitamos cambiar y nos dice que el puede cambiarnos pero nos manda a un lugar en el centro en el que nos dice que nos harán mejor cambio. Nos lleva a una tienda en su coche para comprar de comer... Todo hospitalidad y atención.


Entrando en Mauritania por la pista de Diama:




Passage de crocodile:
































Atardecer desde el Terjit, Nouakchott:







Día 31 26/1/2018: Nouakchott-Nouadibhou 480 kms.


Salimos de Nouakchott hacia Nouadibhou. La carretera es buena y el trayecto se hace rápido, menos de 5 horas. Nos vamos a ver Cabo Blanco, que no habiamos podido visitar a la bajada. Fue difícil llegar, la única señal estaba caída y enterrada y dimos bastantes vueltas entre Cansado y el puerto de la SNIM hasta que encontramos la pista que va hasta allí. Una vez en ella, mucha arena, mil caminos diferentes...nos adelanta un taxi MB 190 e intentamos seguirlo, pero conducir a la mauritana queriendo volver con el coche entero a casa no es recomendable. Un poco más adelante nos para un tipo con pinta de desertor de algún ejercito que ya no existe y nos dice que es el vigilante de Cabo Blanco, que nos lleva hasta allí si luego lo llevamos de vuelta a Nouadibhou. Y así lo hacemos, porque cada vez vemos más difícil llegar hasta allí por nuestra cuenta, con l anoche cerca y tanta arena, sobre todo cuando llega el momento de pasar la vía del tren: un talud con mucho desnivel y mucha, mucha arena que desemboca justo en la vía. Hay que coger mucha velocidad, pero luego es casi imposible pasar los raíles en 2x4, estás en un talud de arena blanda, con la rueda delantera pegando contra un rail de hierro... por suerte los del MB 190 aún estaban subiéndose al coche después de bajar para empujarlo para superar la vía y tuvieron la gentileza de esperar y empujarnos también a nosotros. En Cabo Blanco el vigilante nos abre el museo para nosotros, pero le decimos que preferimos pasear, ya que la noche se acerca y no queremos perdernos las vistas. Vemos una puesta de sol increíble, los restos de los cañones franceses, el faro, pescadores en la playa, los palos que dividían la península entre España y Francia y, por desgracia, un par de hierros que son lo único que queda del United Malika (diez años deseando llegar allí para verlo y justo hace un año van los chinos y lo desguazan). El vigilante nos regala otro buen momento acercándose al acantilado y  silbando para que vengan las focas a mostrarse... pero no vinieron. Volvemos en noche cerrada por las pistas de arena, rápido y patinando. Desde este lado la pendiente para superar la vía es menor y consigo hacerlo sin ayuda con un par de intentos. Después dejamos al vigilante en su casa y nos vamos a dormir en el Aubergue des Dauphins. Empieza a levantarse mucho viento, preludio de lo que nos espera en los próximos días.


Amanecer aquí, beleça:







La gran tetera de Nouakchott que junto a miles de farolas que no iluminan a nadie ni a nada dan la bienvenida (o despedida en nuestro caso) a la ciudad:




El Sahara mauritano:



























El tren de la Snim cargando camiones cerca del puerto de Cansado:





Cabo Blanco:

















Los postes que marcaban la frontera, a la izquierda Francia, a la derecha España:





Pescadores que pasan la noche en la playa y lo que sobresale en el mar es todo lo que queda del United Malika:





Otro vigilante del Cabo:





Día 32 27/1/2018: Nouadibhou-Dakhla 431 kms.


Comienzan un par de días de tormenta de arena, hace muchísimo viento que sacude la furgo y no se ve más allá de unos metros por la densa niebla que forma la arena. Cruzamos la frontera mauritana con mucha facilidad, en media hora, sin que nadie nos pida nada, al contrario que en Diama, y tratando con gendarmes bastante amables que nos facilitan las cosas. Como siempre, las fronteras son una lotería.  El lado marroquí, en su línea, idas y venidas, hacer que hacen, el del escáner que se queda con los papeles...hora y media (lo cual en conjunto está genial comparado con las 7 horas que nos llevó a la bajada). La Tierra de Nadie, con la tormenta de arena fue un poco más complicada que a la bajada, el viento había borrado cualquier rastro de roderas, impedía ver los neumáticos que "marcan" la dirección en algún punto...al final nos fuimos demasiado hacia el este y acabamos en un promontorio de piedra rodeados de arena, sin poder dar vuelta y teniendo en cuante que dar marcha atrás en esas condiciones tampoco era opción. Al final vimos entre el polvo a lo lejos un MB 190 que iba hacía Mauritania y decidimos lanzarnos a cruzar el arenal que nos separaba de la pista por la que ellos venían; cogimos impulso y no nos enterramos. Poco después ya vimos la patrulla de la Minurso parada en su sitio, que es una buena referencia para ubicarse, y pudimos coger la pista buena y llegar hasta el tramo asfaltado por Marruecos el año pasado y que mantuvo la zona en vilo durante un año por la reacción del Polisario, con destacamentos militares marroquíes y saharauis dentro de la Tierra de Nadie y con la Minurso en medio en horario diurno.

A falta de una Gran Uve Doble para esconder nuestro tesoro, a cinco quilómetros de Bir Gandouz, a 50 pasos norte de una gran piedra, bajo  un arbusto de aspecto áspero y espinoso, a la bajada habíamos dejado guardado vino y Estrellas para refrescarnos a la vuelta. Desenterramos el tesoro y paramos en el Barbas a comer. Está vacío, nos dicen que llevan 3 días de viento, no sé ve practicamente nada y la terraza del hotel está cubierta de arena. Continuamos hasta Dakhla, el viento no cesa y la arena del Sahara borra cualquier resto de la tierra roja de Senegal que quedaba en la furgo, incluso me borra las letras de la matrícula delantera, que ahora parece tener 30 años, deja el parachoques delantero de color gris más claro y mi flamante luna nueva colocada en Cáceres unas semanas antes, llena de microscópicas punzadas. En Daklha la tormenta se relaja un poco, pero aún así las maravillosas vistas de la península están tapadas por el manto de arena en suspensión.

Continuamos con intención de hacer noche en soledad al lado de algún acantilado. Finalmente, la cercanía de la noche y la omnipresencia de los puestos militares nos hace recular hasta el parking gratuito de Dakhla, previo paso por un campamento de pescadores saharauis para comprar comida en la tienda. Nos coge la noche y en la vuelta hacia la N1 nos quedamos enterrados. Esta vez conseguimos salir por nuestros medios con la ayuda de alguna piedra y arriesgando un poco haciendo agujero marcha atrás con la ayuda de las piedras para luego pisar a fondo y salir de allí. En Dakhla, la tormenta sigue, hace un viento y un frío terribles y en la rotonda de desvío a la península, en el control, nos piden (por primera vez en mi vida) todos los papeles de la furgo (hasta la carta verde). Como tenemos todo en regla, el gendarme dá vueltas alrededor de la furgo para buscar algo con lo que chinchar, y lo encuentra en la luz de matrícula que está fundida. Dialogo un poco y le digo que puedo cambiarla, él le pregunta a su compañero y el otro accede. En la lista de cosas que tenía apuntadas antes de salir de viaje estaba comprar un juego de lámparas, por una cosa o por otra, no lo hice nunca. Curiosamente, en el juego que venía con la furgo cuando la compré solo quedaban dos bombillas: una de posición trasera (que tuve que cambiar en Saint Louis) y una de matrícula :). Así que cojí la leatherman y la bombilla y me tiré en el suelo, en plena noche, tormenta de arena y muerto de frío a intentar cambiarla.  Al otro gendarme pareció gustarle mi actitud, prefiriendo tragar arena y temblar de frío a las tantas de la noche en vez de pagar los 15 € de multa y me devolvió muy gentilmente todos los papeles diciéndome cual era cada uno para que quedase claro que todo estaba en orden y se despidió muy educadamente y con una agradable sonrisa.


Amanecer en Nouadibhou:






Salimos de Mauritania y entramos en la Tierra de Nadie:




La Minurso haciendo que hace...




El viento no cesa sobre los territorios ocupados...



...y encontramos nuestro tesoro:








La península de Daklha oculta tras la arena:




El famoso y saturado Furgoperfecto:











Día 33 28/1/2018: Dakhla-Tarfaya 633 kms.

Salimos hacia Tarfaya, el viento sigue pero según nos acercamos al norte se va calmando cada vez más. Hacemos el trayecto de Foum el Oued a Tarfaya por la carretera de la costa, mucho más bonita y con menos tráfico que la N1 y diría que se tarda lo mismo. Va pegada al mar y está llena de grandes dunas que la invaden. Paramos a ver el Assalama otra vez y nos damos un paseo por Tarfaya. Sigue haciendo mucho viento y frío, lo cual, junto al cansancio, hace que acabemos cogiendo un apartamento en el hotel Casamar: 250 MAD con dos habitaciones, cocina, baño, furgo vigilada en la puerta y desayuno con barra libre incluído.


Por la mañana sigue el viento, pero ya no va cargado de arena y nos deja esta bonita imagen saliendo de Dakhla.











La cinta que atraviesa el desierto y tráe los fosfatos de Bou Craa directamente hasta el puerto:














De nuevo parada en el Assalama:




Y una vista mejor del fuerte de Tarfaya que en la ocasión anterior:






Día 34 29/1/2018: Tarfaya-Sidi Ifni 396 kms.



Salimos de Tarfaya después de visitar el museo de Saint Exupery y si los días anteriores hubo que pelear con el viento y la arena, ahora nos toca ver diluviar en el Sahara. Desde Tarfaya hasta casi Oued Chbika no para de llover, y por momentos mucho. Una nueva visión del desierto. Intentamos ir a la Sebkha Naila pero el camino está cortado por enormes dunas que el viento de los días anteriores ha creado y la arena empapada, así que echamos el freno antes de meternos en otro lío. Paramos a comer en Tan Tan, y si en Mauritania y lo territorios ocupados pudimos comprobar que que sea fin de semana o haya viento son motivos para que los controles se reduzcan casi a cero, hoy podemos comprobar que la lluvia causa el mismo efecto: ni siquiera está el control permanente que hay a la entrada y salida de Tan Tan (valga como ejemplo que en la bajada entregamos más de 40 fiches cada uno, en la subida no llegaron a diez). Entre Tan Tan y Guelmin vemos el espectáculo de ver la hierba brotar de la arena después de la lluvia de forma casi instantánea. En Guelmin cogemos dirección Tata para ver el oasis de Tighmert. Después nos vamos directos a Sidi Ifni, una de la ciudades del mundo que más me gustan. Nos alojamos en el camping Sidi Ifni, pegado al mar pero bien protegido del viento, con muy buenos servicios por 70 MAD. A las 21 todos los días hay fiesta en la habitación del "hombre viejo", un tipo de casi 80 años con una experiencia vital, energía y cultura que merece la pena conocer... y siempre están deseosos de que aparezca alguién que no sea un francés en autocaravana para poder compartir lo que tienen y pasar una noche divertida. Al lado del camping, una anomalía que solo en Sidi Ifni puede verse, un bar con cartel de Heineken. Después cenamos en el Miramar, comida siempre rica, barata y excelentemente atendido y llevado por mujeres encantadoras. Paseo nocturno, visita a la habitación del "hombre viejo" y a dormir.


Dibujos originales de  "El Principito":








Llueve en el Sahara:











Arkheitz:





El Agujero de Arkheitz:








Los últimos flamencos del viaje:

















Oued Chbika:





Los dromedarios de Tan Tan:





La arena se vuelve verde:





Oasis de Tighmert:






















Día 35 30/1/2018: Sidi Ifni-Essaouira 346 kms.


Recorremos la ciudad por la mañana. Paramos en Legzira y comprobamos con sorpresa que el segundo arco, el más impresionante, ya no existe. Después nos vamos a comer a Tifnit. La aldea es realmente bonita y comemos en la misma playa unas langostas, doradas y sardinas. El banquete y el paseo por las dunas hace que nos lo tomemos con calma. Cruzar el infierno  de Ait Melloul y Agadir nos lleva más de hora y media, a la que sumamos el tiempo perdido con mi primera multa marroquí: por no dar un frenazo al ver el radar me hicieron la foto a un 1km/h más del límite. Pedimos la foto, nos cubren el parte, la multa, pagamos 150 MAD y seguimos. Así que al final se nos hace de noche y nos perdemos la bonita carretera de Agadir a Essaouira.


Sidi Ifni:



























Legzira:











Lo que queda del segundo arco:








Tifnit:


















Días 36-37 31 de enero/1 de febrero de 2018: Essaouira


Nos tomamos un par de días de descanso antes de emprender la vuelta a casa de tirón.








Día 38 2/2/2018: Essaouira-Algeciras 800 kms.

Salimos por la carretera de la costa, cruzamos la horrible y contaminada Safi y después día de autopista. Cruzamos la frontera sin dificultades y rápido, llegamos pasadas las 20.00 al puerto y nos metemos en el ferry de las 20.30. Curiosamente, tanto para salir de Marruecos como para entrar en España, el control es nulo, sin embargo, en la cola del Ferry nos abren la furgo hasta 4 veces. Llegamos a Algeciras, pasamos por delante del parking de Sito Miñanco, que será detenido dos días después, y buscamos un lugar tranquilo donde dormir.



Día 39 3/2/2018: Algeciras-Santiago de Compostela 1070 kms.

Se acabó. La península nos recibe con temporal de nieve. Autopista hacia el norte, parada en Sanabria, alegría al cruzar el Padornelo y estamos en casa. Y Guiné Bissau que comienza a dar vueltas en la cabeza...




Se portó bien :)







Josse

Marzo 08, 2018, 12:31:28 pm #1 Ultima modificación: Agosto 22, 2018, 09:29:13 am por Josse
Peazo de viaje,cojo sitio en primera fila...
Nosotros solo hemos llegado hasta Dajla, la idea era bajar un poco más, pero no teniamos los visados para entrar en Mauritania.


karras

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Pongo las cervezas y palomitas.



Salu2

trufus

Muchas gracias. Siento ir tan despacio, pero ahora tengo que recuperar de golpe en trabajo todo el tiempo invertido en vacaciones.

trufus

Cita de: Josse en Marzo 08, 2018, 12:31:28 pm
Peazo de viaje,cojo sitio en primera fila...
Supongo que habran  .fotografo...
Nosotros solo hemos llegado hasta Dajla, la idea era bajar un poco más, pero no teniamos los visados para entrar en Mauritania.


Por cierto, ahora los visados para Mauritania pueden hacerse en frontera, son biométricos, se hacen rápido y cuestan 55 €, para un mes y, por desgracia, de un solo uso. Se pueden hacer tanto en el PK55, entre Marruecos y Mauritania, como en Diama, cuando vuelves de Senegal, que hasta hace poco no podías entrar por allí porque no estaba informatizada la frontera, ahora si.

AlvarA

Pasadón de viaje, ¡me he enganchado desde el primer párrafo! Me quedo por aquí a seguirte con tu permiso.

Roci Roci

Algún día tengo que hacerlo!!!Porfa!!Escribe la crónica! No nos dejes así!!  ;D ;D ;D .ereselmejor
-No puedes pasarte la vida viajando
-Ni piidis pisirti li vidi viijindi

trufus

Cita de: Roci Roci en Abril 10, 2018, 09:53:41 am
Algún día tengo que hacerlo!!!Porfa!!Escribe la crónica! No nos dejes así!!  ;D ;D ;D .ereselmejor


Muchas gracias, voy lento, pero acabaré y espero que sirva a la gente para animarse a hacer esta travesía tan bonita, llena de riqueza, experiencias y mucho más sencilla y tranquila de lo que desde nuestras casas nos podemos imaginar.

krls exe

Bestial Trufus, me quedo por aqui para leerlo detenidamente. .ereselmejor

trufus

Cita de: krls exe en Abril 16, 2018, 08:19:06 am
Bestial Trufus, me quedo por aqui para leerlo detenidamente. .ereselmejor


Muchas gracias, en un par de días espero tenerlo acabado.

trufus


Roci Roci

Cita de: trufus en Abril 19, 2018, 12:53:47 pm
Terminado por fin!


Yujuuu, me lo volveré a leer completo!! Guiné Bissau, ¿con la furgo también?
-No puedes pasarte la vida viajando
-Ni piidis pisirti li vidi viijindi

betozoi

Enhorabuena y felicidades por semejante viaje. Me encanta que os tomeis la molestia de acercarnos a lo que han sido vuestras experiencias. Espero algún día tener el tiempo necesario para poder hacer algo semejante.

salú2!

trufus

Cita de: Roci Roci en Abril 20, 2018, 10:12:51 am
Yujuuu, me lo volveré a leer completo!! Guiné Bissau, ¿con la furgo también?


Claro, si no pierde la gracia :)