Para el consuelo

[-ego-]

Buenas a todo el mundo.

Llevo semanas sopesando abrir este post, básicamente por dudar de su utilidad a pesar de yo necesitarlo y querer leer las opiniones de más gente que, quizás, se encuentren en mi misma situación.
Un tema del compañero amikoj me terminó de decidir

Hace un año me compré una mercedes vito de 19 años. Una que estuvo sirviendo para cargas y descargas y que, como suele ser habitual, no recibió demasiado buen trato. De cualquier manera lo mejor que supe encontrar.

Nunca había tenido hasta entonces vehículo de segunda mano por lo que desconocía los ajetreos que suele proporcionar y a los que, lentamente, me voy aclimatando.
Pero no lo consigo del todo, por mi condición, por mi manera de pensar. Intento cuidarla lo máximo posible con mantenimientos, modo de conducción, y todo lo que esté en mi mano y conocimiento. La veo buena máquina, hecha de una manera de verdad, impensable hoy, sin obsolescencias explotadoras, hechas para durar, de hecho, 20 años y aun aquí a pesar de los malos cuidos... Y más pena me da, porque surge en mí el estúpido pensamiento de querer tenerla para siempre, de no querer cambiarla por ningún modelo nuevo, de si la hubieran cuidado, de si hubiera sido mía desde siempre ahora estaría..., y varias cosas por el estilo.

Al comprarla tenía dos inyectores que fogueaban y que arregló el mecánico y que volvieron a dar problema a los 8 meses. Ahora alguna pequeña fuga de aceite y que el turbo suena pero perdió potencia. ¡El motor es para escucharlo! Suena muy bonito. Y pienso: ¿le meto mas dinero, la rento primero, la dejo estar porque cuando se ha tocado algo aparece otra cosa?
A veces, entre estos pensamientos que me van asaltando, en parte por mi condición, en parte por mi ignorancia/inexperiencia, me preguntó qué hacer, ¿como cuidarla, le toco el turbo, no lo hago, le retoco las tres manchitas que van apareciendo de oxido para que no avancen, la dejo estar y cuando no de para más pues a otra cosa mariposa?

Y cuando me tranquilizo y analizo lo que compré, y los años, y la vejez en cada cosa que existe, decido disfrutarla. Pero, a veces, en mi dificultad de resignación a perder lo que me gusta (lo confieso, mea culpa), me sucede como al compañero amikoj, vuelvo a caer en el romanticismo y vuelvo a querer encontrar mejores maneras de cuidarla.

Y nada, que este pensamiento en desuso y absurdamente inservible en el que me hallo a veces tenía la necesidad de compartirlo con vosotros y ver si hay algunos de mentalidades parecidas en donde refugiarme

Muchas gracias por vuestra atención y un abrazo.

Ea, me quedé a gusto