Hungría (33d). Marzo-2005 *AÑADIDO AL INDICE* (sf)

Iniciado por viano, Noviembre 16, 2006, 21:58:57 pm

Tema anterior - Siguiente tema

0 Usuarios y 3 Visitantes están viendo este tema.

viano

Noviembre 16, 2006, 21:58:57 pm Ultima modificación: Octubre 23, 2021, 15:59:00 pm por Kenar
Para imprimir todo el viaje como texto en formato seguido, pulsa aquí.

Si tu conexión a internet no es muy rápida, también puedes ver las etapas una a una:

1|2|3|4|5|6|7|8|9|10|11|12|13|14|15|16|17|18|19|20|21|22|23|24|25|26|27|28|29|30|31|32|33






*imagen borrada por el servidor remoto

Las estadísticas:

Vehículo: Mercedes-Benz Viano Marco Polo 3.2, versión 2004
Km totales: 9058
Duración: 33 días (del 2 MAR al 3 ABR 2005)
Países en tránsito: 11
Monedas utilizadas: 4 (EUR, CHF, HUF, CZK)
Poblaciones visitadas: 56
Presupuesto íntegro todo incluído 2 personas 33 días: 5200 € (78 € persona/día combustible, comidas, compras y extras)

Aunque va camino de haber sucedido hace dos años, éste ha sido por el momento el viaje más largo que hemos hecho con la Marco Polo, con la que todavía no superamos aquel otro de 2001 a Escandinavia de algo menos de 11000 km con el viejo Renault 21 TXE 2.0.

He conseguido reunir la viejas notas y fotografías tomadas durante aquellos días y me pongo ahora a pergeñar la redacción para que podáis hacer el recorrido virtualmente con nosotros.

1

*imagen borrada por el servidor remoto

Todo empezó a media tarde en cuanto acabó la compra grande en el supermercado del barrio. Que aquí se llaman El Árbol.

Es una de esas etapas tontas, sin gracia. Para el que nació fuera de Castilla, es probable que la sucesión de llanuras cerealistas sea una atracción. Pero para nosotros es un aburrimiento muy grande no ver montañas, no ver árboles por ningún sitio...

Me acuerdo de un viaje hace como quince años, entre Guipúzcoa y Salamanca, en un departamento de tren, de aquellos de ocho plazas... Enfrente iba un chaval de Ermua, de carrillos sonrosados y mirada noble que seguramente había viajado poco allende los prados y los valles de su comarca. Nada más pasar la estación de Alsasua, cuando ya empieza la Llanada Alavesa, y desde luego en cuanto rebasamos el desfiladero de Pancorbo, donde la tierra empieza a nivelarse y a no tener horizonte, sólo sabía decir a cada momento con ojos grandes y chisporroteantes de ilusión mirando las fincas por la ventanilla:

-¡Jo!, ¡Menudo campo de fútbol saldría de ese terreno...!

Una sola parada en la gasolinera de Villagonzalo, a las puertas de Burgos, nos transfirió de la A62 a la AP1, que entonces no era tan aristócrata y se llamaba A1 a secas. Lo mismo le pasaba a la A68, que ahora los despachos de Fomento denominan AP68, para recalcarnos, por si alguno no se había dado cuenta, la pe de pagar. Por ella circulábamos cuando nos entró el sueño a la altura de Haro. Y, haciendo caso de los consejos de la DGT, allí mismo, en el área de descanso, nos quedamos dormidos.

Por suerte, esa noche fue todo muy bien y no nos pasó lo que meses después, en la madrugada del 16 al 17 de octubre, nos ocurriría en una de las siguientes de la misma calzada, en Mallén:

Cuando, recién cenados en la furgo, estábamos partiéndonos de risa en lo mejor de los sketches de <a href="http://www.eitb.com/vaya_semanita/default.asp?hizk=es">;¡Vaya Semanita!</a>, que para los que sois de fuera de Euskadi es el programa de humor de la ETB2 que luego se produjo con algunas variaciones y escasa audiencia en TVE1 bajo la denominación <a href="http://www.elpais.es/articulo/elpporgen/20060104elpepirtv_2/Tes">;Made in China</a>, con algo menos de carga en la crítica política... pues cuando estábamos viendo eso, completamente solos en el área, sin coches de ningún tipo, a miles de metros del núcleo poblado más cercano... de repente... apareció una cara humana salida de la oscuridad en la ventanilla del copiloto, por fuera. Subió el rostro para mirar el interior y volvió a bajar. Nada más. Y nada menos...

Creo que fueron cinco los segundos que tardamos en arrancar y salir zumbando de allí. Acojonaos...

¿Un psicópata de alguna finca cercana? ¿Un ladrón de caravanas preparando el asalto? ¿Un reflejo de nosotros mismos al movernos? ¿Una ilusión óptica entre la luz del interior y la negrura de la calle?

Por el retrovisor no se veía a nadie, todo estaba vacío... nunca sabremos si fue verdad lo que vimos. No quisimos comprobarlo. Hay que estar allí para creerlo. Fue simple instinto de superviviencia... Cualquier día le escribiremos al Iker Jiménez, de <a href="http://www.cuatro.com/programas/entretenimiento/cuartomilenio/">;Cuarto Milenio</a>, para ver si sabe de casos similares...

Podéis imaginar por qué tardé tan poco en diseñar este brico...

2


Un abrupto despertar por una llamada telefónica para una cosa sin importancia del trabajo nos devuelve a la vida. Nos integran todavía más en ella unos cafés con leche y donuts® en el área de servicio de Sobradiel donde rellenamos el agua y la gasolina gastadas.

La chica de la estación  -cosas de los coches cuando están muy nuevos-  se encaprichó con que le enseñáramos un poco en detalle el camper. Era una forofa de este tipo de vida.

El día de hoy y el de mañana van a ser un poco densos: tenemos por delante lo que podíamos llamar unas jornadas gastronómicas que comenzamos almorzando con una rica degustación en Calldetenes, adonde llegamos por las AP2 y C25, Eix Transversal de Cataluña, in extremis, a las tres y cuarto de la tarde:



Lo que más nos gustó de este chef fue el Canelón de pollo y un postre impresionante llamado [sic] Chocolate con chocolate.

Cumpliendo con la cita previa que teníamos, nos pasamos por nuestra casa madre, Autosuministres Motor SA, el concesionario de Mercedes-Benz de Vic, donde habíamos comprado la furgo meses atrás.

Allí recogemos un montón de accesorios de Westfalia que teníamos todavía pendientes de instalar (mosquiteras, barras interiores, disco del navegador de ese año...) y, con la ilusión de un niño con zapatos nuevos, los vamos acoplando camino de Barcelona.

Tomamos como base de operaciones el aparcamiento subterráneo del número 1 de la calle Casanova, en el Ensanche, y nos dedicamos a sacarle el jugo a la ciudad, como tantas otras veces. Barcelona siempre es Barcelona. Para nosotros, probablemente, una de las mejores plazas para vivir.

En un escondido espacio sin prohibiciones junto al cuartel de la Guàrdia Urbana que hay en Montjuïc, con la tranquilidad de ver pasar cada pocos minutos un coche patrulla, nos dormimos sin sospechar siquiera lo que nos iba a pasar al día siguiente.

3
*imagen borrada por el servidor remoto

13:43 h. Después de una agradable mañana de librerías por el barrio gótico, cuando nos disponíamos a entrar en el aparcamiento subterráneo del Moll de la Fusta, en el Port Vell (junto a la estatua de Colón) con la tranquilidad de que su gálibo estaba limitado a 2 m y nuestra altura es de 1.98... ¡ rrraassss ¡... la barra metálica de preaviso nos da un zarpazo en el techo. Y eso que íbamos con pies de plomo...



¡ Atención, amigos !

No os podéis imaginar la de miles de euros que puede llegar a valer el tener a mano siempe la cámara fotográfica.

Tuvimos una rápida reacción al notar el golpe: paramos en seco, uno hizo señales a los coches que iban llegando por detrás para que utilizaran la otra entrada al recinto, y otro fotografió el pastel con todo tipo de ángulos y detalles.

La mala suerte quiso que la garita de los empleados estuviese justo a la otra punta del estacionamiento y tuve que correr  ¡ 400 m !  para avisar de lo que había pasado.

Entonces el empleado, que justo terminaba su turno a las 14:00, con una clara vocación de escaqueo y con muy malos modos se intentó hacer el sueco con todo tipo de excusas:

Llegó con su cómoda moto eléctrica (tipo campo de golf) mientras yo volvía a hacer la carrera en sentido inverso otra vez corriendo hacia la entrada donde estaba atascada la furgo. Decía el julai que aquella barra la habían medido los ingenieros y que no podía estar mal. Que tendríamos nosotros mal la altura, que a él no le metiéramos en problemas, que no pensaba pagar nada...

Tuvimos que tranquilizarlo nosotros a él explicándole que el problema consistía en que la barra estaba medida justo en el encuentro de la rampa con la parte plana del piso del aparcamiento y que por tanto no habían tenido en cuenta la longitud de los vehículos altos, que durante un par de metros siguen teniendo el eje trasero más alto que el delantero mientras pasan bajo el medidor. Y que para eso están las aseguradoras, maxime en ese negocio que era un parking municipal.

Como el hombre  -encima-  se puso violento, se desentendió del tema, y sus compañeros, recién entrados de turno tampoco querían colaborar, no hubo más remedio que avisar a la policía autónoma.

Los Mossos tardaron más de cuarenta minutos en llegar, les obligaron a dar sus datos y extender reglamentariamente la hoja de reclamaciones y levantaron un pequeño atestado de los hechos.

Y ahora llega la segunda odisea: ¿cómo presentar en la Oficina Municipal de Consumo nuestra reclamación un viernes por la tarde?

Primero localizarla en la ciudad. El navegador nos ayudó y allí fuimos, una vez metido el coche en el aparcamiento (levantando a mano la barra metálica),  ¡ pagando dos horas de estancia !  y volviendo a salir por la puerta contraria, en la que no hubo el menor problema de altura.

Cuando llegamos a la dichosa oficina, naturalmente, no abrían ya hasta el lunes.

Suerte el saber que por la Ley de Procedimiento Administrativo cualquier oficina pública de registro está obligada a cursar los escritos de los ciudadanos y redirigirlos hacia donde estén encabezados.

Así es que volvimos a localizar ahora la Subdelegación del Gobierno (lo que antes eran los Gobiernos Civiles) y allí registramos la reclamación, aportamos el tique y una factura expresa que habíamos conseguido que nos hicieran en el parking delante de la policía.

Casualmente la encargada que nos atendió era paisana nuestra y, entre chascarrillos sobre lo que se pueden complicar las vacaciones en un momento, nos hizo gratis todas las fotocopias y nos las compulsó para poder conservar nosotros los originales. Para que luego digan de las funcionarias de los ministerios...

¿Os imagináis que además hubiésemos tenido que empezar a buscar fotocopiadoras por el barrio?

Meses después, enviadas desde casa las fotos del siniestro a través de la asistencia jurídica del seguro del coche, el aparcamiento, propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, reconoció su culpa y pagó al chapista 2000 € para dejarlo todo como nuevo.

La próxima vez que paséis por Barcelona, si sentís curiosidad, podréis ver que han cambiado ya la señal de 2 m por otra de 1.95 m. El gato escaldado no vuelve al agua...

Unas paradas en las áreas de servicio de Montcada y de descanso de La Roca del Vallés, en la AP7, nos sirvieron para lavar la ropa y repostar un poco de todo. Luego, ya en Gerona, en la localidad de Mont-Ras, purgamos todos los sinsabores del día en el cálido restaurante La Cuina de Can Pipes, donde dimos buena cuenta, por ejemplo, de unas Vieiras con cítricos o unas Albóndigas de pescado. De postre será difícil de olvidar la Copa de lichis con calabaza.



Antes de dormirnos del todo en el área de descanso llamada Village Catalan, que recrea unas masías en medio del bosque mediterráneo, un poco antes de Perpignan, en la A9 francesa, el oficial de la gendarmería (era un negrito con cara de poli americano) que pasaba patrullando nos peguntó:

- ¿Cuántos sois?
- Dos
- ¿Y no sois tres?
- No. Somos dos.


Así es que con este diálogo de besugos se nos fue dulcemente la consciencia por unas horas. No sé qué andarían buscando...





(continuará)
     A todo color, en nuestra web. Gratis y a un sólo clic.

Plumber

La leche Viano, no me extraña que te hayas gastado tanta pasta, si siempre ibais a comer a sitios como Can Juvany... Ese restaurante al lado de la rotonda del eje es de la categoría del Bulli de Ferran Adrià en Cala Monjoy.  :o :o :o

mahou1979


montesremotedev

https://montesremotedev.com
Montes -[Miembro del club de fans de Eneko]-
*Por falta de tiempo no puedo contestar privados sobre dudas, para cualquier cosa preguntad en el foro para que sirva para todos*

viano

Cita de: Julieta en Noviembre 16, 2006, 22:12:25 pm
La leche Viano, no me extraña que te hayas gastado tanta pasta, si siempre ibais a comer a sitios como Can Juvany... Ese restaurante al lado de la rotonda del eje es de la categoría del Bulli


La verdad es que se come muy bien. Y son muy buena gente. Por suerte no tienen dos años de lista de espera como el otro...
     A todo color, en nuestra web. Gratis y a un sólo clic.

AlvaroT3

Hostias Viano. Eres .... me has dejado sin palabras.
Jodo que .... no tengo palabras
¿sabes cual es el Síndrome de Stendhal (http://es.wikipedia.org/wiki/Especial:Whatlinkshere/S%C3%ADndrome_de_Stendhal)? es lo que me ha venido cuando he leido tu post
EL HECHO DE QUE TENGAS RAZON, NO QUIERE DECIR QUE ESTOY EQUIVOCADO. SIMPLEMENTE NO HAS VISTO LA VIDA DESDE MI LADO

gael160963

Joder machiño este hilo va a durar más de 33 dias... bien, se presenta interesante  .palmas

viano

4
*imagen borrada por el servidor remoto


La mañana empezó estrenando la lavadora Jata 582 de la que ya se ha hablado en este hilo, aprovechando que nos habíamos situado muy cerca de los WC del área.

*imagen borrada por el servidor remoto

En la siguiente, la de Loupian, comimos. Y en la de Montpellier nos hicimos con la Guía Roja Michelin de Francia del año en curso. No sólo es la Biblia gastronómica (fue la de este país la más antigua en publicarse, hace ahora casi 110 años), sino que resulta muy práctica por la cantidad de mapas urbanos e indicaciones turísticas que ofrece de cada localidad.



Después de darle de beber a la furgo en el Carrefour, nos metimos en el aparcamiento descubierto de Los Arces, bajo el imponente acueducto, para ver qué había de nuevo en la ciudad. Por aquí pasamos con frecuencia, un par de veces al año, y siempre hay cosas por descubrir.

Por ejemplo una surtidísima frutería llevada impecablemente por un francomagrebí en la que a buen precio hicimos la compra de frescos, o un bonito recorrido por la Promenade Peyrou, desde donde hay unas panorámicas estupendas de la ciudad.

Una vez de nuevo en la A7, cenados en el área de descanso de St Aunès y descansados en otras, pusimos el huevo finalmente en la de Montélimar, muy cerca de tres chavales que se preparaban también para dormir en una California T4.

La noche fue bastante fría y de ello se aprovechó un batallón de streptococcus que se nos quedó a vivir unos días en las vías superiores. Menos mal que en el armario pequeño solemos llevar una farmacia en miniatura.

*imagen borrada por el servidor remoto

5
*imagen borrada por el servidor remoto


Tras repostar en el propio área en donde habíamos dormido, nos acercamos un poco más hacia Chambéry y almorzamos en el aparcamiento del Lago, antes del túnel. Cuando estábamos en ello se acercó una furgoneta de gendarmes que de modo expeditivo sin mediar más aviso intentaron abrir sin éxito la manilla de la puerta del conductor.

Con flema británica, que es lo que peor sienta en casos así, abrí dos dedos la ventanilla y les pregunté qué querían. Luego ya nos obligaron a bajar y no hubo suerte: registraron lo que quisieron, porque en Francia, según nos explicaron, la legislación sí permite entrar en vehículos-vivienda. Pero al final hubo buen rollito y dos de ellos se pusieron a jugar con los mapas en la pantalla de la Jenny, que es como llamamos cariñosamente a nuestro navegador Pioneer AVIC X1 con voz de mujer.

*imagen borrada por el servidor remoto

Durante la visita a la ciudad de Chambéry nos acompaña una buena nevada toda la tarde. Aquí, justo empezaba:

*imagen borrada por el servidor remoto

Al final de la cual, con precaución (la Alta Saboya son plenos Alpes y estamos en invierno todavía), nos acercamos hasta escasos dos kilómetros antes de la frontera suiza, cenamos en el Mc Donald's de Etrembières y en su aparcamiento, por cuanto éramos clientes, pernoctamos sin más problema.

6
*imagen borrada por el servidor remoto


Una de las marcas de distribución a precio ventajoso en esta zona es la cadena Migros, que estaba justo enfrente de donde habíamos dormido. Os podéis figurar dónde nos acomodamos a desayunar (aunque casi era mediodía) al ver una humeante cafetería-obrador de bollos recién horneados al entrar al complejo.

Allí mismo hicimos la compra grande de alimentación, llamamos al agente de seguros para dar parte del siniestro del aparcamiento de Barcelona y, finalmente, junto a LIDL, lavamos a conciencia los bajos de la furgo para retirar la sal de la carretera. Creo que es muy importante para alargar la vida del recubrimiento anticorrosión hacer esto con regularidad cuando se circula en invierno.

En Anemasse nos sirvió un centro de bricolaje para jardinería (aquí los llaman Garden Center) para coger unas mangueras apropiadas para hacer más cómodos los vaciados del WC químico, como se explicó en el foro en este brico.

Tras el control rutinario en la aduana, compramos la pegatina de 2005 para circular por las autopistas (la vignette) y guardamos la Marco Polo en el céntrico parking cubierto ginebrino de Villereuse. El centro de la ciudad que vió nacer a Jean-Jacques Rousseau está plagado de cosas originales como este suelo de adoquines luminosos con saludos en los idiomas más variopintos,

*imagen borrada por el servidor remoto *imagen borrada por el servidor remoto

o bonitas tiendas de decoración sólo para sueldos helvéticos.

*imagen borrada por el servidor remoto

Cenamos en el coche y enseguida enfilamos la autopista A1 hasta el área de serivico de Deittingen-Norte, que es la primera pasada la circunvación de Berna. Como habíamos hecho los deberes por el camino (repostar fluídos y deshacernos de las aguas grises y negras), pues dormimos como cuando llegas de una caminata por el monte: ponerse en horizontal y fundirse el fusible, todo a la vez.

De vecinos de sueño, una California con matrícula rusa.



(continuará)
     A todo color, en nuestra web. Gratis y a un sólo clic.

Binder

 .palmas   .palmas   .palmas
Enhorabuena Viano.
Estoy impaciente, esperando la continuación.
Binder
Sea Sloop 1

mahou1979

Me encanta viano, me encanta q nos lo des por fasciculos, ansioso espero el siguiente

viano

7
*imagen borrada por el servidor remoto


En el recorrido que media desde allí hasta Zurich aprovechamos al final de la mañana para atender nuestras necesidades de agua y gasolina. En la ciudad, es una buena opción el aparcamiento de varios sótanos de la calle Beethovenstrasse, abierto 24 horas y con gálibo suficiente, aunque pasan de hablar inglés. Cada día veo más necesario tomarme en serio esos cursos de alemán con cintas de casette (¡qué antiguo suena!) que andan abandonados por los estantes de casa. Hablar de filosofía es jodido, pero las cien expresiones más útiles al turista, creo que sí las podemos aprender poco a poco...

Se portaron muy simpáticamente las de la pastelería del comienzo de Badenerstrasse, donde recargamos la mochila de bombones más de lo que la OMS fija como dosis diaria recomendada. En la acera de enfrente hay una curiosa joyería que luce en el centro una imagen en plata de ¡ la Pilarica !  Parece que la emigración de los pasados años sesenta dejó algún poso aragonés.

Allí al lado, en la Langstrasse, hay un restaurante chino al que hemos ido otras veces. Nos gusta el trato y la comida. No tiene molduras-barrocas-multicolores-con-escenas-de-dragones,-lagos-fantásticos-y-tejados-cóncavos. No parece un chino. Además tiene horario non-stop y eso nos conviene a los que vivimos a nuestro ritmo en tierras lejanas. Pues allí que nos metimos a hacer comida-merienda.

Desde las cuatro de la tarde en Suiza ya es de noche. El día es muy frío. Así es que apetece meterse en nuestros ires y venires por la ciudad y sus deleites en uno de esos clónicos pero sin embargo acogedores Starbucks Coffee. Ricos cafés de cualquier variedad exótica y mejores tartas de queso o de chocolate.

En el parque Arboretum, a orillas del lago de Zurich, nos despedimos de la extensa y adinerada capital financiera del país para dirigirnos a la frontera de otro por el paso de Listenau adonde arribamos a medianoche. Pero, aunque compramos la pegatina de la vignette austriaca en la gasolinera Agip (los carburantes más caros en cualquier parte de Europa, confirmado), la estancia duró apenas quince minutos en cuanto traspasamos la desierta raya alemana de Bregenz para acabar durmiendo en el primer aparcamiento de la A96 en Wangen.


8
*imagen borrada por el servidor remoto


Bueno, pues aquí la cosa se pone seria. ¿Veis esos follones de coches atrapados en la nieve que tenemos casi todos los inviernos en España? Pues en la parte alpina de Baviera cae el triple de nieve, pero son el quíntuplo de prevenidos. Carreteras perfectamente limpias, aunque con más de un metro y medio de nieve alrededor;

*imagen borrada por el servidor remoto

áreas de servicio que se limpian a conciencia todas las mañanas; legiones de máquinas esparcidoras de sal viaria, palas pasando sin cesar; vehículos circulando a cien por hora con neumáticos de pinchos donde aquí haríamos trompos a 40 km/h... en fin... esto es Alemania.

Hay una ligera neblina a eso del mediodía que todavía no había levantado. Probablemente por ello, a unos dos kilómetros más adelante se ha producido un accidente que ocupa el arcén y parte del carril derecho de la autopista ocasionando una pequeña retención que se va aliviando poco a poco. De todo ello, a través del satélite y del sistema TMC, nos informa el navegador con la suficiente antelación: Imagen 1.



Cuando estamos a unos 500 metros, con los coches casi parados a la vista, indicamos la maniobra, aunque por el retrovisor no venía nadie, y nos cambiamos al carril izquierdo para avanzar más. Los coches del carril derecho estaban parados y los del izquierdo iban con cierta fluidez: Imágenes 2 y 3.

A los dos o tres segundos aparece como por encanto un potente Volkswagen Golf plateado matrícula LU E 4347 a unos 180 Km/h. Imposible que fuese a menos, porque recorrió en dos segundos unos cien metros.

Lo único que recuerdo como imagen viva es que instintivamente di un enorme volantazo acelerando a fondo para cambiarme al carril derecho de nuevo, como intentando evitar el alcance de una vaquilla en el tentadero, pero a la vez frenando inmediatamente para no comerme la fila de coches parados de ese carril. Por el retrovisor se veía el terrible chillido de un frenazo en seco y el coche patinando sobre el asfalto y soltando una humareda azul de pastillas de freno casi incandescentes: Imagen 4.

A la décima de segundo siguiente, por la ventanilla del conductor vimos rebasar el coche por el carril izquierdo, todavía patinando y envuelto en aroma a ferodo quemado: Imagen 5. Pensad en toda esa energía empotrada contra el culo de la furgo. Nos acabábamos de salvar por segunda vez de unas vacaciones jodidas.

Cuando por el azar de la retención volvimos a rebasar a ese coche porque momentáneamente quedó más lenta la cola de la izquierda que la de la derecha, se trataba de un  ¡ matrimonio de ancianos !  que mediante gestos no sabían ya cómo pedirnos disculpas... En fin... eso es lo que puede pasar en carreteras donde no existe el límite de velocidad genérico. Alemania también es eso.

Con el susto todavía en el cuerpo, nos salimos a comer en un Burger King de carretera (AutoKing), plantado dentro de un área de servicio donde repostamos. Como no aparecía el grifo del agua, tuvimos que cogerla de la toma del autolavado que estaba libre en ese momento. Y, sin más demora, continuar hasta el castillo de hadas más bonito del mundo. No me cabe la menor duda. El que se hizo construir el melancólico, atribulado y abúlico Luis II de Baviera. Algo parecido a nuestro austria menor Carlos II, el hechizado. ¿Recordáis la película Ludwig? Pues ése. Se trata del Schloss Neuschwanstein. La foto aérea de la derecha, que no es nuestra, seguro que os suena más. Seguía nevando a ratos intensamente y hubo que subir 2 km a pie desde el aparcamiento.

*imagen borrada por el servidor remoto *imagen borrada por el servidor remoto

Esta otra, tomada desde dentro del bosque, cayó simpática y nos la publicó la versión impresa de la revista Digital Camera unos meses después, en el número 31 de Julio-Agosto.

*imagen borrada por el servidor remoto


Volver desde allí hacia Munich no fue nada fácil. Se trataba de carreteras secundarias, con el efecto de la sal de la mañana un poco retardado ya. Lo peor sucedía cada vez que un vehículo precedente se detenía en el centro de la calzada para iniciar el giro a la izquierda en alguna intersección, esperando a que cruzasen los vehículos del sentido contrario. Al intentar bajar la velocidad para rebasarlo con cuidado por la derecha, a pesar del ASR, la Marco Polo culea un poco por ser de propulsión. Hay que tener mucho cuidado con eso si no queremos tener sustos en la nieve cuando todavía no está como para montar cadenas.

La gente estaba saliendo de una función de teatro en la Rudolfplatz cuando aparcamos sin problemas en las proximidades. ¿Quién coloca una bestia de cinco metros junto a un teatro de Madrid en hora punta? La diferencia está en que aquí la gente (de todas las edades y trajes) se marchaba para casa con sus bicis, caminando o en tranporte público. Hacía mucho frío y la nieve se acumulaba contra los bordillos... Una verdadera lección de civismo y de sostenibilidad para los que dicen en España que las bicicletas son para el verano... o para los chavales... o para hacerse 40 km en carretera con los amigotes... y luego ir a trabajar o al gimnasio  ¡ en coche !  Algo falla en nuestra sociedad... Bueno, no insistiré en este tema, que me pongo malo...

Después de disfrutar de la ciudad, muy animada y epicúrea, como todas las urbes meridionales con respecto a las del norte de su mismo país, nos aventuramos por la helada autopista que conduce de nuevo a Austria por Salzburgo. Asustados por ser adelantados continuamente por camiones a velocidades de vértigo (y neumáticos de invierno), nos acomodamos en la primera área de descanso que tenía sitio libre. En este tramo son todas muy pequeñas y llenas de vehículos pesados. Además, la nieve acumulada y endurecida por la fuerte helada restringía todavía más las posibilidades.

El ruidito de nuestra calefacción estacionaria puesta a tope nos arrulló en Piding, un poco antes de la frontera austriaca.

9
*imagen borrada por el servidor remoto


Si no lo vemos, no lo creemos: Apenas hubo amanecido, de estar rodeados completamente por medio metro de nieve pasamos a un aparcamiento completamente expedito. Las máquinas y los operarios se afanaron en media hora con toda profesionalidad y eficiencia, de forma que en algo más de otra media ya estábamos situados en el sótano -5 del parking de la ribera norte del río Salzach, que da nombre al bonito enclave donde nació Mozart.

*imagen borrada por el servidor remoto

La gente no tiene empacho en jugar con ajedreces gigantes o en pasear unas calles para nuestro gusto demasiado prostituidas con recuerdos turísticos del músico. Aunque entre visitas a la catedral y al castillo,

*imagen borrada por el servidor remoto

no vienen mal unos ricos lazos hojaldrados de sabores diversos que venden las señoras en improvisados puestos a la intemperie.

Junto a la casa natal del genio, encontramos por casualidad otra maravilla: la cadena de restaurantes rápidos Nordsee.

<a href="http://www.nordsee.de/">;</a>

A ver si me explico: imaginaos una mezcla entre la rapidez de una hamburguesería yankee, la calidad de una pescadería del mercado central de nuestra ciudad y el sabor de unos pescaítos fritos con oliva virgen extra en El Puerto de Santa María. Pues eso es <a href="http://www.nordsee.de/">;Nordsee </a>. Rápido, sano y rico. Los encontraréis por toda Alemania, en las mejores calles peatonales. Y en Austria.

Tras aquellos Calamares con patatas riquísimos, teníamos las fuerzas suficientes para avanzar hasta Linz, supermoderno centro con todas las facilidades.

*imagen borrada por el servidor remoto

En sus calles, para evitar patinar con el hielo, el ayuntamiento no echa sal, sino piedrecitas muy finas, entre gravilla y mármol molturado como el que se emplea para proyectar sobre los morteros monocapa (Cotegrán, Weber, Cemarksa...). Es muy curioso. Lo guardan en arcones de plástico por las equinas y, en el momento oportuno, lo palean por los sitios más peligrosos (rampas de minusválidos, pasos de cebra...).

El aparcamiento del Neues Rathaus nos sirvió muy bien para recorrer el centro, de rabioso capitalismo de escaparates junto a edificios públicos y religiosos que ya empiezan a anunciar la arquitectura de la Europa del Este.

Viena está todavía muy lejos. Así es que, nos cenamos lo que hay por la furgo en la autopista, y, tras repostar allí mismo, a orillas del Danubio, con unas bonitas vistas de la Abadía de Melk,

*imagen borrada por el servidor remoto

nos dormimos en soledad en la explanada congelada del comienzo de un sendero de ribera, evocando las voces de la famosa Escolanía del monasterio. Lo más parecido a la de El Escorial, pero con mucho más renombre si cabe. ¿Os acordáis del novicio de El nombre de la rosa, el fiel escudero de Sean Connery? Su nombre completo en la ficción era Adso de Melk. Llegó a ser monje de esta abadía y, ya en la vejez, cuenta el relato novelado en técnica flash-back por la pluma inimitable de Umberco Eco.



(continuará)
     A todo color, en nuestra web. Gratis y a un sólo clic.

JaviMartín

Felicidades por el viaje y muchisimas gracias por compartirlo con nosotros, y además de esta manera!! .palmas

Sobre los cubos con piedrecitas y sal de Linz, decirte queen muchas ciudades de Alemania los utilizan para el invierno(creo que en Munich tambien), y son la leche de efectivos. .palmas
Foreando desde Orozko

Mi actual:              Mi primera:

viano

Noviembre 17, 2006, 13:59:44 pm #12 Ultima modificación: Noviembre 27, 2006, 14:55:24 pm por viano
10
*imagen borrada por el servidor remoto


Como si se hubiera tratado de una premonición, justo al entrar en la abadía, tras desayunarnos los pasteles que más nos entraron por los ojos en la coqueta calle mayor del pueblo, por las ventanas abiertas de un salón de ensayos oímos las voces blancas de los niños cantores, en cortas frases musicales que se repetían y volvían a rectificarse bajo órdenes en alemán de algún maestro... La Operación Triunfo de los presbiterios... en directo.

Volvimos a lavar el coche en la gasolinera de BP y, a las puertas de Viena, vuelta a llenar de agua, otra vez en la toma de un lavado automático, porque no había grifo a la vista.

Dando por buena la idea de que una ciudad nueva se conoce mejor si de primeras dadas se le hace un tour panorámico, como esos autobuses turísticos de doble piso, hicimos lo propio antes de ser fagocitados por el más caro aparcamiento subterráneo de todos los tiempos. ¡ Ni en Amsterdam habíamos visto que se cobrara a 4 € la hora !  Eso sí: en el centro de los centros, junto a Weihburggasse, y con clientes de la talla de este bonito Hummer:

*imagen borrada por el servidor remoto

:-O

Entre palacio y palacio, calles peatonales tan preciosas como heladas,

*imagen borrada por el servidor remoto *imagen borrada por el servidor remoto

nos metimos a cenar en un chino en una primera planta de Karntnerstrasse, a las tantas, cuando todo estaba ya cerrado. Muy majos. Me gusta la gente china porque son muy trabajadores.

El café con dulces, en este caso, el café vienés como Dios manda, nos lo tomamos en el Starbucks Coffee de la Ópera, inmejorablemente situado y a rebosar de gente interesante. Cosas de los viernes por la noche.

*imagen borrada por el servidor remoto

La ciudad no dejaba de dar de sí por todas partes: San Carlos Borromeo, la Rathaus...

*imagen borrada por el servidor remoto

*imagen borrada por el servidor remoto

pero nuestro hogar está a miles de kilómetros y aún hay que alejarse todavía más para luego volver dando un gran rodeo... hay que marcharse. Hungría nos espera.

Al salir hacia la autopista, recordando las escenas de El Tercer Hombre, vemos a lo lejos la Noria del Prater y también la Torre de Comunicaciones del Danubio (Donauturm) y, sobre todo, nos llama la atención una larguísima hilera de tractocamiones (las cabezas, sin los remolques) circulando entre Bratislava y Viena. Poco después veríamos la explicación: es más barato mover por sí mismos los propios camiones para exportación (Eslovaquia tiene una importante industria automovilística deslocalizada de países con mano de obra menos barata), que cargarlos en otros medios (plataformas de tren, por ejemplo). Es como si las Mercedes-Benz Vito fuesen rodando desde la fábrica de Vitoria hasta el puerto de Bilbao en vez de cargarlas en trailers.

La frontera de Hegyeshalom está ahí a la vuelta... sacamos nuestros forints en billetes pequeños, nuestros folios de expresiones en húngaro, una de las lenguas más crípticas que existen... y la documentación. Los polis, un encanto de amabilidad... nos preguntan algo que no sabemos qué es, les contestamos en alemán que es una autocaravana y una sonrisa mutua cierra el fugaz contrato. Estamos en nuestro país visitado vigésimo octavo.

Ahora a cumplir las normas: en Hungría también hay que pegar una vignette por el interior del parabrisas para circular sin que te multen por las autopistas. Además, estas Matrica, que es como se llaman aquí, llevan un holograma detectable por unas cámaras láser situadas tras los pórticos de señales de tráfico, como si fueran nuestros radares fijos. Y al que no la lleva... ¡zas!, foto y a pagar con propina en el siguiente control. En la primera estación de servicio, que como las polacas están abiertas incluso para comer 24 horas, compramos la pegatina válida para 5 días, que es la más sencilla, como en Austria. En Suiza habíamos pagado la del año entero porque no había otra.

A la altura de Lébény caemos rendidos.

11
*imagen borrada por el servidor remoto


El Mc Donald's de la circunvalación de Gyór nos sirve para malcomer rodeados de un montón de chavales que ya se preparaban para salir de marcha la noche del sábado.

Después de dar muchas vueltas por la parte nueva de Budapest, es decir, por Pest



(la parte más antigua y elevada es Buda),

*imagen borrada por el servidor remoto

encontramos completamente de casualidad en un callejón llamado Szep Utca, en pleno centro, un aparcamiento subterráneo de pocas plazas (unas veinte), pero muy moderno y atendido por un tío supermajo con el que no sólo nos entendimos bien en inglés sino que, viendo las proporciones de la furgo, aun siendo pequeño el lugar, nos la hizo meter ocupando dos plazas y entre dos columnas para que nadie nos molestara. Impresionante la amabilidad.

En la ciudad de los balnearios, todo es muy bello a la caída de la noche, una verdadera capital imperial, como Viena o Praga.

*imagen borrada por el servidor remoto *imagen borrada por el servidor remoto

E invita a disfrutar de todos los placeres. El primero que se nos vino a la boca fue sentarnos a la mesa del restaurante Cyrano, justamente recomendado por algunas guías por lo innovador de la cocina y lo moderadísimo de sus facturas. Tan moderadas son que ni siquiera te las traen cuando las pagas: las arrugan y las tiran. Y además no te devuelven el cambio [sic] si abonas en efectivo. Habéis oído bien. No sé si será una jugadita a los turistas incautos o es que hay costumbre. En todo caso, se come bien y barato, en lo mejor de las calles comerciales de Pest. Desde luego, el mundo nunca te deja de sorprender, vayas donde vayas...

Primero unas panorámicas del nuevo ensanche con ese Parlamento, digamos neogótico;



y luego, aparcada la furgo en una pacífica calle residencial y empinada de Buda, un larguísimo paseo por el Bastión de los Pescadores y las calles de la ciudad alta, acabaron con la ya escasa temperatura de nuestros pies. El Gore-Tex tiene un límite. Y dimos el capítulo por terminado acostándonos en el parking de un motel muy tranquilo, junto al parque comercial de la autopista M1, de regreso hacia el Oeste, a la afueras de la capital.

12
*imagen borrada por el servidor remoto


Gyór es una tranquila población del Poniente húngaro que habíamos pasado por alto en el camino a Budapest. Ahora toca parar en ella. El patio interior, con piso de arena, de una manzana céntrica, junto a un pequeño centro comercial, es usado por todo el mundo para aparcar en el centro. Así es que nosotros hacemos lo mismo. No tiene vigilancia, pero parece un lugar apacible. Hay ambiente relajado de domingo por la tarde. Las familias pasean con pereza por las calles peatonales arriba y abajo. Si no fuera por las cúpulas de las iglesias con forma de cebolla, podría ser una ciudad provinciana de Castilla.

*imagen borrada por el servidor remoto

Más tarde hubo que cenar. Nunca antes en un restaurante habíamos elegido tan a ciegas el menú. Igual que si estuviera en caracteres cirílicos o japoneses, así jugamos a la ruleta con la carta: esto, esto y eso. Y esto para beber. No entendíamos absolutamente nada. Ni al camarero, ni la televisión, ni lo que estaba escrito: Nada.

Al final vinieron un estofado con croquetas, un turco a la bruselesa con queso ahumado y calamares rebozados. Todo rico, abundante y a precio de risa. Dimos las gracias leyendo nuestra chuleta de húngaro y nos marchamos felices hacia un local que nos había seducido horas antes en la calle mayor: una pastelería-salón de té llena de señoras poniéndose tibias sin dejar de hablar... el ambiente era decimonónico, con camareros impecables y diligentes, con lámparas articulando las escaleras,

*imagen borrada por el servidor remoto

y con una auténtica piel de león macho decorando la bajada a los servicios.

*imagen borrada por el servidor remoto

Hungría es un paraíso por descubrir. Definitivamente.

Los últimos forints nos los gastamos en la gasolinera previa a la frontera eslovaca de la carretera nacional 1. Allí, aparte de gasolina y bombones, nos compramos esta práctica manguera para aspirar líquidos por vasos comunicantes con purgador de canica:



O sea: uno mete la parte metálica en el líquido a trasvasar, aspira con la boca por el extremo libre, el líquido va llenando la manguera, y además no puede retroceder porque su peso obliga a la canica a cerrar la válvula. Así, siempre purgada, la podemos dirigir hacia donde nos interese con un dedo tapando el extremo libre, con tal de que esté un poco más bajo del nivel del recipiente de origen. Un invento sencillo y muy práctico.

Una fugacísima visita a Eslovaquia de apenas tres horas es lo siguiente que hicimos, casi sin ningún trámite: saludar en la frontera, pegar la matrica de las autopistas (abonada con tarjeta, porque no habíamos comprado divisas), repostar, aparcar en el centro de Bratislava, que es un lugar bastante cuidado con vistas preciosas (que en absoluto parece una capital de estado),

*imagen borrada por el servidor remoto

*imagen borrada por el servidor remoto

*imagen borrada por el servidor remoto

y continuar hacia la República Checa, casi sin fuerzas.

Vuelta a saludar en la frontera, vuelta a comprar la matrica checa y, puesta la cuña niveladora en el aparcamiento del área de servicio de Lanzhot, allí dijimos adiós a la vida entre dos remolques de trailer.



(continuará)
     A todo color, en nuestra web. Gratis y a un sólo clic.

viano

13
*imagen borrada por el servidor remoto



Un camionero rumano, obnubilado por el sueño, se estaciona delante de nuestra furgo que, recordemos, estaba encajonada entre dos remolques. Y nos cierra el paso. Cuando nos despertamos hubo suerte de no tener prisa porque nos costó veinte minutos localizar a la policía que casi sólo hablaba ese sencillo idioma checo y explicarle lo que pasaba. ¿Quién podría olvidarse de la cara ojerosa y despeinada de aquel hombre cambiándose con desgana de sitio?

Repuesta el agua gastada del depósito, Slakov n Brna nos espera. En su término municipal y durante nueve terribles y, como hoy, gélidas horas

*imagen borrada por el servidor remoto

del 2 de diciembre de 1805, el emperador francés Napoleón Bonaparte ganó la más brillante, táctica y decisiva ocasión de su carrera militar contra la coalición austrorrusa comandada por el Zar Alejandro I: la Batalla de Austerlitz. El bonito monumento a la paz recuerda hoy ese episodio de nuestra historia reciente.

El frío no nos arredra porque en el pueblo hemos completado el estómago con una pizza al modo de Moravia o un Steak Samaritana en un simpático negocio familiar de los que atienden casi a cualquier hora.

Del campo de operaciones pasamos a Brno, la capital regional, que hace gala de inmensas barriadas de torres de estética de proletariado socialista donde las calles no tienen nombre.

Lo aclaro: son una especie de edificios altos con planta en forma de ele o de ce o de u, más o menos cerrados sobre sí mismos abrazando patios semiinteriores a veces ajardinados pero muy descuidados y comunitarios. El primer miembro de una dirección postal es el nombre de ese complejo de viviendas, y el segundo miembro, lo que sería el número de la calle, es en realidad el número de portal de ese grupo de edificios. ¿Me explico? Sin embargo, las calles que rodean esos bloques, y que los separan de los de alrededor, carecen de nombre. Es curioso y desconcertante cuando uno busca un negocio o una casa particular.

Luego en el centro de la ciudad ya todo se vuelve más normal.

*imagen borrada por el servidor remoto

Incluso los Mc Donald's exiben originalidades, que a esa fecha no habían llegado a España, como los chicken-roll, de pollo y verduras mitad rollo kebab, mitad mejicano.

Dos policías jovencitos recién salidos de la academia coquetean ajenos a su servicio en un oscuro entrante junto a la catedral, como adolescentes con calentón, con dos rubias más aligeradas de prendas de lo que la noche de marzo aconseja en un clima tan continental.

Los escaparates exhiben ya sin pudor lo más granado de la artesanía del cristal de Bohemia,

*imagen borrada por el servidor remoto

o preciosos sillones de madera tallada como éste:

*imagen borrada por el servidor remoto

Vueltos a la furgo, que habíamos aparcado en una plaza del centro, repostamos gasolina y empezamos a buscar un sitio adecuado para dormir.

Acertamos a la segunda, porque la explanada arbolada que elegimos en primer lugar, resultó ser la parte de enfrente de un cuartel a juzgar por la visita que nos hizo un soldado con intercomunicadores colgando a escasos instantes de posarnos.

El sitio finalmente elegido fue el área de descanso de Chocerady en la autopista que lleva a Praga.

La llamada de un amigo de Salamanca, que no sabía que estábamos tan lejos, enrabieta el ambiente: nos ofrecía un vuelo gratuito en globo aerostático para el día siguiente porque dos plazas habían anulado su reserva. ¡Qué pena más grande! En fin... todo no puede ser...

14
*imagen borrada por el servidor remoto


Otro abrupto despertar: la policía checa se acerca y nos obliga repitiendo sin parar:

-Hundred meters! Hundred meters!

a avanzar esa distancia dentro del área porque iban a montar un operativo de control de velocidad o algo así. Y estabamos puestos justo donde a ellos más falta les hacía.

Como dice el apotegma del célebre catedrático de derecho, ya fallecido, don Lamberto de Echeverría...

En cuestiones de criterio,
huelga toda discusión:
Siempre lleva la razón
el que está en el Ministerio.


Hacia las tres y media de la tarde estamos ya a las puertas de Praga, pero un gran complejo de mercados públicos de estética rusa en Chodov (balanzas de los años cincuenta, mostradores de azulejos, señoras con sobrepeso y delantal blanco, puestos de verduras sobre sucias cajas de madera apiladas...) llama nuestra atención.

El sitio coincide con un intercambiador de transportes y el gentío es continuo. Los aparcamientos vigilados son barrizales vallados con un señor a la puerta que te da un tique manuscrito a 15 CZK/hora, unos 0.40 €. Esto es la esencia del Este profundo. Mola.

En el centro de la capital, la cosa se estandariza y nos sumimos en el nivel -2 del subterráneo de la calle Ostrovni, muy cerca del celebérrimo Puente Carlos. Allí mismo, y puesto que no habíamos comido todavía, y los restaurantes abren a las 17:00 para servir ya las cenas, nos dispusimos a comer cuando ellos pensaban que íbamos a cenar. Divertido.

*imagen borrada por el servidor remoto

El sitio está muy bien situado, aterrazado sobre el río Moldava y frente a los arcos del puente. Se llama Mlynec y sirven un jugoso Cordero de Nueva Zelanda. De postre nos encantó la Sopa de frutos rojos.

Para qué contaros qué sucede con el cambio al pagar la cuenta... Sencillamente, ¡se lo quedan y no te lo traen! ¿Alguien ha visto cosa igual?

La ciudad, paradigma de los viajes de cuatro días-tres noches de vuelo+bus, está plagadita de hordas de viajes de estudios de instituto españoles e italianos. ¿Seríamos justos si los llamamos maleducados y arrabaleros? ¿Eran peores que los hooligans ingleses en Lloret de Mar? ¿Nos estamos haciendo viejos y somos demasiado críticos, o eran simplemente la embajada más vergonzosa que podemos enviar al extranjero? Bueno, ya sabéis de lo que hablo...

Todo esto pasaba en una de las más bellas plazas de Europa (la de la Ciudad Vieja), frente al reloj astronómico cuyos autómatas medievales nos bailaron las 22:30.

*imagen borrada por el servidor remoto

El Barrio Judío y un recorrido bastante largo subiendo a pie y volviendo a bajar de la catedral de San Vito

*imagen borrada por el servidor remoto

y de la fortaleza, desde cuyas ventanas fueron lanzados el 23 de mayo de 1618 dos gobernadores del Sacro Imperio Romano Germánico y un notario a manos de algunos aristócratas de Bohemia, fue lo que tocó a continuación.

*imagen borrada por el servidor remoto

Afortunadamente no se mataron porque cayeron en un montón de ¡estiércol! La Historia recuerda este hecho como la Defenestración de Praga (en realidad fue la 2ª de las tres que ha habido).

Es, salvando las muchas diferencias, como si en una visita al ayuntamiento de Bilbao de Aznar y Acebes, cuando mandaban, unos exaltados abertzales los tiran desde el balcón hasta la ría: Incruento, pero humillante.

Salimos del castillo en el crítico momento en que los militares estaban cerrando las puertas. El paseo por sí solo justifica el viaje hasta Praga.

*imagen borrada por el servidor remoto

Las caminatas, igual que el folgar, suelen dar hambre. Y esos cinco kilómetros largos de ida y vuelta tuvieron que verse compensados con unos cuantos perritos calientes auténticos en la zona de baretos de Plaza Wenceslao y en un globalizado local del KFC.

Sacamos el coche del aparcamiento subterráneo, nos gastamos las coronas en gasolina y chocolates (es un vicio muy malo...) y nos acercamos a la frontera alemana de Sajonia.

Si Extremadura y Castilla-La Mancha son los paraísos de los grandes y frecuentados puticlubs de carretera, la parte checa de la que conduce a Dresde, lo es de las casitas de madera con escaparate de cristal, tenue iluminación y bicho dentro. Como en el barrio rojo de Amsterdam.

Pena de camiones agobiando por detrás y cunetas llenas de nieve, que si no os habíamos hecho alguna foto curiosa...

En el carril para ligeros del check-point alemán, una pequeña avalancha de nieve había semisepultado la cabina de control, así es que nos tuvimos que poner por la de camiones. Una risa: porque al tío lo teníamos que mirar de abajo para arriba, como cuando te sale en un peaje el tique por la ranura alta.

En el aparcamiento privado de unas tiendas del pueblo de Schmiedeberg, a pocas horas del alba, nos echamos a dormir.

15
*imagen borrada por el servidor remoto


Aprovechado el parón para repostar en la gasolinera del pueblo, continuamos hasta la siguiente, donde al echar agua  -y es la primera vez que nos sucede-  el encargado nos pregunta:

-¿Cuántos litros habéis puesto?
-Unos cinco- mentí.

Y aún así se iba refunfuñando.

Nos detuvimos a comer a los pies de esta bonita iglesia ¿ortodoxa? a la entrada de Dresde en cuanto lavamos la furgo en un autowasche de monedas.

*imagen borrada por el servidor remoto

Lo poco que dejaron en pie los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial (casi 135000 muertos por las bombas de los aliados la noche de 13 de febrero de 1945)



y lo que respetan cada varios años las peligrosas crecidas del río es escaso pero muy bonito. De hecho la llaman tanto la Florencia del Elba, como la Zona Cero del Este.

Desde la Ópera hasta el mosaico La Procesión de los Príncipes (de 102 metros),

*imagen borrada por el servidor remoto

*imagen borrada por el servidor remoto

hasta la catedral y el palacio Zwinger, todo merece una visita detallada.

*imagen borrada por el servidor remoto

El resto es todo muy moderno y funcional, como el centro comercial futurista Elbe Park, donde compramos accesorios para la furgo (cepillo para las alfombrillas, mangueras transparentes...) y cenamos al vuelo en una franquicia de nuestro querido <a href="http://www.nordsee.de/">;Nordsee</a>.

Desde allí llamamos a San Sebastián para fijar la reserva en Arzak para el próximo día 31. Nos dan mesa por los pelos. Suerte que no era para viernes ni sábado, porque si no hubiera sido imposible.

Luego nos marcamos una buena vuelta por el centro, aparcados junto al teatro de Ostra-allee. Y, a la sombra de la Frauenkirche, símbolo de la destrucción de la ciudad, y hoy completamente resurgida de sus cenizas según los planos originales, nos tomamos unos capuccini en la cafetería del hotel Hilton, lo único abierto a esas horas (flecha azul).



Cerca de Chemnitz, pasada su circunvalación por la A4, nos paramos a descansar en el área de Rabenstein.


(continuará)
     A todo color, en nuestra web. Gratis y a un sólo clic.

viano

16
*imagen borrada por el servidor remoto


Tras hacer vida toda la mañana acampados en la Marco Polo hasta después de comer, nos hacemos clientes del Gardencenter de Jena (necesitábamos una goma gruesa para un brico de fontanería que perfeccionamos repostando agua en la gasolinera de Aral).

Fue precísamente en esta localidad donde el 14 de Octubre de 1806, de nuevo victorioso, Napoleón Bonaparte aplastó a las tropas prusianas de Federico Guillermo III. La conquista de Erfurt y Berlín fue un paseo triunfal desde esa fecha para los soldados franceses.

Nuestro encuentro en el sitio de la Batalla de Jena no iba a ser con ningún galo, sino con el doctor Félix M. Werner,

*imagen borrada por el servidor remoto

el insigne y polifacético neurofisiólogo, puntero en la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer, y que fue letrista de algunas de las canciones del grupo Queen. Aunque vive y enseña en esta moderna ciudad universitaria, colabora habitualmente con la de Salamanca.

¿Qué mejor cicerone para mostrarnos la torre de la empresa óptica Zeiss o la Galería Goethe?

*imagen borrada por el servidor remoto

*imagen borrada por el servidor remoto

O, en el terreno de lo práctico, llevarnos al apropiado aparcamiento Rathaus, a conocer las calles a tiro hecho, o a sentarnos a la mesa del Ratszeise, un bonito restaurante ubicado en la planta baja del viejo ayuntamiento.

Allí aprendimos a decir en alemán un montón de cosas de las de comer, que por supuesto ya se nos han olvidado...

Una vez le acercamos hasta su casa en las afueras y tomamos algo de líquidos inflamables en la Shell para que se tranquilizara nuestro V6, otro recorrido, esta vez por Weimar, nos corresponde a pocos kilómetros.

*imagen borrada por el servidor remoto

La pequeña aglomeración contiene los lares donde vivieron Goethe y Schiller, en cuya Oda a la Alegría se basó Beethoven para componer el célebre final de la Novena sinfonía, hoy Himno de Europa.

Aquí también se redactó la Constitución Alemana que rigió entre la Primera Guerra Mundial y el advenimiento del nazismo. Lo que se denominó República de Weimar.

La sobredosis de historia concentrada nos adormece no muy lejos de allí, al lado de Bad Hersfeld, en un área de descanso de la autopista A4.

17
*imagen borrada por el servidor remoto



En cuanto hicimos la colada pusimos proa hacia Kassel. Pero nada más ver los logos de su IKEA nos metimos como sonámbulos a ver novedades. Si creéis que todas las tiendas son iguales... acertáis a medias. Aunque sólo sea en las comidas, ya hay cosas diferentes. Por cierto, la Lasaña de brócoli estaba de rechupete.

Gris, aséptica, ordenadamente industrial. Alemana simplemente. Así es la ciudad vista desde el mirador de Hércules. En el LIDL de al lado nos aprovisionamos para continuar hacia Hannover, la ciudad de las ferias y exposiciones por excelencia.

*imagen borrada por el servidor remoto

La verdad es que el día había tenido mucha carretera y pocos atractivos. Así es que nos acostamos no muy tarde en el aparcamiento libre del Zoológico que está en medio de un frondoso bosque que, a la sazón, tenía la carretera cortada en un punto. Lo cual nos benefició para no tener ruidos de tráfico durante la madrugada y parte de la mañana.

18
*imagen borrada por el servidor remoto


En el centro había algunas horteradas como ésta,

*imagen borrada por el servidor remoto

de la que salían turistas ávidos de experimentar sentirse Gerente de Urbanismo de Marbella por unos minutos.

Nosotros habíamos guardado el buga en el aparcamiento de Goethestrasse para estar a tiro de piedra de todo.

La visita se articuló con dos comidas: la del mediodía en el enésimo <a href="http://www.nordsee.de/">;Nordsee</a>; y la de la noche en un chino con las servilletas dobladas con escrupulosos pliegues de papiroflexia. Entre medias, a disfrutar de lo que se daba.

Hasta que tuvimos que abrirnos paso rumbo a las afueras de Münster, la modélica capital histórica de la región de Westfalia que da nombre, entre otras muchas cosas, a los brillantes carroceros de nuestros campers.

El nuestro pernoctó sin nadie que le hiciera compañía, con la luna casi llena, inundado de luz blanquecina, en un pelado bosque de robles de formas inquietantes. Al fondo, el fragor apagado de la autopista A1.



(continuará)
     A todo color, en nuestra web. Gratis y a un sólo clic.